Unas palabras para felicitar la Navidad y desear un venturoso año nuevo 2025 a todos los lectores y lectoras de IDEAL EN CLASE, y a quien lo hace. El reparto de la ‘Luz de la Paz de Belén‘, que es traída por el Movimiento Scout Católico-MSC, llega a muchísimos hogares, residencias y hospitales; y marca, junto con el sorteo de la lotería, la cercanía de los días de Pascua. Hace unas semanas esa luz fue encendida en la cueva donde se inició el mayor cambio de la humanidad, y ha sido repartida por los cinco continentes.
Somos conscientes que vivimos en un mundo lleno de inestabilidades, no es algo nuevo, por desgracia. Pero entre todos podemos intentar “dejar este mundo en mejores condiciones de cómo lo encontramos”, como pregonan los scouts. Por eso, todos “somos luz y somos cambio”, que es el lema elegido para la Navidad de este año 2024. Para hacer de nuestro hogar y de nuestro mundo, un lugar más solidario, pacífico e igualitario, iluminando los caminos y a los demás.
Una buena actividad navideña familiar es visitar con los más pequeños, y los mayores también, los Belenes expuestos en este tiempo: el del Hospital de San Juan de Dios, el de la Casa de los Pisa, el del patio del Ayuntamiento, el de la Cofradía de La Borriquilla en la Plaza de Bibarrambla, el de Jesús del Rescate en la parroquia de La Magdalena, el del Nazareno en el convento de las Carmelitas Descalzas, el del Banco de Alimentos al inicio del Violón, el del Resucitado en el Colegio de Abogados, el de los Hermanos Obreros de María y muchos, muchos, más por todos los barrios…
Pasear con la iluminación callejera navideña, ver películas como ‘Qué bello es vivir’, o leer el ‘Cuento de Navidad’ de Dickens, con el inefable Ebenezer Scrooge, pueden formar parte de la tradición… Nadie solo en Navidad; y, nada de derogar el delito contra los sentimientos religiosos o de escarnio público del artículo 525 del Código Penal, sólo seis de los veintisiete países de la Unión Europea no sancionan los delitos a las ofensas contra los sentimientos religiosos. En fin, Granada en estos días brilla en los corazones y hace que nos acerquemos, aún más que el resto del año, a los más desfavorecidos…
El Adviento despeja la oscuridad, en medio de un ambiente como de sombras por las noticias sobre posibles casos de corrupción. En medio del sonrojo que supone lo que parece el apoyo silencioso, la mirada hacia otro lado y el tú más… En medio de los efectos de la DANA que dolorosamente avanza en su recuperación y prevención. Hemos entrado en el tiempo de Adviento que nos anuncia que viene la luz de la Navidad. Además, sin que en la inauguración de la restauración de Notre Dame de París hubiera una representación española de altura, cuando han asistido de otros países al más alto nivel… Parece como si viviésemos en Europa sólo cuando interesa.
Las iluminaciones navideñas de ciudades y pueblos no logran ocultar la crisis del mundo actual, que es sobre todo una crisis espiritual, mental que se diría. Pero también, y sobre todo, una crisis social y política. Se nota al pasear por las calles. Los pensamientos que más preocupan a los vecinos con los que nos cruzamos, van: desde la economía inmediata, el futuro endeudado y el trabajo precario, a la falta de vivienda social, la necesidad de aumentos en la educación -FP-, sanidad y la disminución del paro, sobre todo juvenil; y menos tiempo de pantallas en la infancia. Repito de mil maneras, que, siempre los desencuentros de todo tipo traen a la memoria la historia de la torre de Babel. Y la historia que ahora necesita la sociedad es la del anuncio de los pastores de Belén y de los Reyes Magos de Oriente. Por mucho dolor que haya ahora en esas tierras.
No son tiempos fáciles pero la esperanza es la puerta de entrada y de salida. Hoy más que nunca, en medio de tantas guerras y crisis humanitarias, cercanas y lejanas, necesitamos mirar la cuna del pesebre para darnos una nueva oportunidad y no dejarnos cegar por las luces de la apariencia, la codicia y la superficialidad. Necesitamos ejemplos de compasión, ternura y honestidad. Despertar de las modas maniáticas a las que nos empujan. Intentar estrenar una vida nueva que ayude a construir un mundo mejor. Encender luces que alejen la oscuridad, que alumbren y no deslumbren. Para todo eso llegó el Adviento que ya termina dando paso a la Navidad.
Un cordial saludo y felicitaciones a los lectores y lectoras de IDEAL EN CLASE.
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