Vuelve el mito, vuelve Robert Allen Zimmerman, vuelve Bob Dylan, aunque yo creo que este introvertido genio de la música del siglo XX con cara de pocos amigos nunca se fue. El motivo de su vuelta no es otro que el de la presencia en todas las salas de España de su película biográfica “A Complete Unknown” (Un completo desconocido). Está dirigida por James Mangold y Timothée Chalamet es el actor que encarna a Dylan. Vino al mundo en Duluth (Minnesota, EE. UU.)el 24 de mayo de 1941. Está considerado como un símbolo de la generación de los sesenta y el compositor cantante y poeta más prolífico e importante del siglo XX.
Fernando Navarro, en su artículo “El Everest de la canción”, dice que “Hay quienes fueron contemporáneos de Cervantes, Shakespeare, Mozart, Goya, Chaplin, Picasso, Elvis Presley y los Beatles; nosotros todavía podemos decir que somos contemporáneos de Dylan”: “The very best of Bob Dylan” (2017); Manuel Vilas escribió que “Dylan era y es universal, un triunfo de la vida que no necesitaba a nada ni a nadie”; y el visionario Steve Jobs se expresaba así: “Sólo recuerdo una ocasión en la que me sentí realmente cohibido y fue en presencia de Bob Dylan. Es uno de mis grandes héroes”: Walter Isaacson,“Steve Jobs” (2011).
El biopic está basado en el libro “Dylan Goes Electric!” de Elijah Wald y narra la llegada del cantante de folk a Nueva York en 1961 con diecinueve años y sin un dólar en el bolsillo. El motivo fue visitar a su ídolo Woody Guthrie que se estaba muriendo en un hospital por la enfermedad de Huntington. Bob sobrevive en la bohemia de Greenwich Village ayudado y defendido por Pete Seeger y Johnny Cash y fichado por la CBS. “A Complete Unknown” narra la historia de su rápido ascenso que culmina en 1965 con su actuación en el “Newport Folk Festival”. Desde el público, y por utilizar la guitarra eléctrica, recibió una enfurecida protesta en la que entre otros improperios le llamaron Judas. El filme muestra también los dos amores de Dylan: Russo, activista, y Joan Baez, una de las principales voces musicales del folk de los años sesenta con la que que compartió actuaciones en diferentes conciertos. La película termina cuando pasan cuatro años de la visita a Woody Guthrie y Dylan es ya una estrella que comienza a experimentar con la guitarra eléctrica.
Entre la inmensa discografía de este genio me gustaría destacar la citada obra “The very best of Bob Dylan”. Se trata de un CD de sus dieciocho canciones más emblemáticas acompañado de un librito que arroja luz sobre éstas. Todos los temas vienen en inglés y en español merced a la traducción de Ignacio Juliá. El disco comienza con “Como una piedra rodante” y finaliza con “Truenos en la montaña”. Ni qué decir tiene que contiene “Like a Rolling Stone”, “Blowin’ in the Wind” y “Hurricane”. La década de los sesenta fue convulsa, plagada de innovación, de creatividad y de una música como nunca antes se había visto. Si tuviese que elegir unas palabras representativas del espíritu de la generación de Dylan, nada mejor que los versos de una de sus canciones más conocidas: “The Times They Are A-Changin”. (Los tiempos están cambiando): “Venid madres y padres de todo el territorio y no critiquéis lo que no podéis entender. Vuestros hijos e hijas ya no os hacen caso. Vuestro antiguo camino ha envejecido veloz. Por favor, abandonad el nuevo si no vais a ayudar. Porque los tiempos están cambiando”. Su álbum “Highway 61 Revisited” es reconocido como uno de los más relevantes de la historia de la música popular contemporánea. Joan Báez, su pareja durante diez años, manifestó que en sus giras tardaba menos tiempo en escribir una canción memorable que ella en ducharse; y él mismo, cuando explicaba cómo escribía su canciones, decía que “Éstas le invadían, que no era como si estuviera obligado a componerlas”.
Fue premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2007 “Por ser un mito viviente en la historia de la música popular y faro de una generación que tuvo el sueño de cambiar el mundo. Dylan conjuga la canción y la poesía en una obra que crea escuela y determina la educación sentimental de muchos millones de personas”. Es también un poeta reconocido por la Academia sueca cuando en 2016 le concedió el premio Nobel de Literatura “Por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción”. En su discurso de aceptación dijo: “Nunca me pregunté si mi música era o no literatura; simplemente escribía canciones”. No fue a recoger ninguno de estos dos premios porque era alérgico a este tipo de eventos. Bob también escribía. El último libro fue publicado en 2023 y lleva por título “Filosofía de la canción moderna”. En él incluye más de sesenta ensayos centrados en canciones de otros artistas desde Stephen Foster hasta Elvis Costello pasando por Hank Williams o Nina Simone. La obra se complementa con ciento cincuenta fotos.
Quisiera destacar para finalizar el artículo el enorme detalle que tuvo con John Fitzgerald Kennedy publicando “Murder Most Foul” (Asesinato Más Repugnante), que con diecisiete minutos es la canción más larga de su repertorio. En ella recita el asesinato de JFK en Dallas (Texas) el 22 de noviembre de 1963 a manos de Lee Harvey Oswald: “Era un día oscuro en Dallas, noviembre’ 63. Un día que vivirá en la infamia. El presidente Kennedy estaba en la cima. Un buen día para estar vivo y un buen día para morir”.
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