3. 2001: Una Odisea espacial
La atractiva teoría del Big Bang explica que el universo comenzó como un solo punto, luego se expandió a partir de un estado extremadamente denso y caliente y aún continúa expandiéndose, es la llamada “gran explosión”.
Esta teoría junto a otra tan compleja como la de los agujeros negros (un agujero negro es un objeto astronómico con una fuerza gravitatoria tan fuerte que nada, ni siquiera la luz , puede escapar de él. La materia y la radiación son atrapadas y no pueden salir), tienen su correlato literario en la magnífica novela “2001: Una Odisea espacial” (1968) de Arthur C. Clarke (1917- 2008), escritor y científico británico, autor de obras de divulgación científica y de ciencia ficción. En estas últimas creó un mundo en el que sus historias impactantes fueron precursoras de un futuro del que ya empezamos a ser testigos.
En 1974 anticipó un futuro dominado por la tecnología y la inteligencia artificial, décadas antes de que se hiciera realidad. Esbozó una versión temprana de lo que más tarde sería Internet y los ordenadores personales. Predijó el teletrabajo y las comunicaciones digitales que han reconfigurado nuestras vidas. Así como la tecnología satelital. En 1974 estas ideas parecían casi mágicas.
Pero Arthur C. Clarke no fue solo un visionario literario,sino también un científico adelantado a su época. Su capacidad para imaginar un futuro basado en la tecnología no era simple especulación, sino fruto de su profundo conocimiento científico y de su capacidad de análisis.
Es el novelista que ha examinado con mayor competencia y lucidez el futuro de los viajes por el espacio y las posibilidades de explorar los planetas del sistema solar.
Por su claridad y amenidad ha sido comparado con otro coetáneo, Isaac Asimov. En 1994 fue nominado al Premio Nobel. La obra que mayor fama le dio es “2001: Una Odisea espacial” (1968) escrita a partir de un guión cinematográfico en el que intervino también Stanley Kubrick que dirigió la película (1968). La novela se publicó después del estreno de la película y se basó en varios cuentos de Clarke fundamentalmente en “El Centinela”.

El argumento presenta dos momentos alejados en el espacio y el tiempo (el descubrimiento de las herramientas por un grupo de homínidos y un viaje a la Luna de objetivo desconocido para los tripulantes de la nave) unidos por un gran monolito de origen alienígena. El segundo momento narrativo, marcado por la lucha entre el ordenador HAL 9000 y el doctor Bowman incluye uno de los grandes hallazgos de la literatura de ciencia ficción : el ordenador inteligente capaz de aniquilar a otros porque, como un ser humano, ha conocido el miedo a la muerte.
Clarke plantea cuestiones filosóficas básicas sobre el origen del hombre ,su destino y su lugar en el universo, todo ello explicado desde la realística visión de los años sesenta. Busca un sentido espiritual a la existencia humana y su gran esperanza es que el hombre pueda ir más allá de si mismo.
En esta novela la imaginación, la sugerencia, llevan al lector a otras dimensiones donde la relación espacio-tiempo desaparece y el protagonista adulto vuelve a su origen, se funde con la energía cósmica, otra de las ideas más atractivas de la ciencia: al final volveremos a ser energía que generará bajo otras formas o en otros mundos nueva vida.
En 2008 Arthur C. Clarke moría a los 90 años, tras dar instrucciones de que una muestra de su ADN viajara al espacio, dejó dicho: “ Un día, una supercivilización podría encontrar esta reliquia de una especie desaparecida y yo podría existir en otro tiempo.”
La International Astronomical Union bautizó al asteroide 4923 con el nombre del autor inglés ,y en el 2003, científicos de de la Universidad australiana de Monash dieron su nombre a una nueva especie de dinosaurio.
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