Históricamente, los primeros individuos conocidos que hicieron propósitos al iniciar un nuevo año fueron los babilonios, hace aproximadamente 4.000 años. Aunque para ellos, el año comenzaba a mediados de marzo, cuando se plantaban las cosechas, y no en enero. Los romanos adoptaron el año nuevo babilónico y el hábito de hacer propósitos. En el año 46 a.C., el calendario juliano designó el 1 de enero como el comienzo del nuevo año. Y nosotros europeos modernos seguimos gustosos la tradición romana en la fecha y en hacer propósitos para el 2025.
Muchos de los propósitos se abandonarán con el paso de los días y las semanas. No obstante también pueden mejorar el bienestar de las personas, ya que obligan a contemplar lo que más se valora y ayudan a intentar organizar el tiempo. El año nuevo ofrece una pizarra en blanco para escribir unas palabras, unas líneas o llenarla, empleando una noción conocida como autoeficacia: intentar alcanzar un objetivo y sentirse dueños de la vida.
Millones de adultos prometen cada año reducir peso, ser más sociales o ponerse en forma. En lugar de un objetivo vago, hay que elegir algo que se pueda alcanzar de forma realista. Unos pocos objetivos serios, definidos y factibles: uno, dos o tres, como máximo. Y una lista indeterminada, simplemente porque sí, porque gusta pensar en que se podría mejorar en muchas facetas. Se pueden repetir los de años pasados, aunque el refrán dice que, año nuevo vida nueva.
Formulemos, al igual que el pasado, un único deseo: seguir adelante con estos 365 días, sin quedarse nadie atrás. Pongamos la vida espiritual, la familia, la salud y el trabajo en unos planos más elevados. Y añadamos una listilla extensa de palabras clave, repasando con humor unos posibles propósitos más de a pie: deporte; prensa; amigos; menos móvil; leer; escribir; pasear; naturaleza; no excusas; menos zona de confort; ahorrar; apreciar; ser ejemplo; sonreír; no quejarse; optimismo; solidaridad; repartir tiempo; implicarse; cocinar; y dejar de aumentar esta lista que, seguramente, habrá que volver a reformularla en próximos años. Y unos propósitos para la clase política, por si no los han hecho: honestidad, sinceridad y trabajo por la ciudadanía. ¿Sí o no?
¡¡¡ Feliz y Venturoso 2025 para todos los lectores y lectoras de IDEAL en Clase !!!
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