La experiencia de un viaje de estudios protagonizado por grupos de jóvenes, acompañados de alguno de sus docentes durante varios días, se suele asociar predominantemente a las etapas educativas de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato. Si bien, nuestro centro (CEIP Reina Fabiola, de Motril) mantiene todavía una larga tradición en la organización de dicha práctica educativa; heredada de la anterior acogida entre sus aulas de alumnos y alumnas en los cursos finales de la entonces EGB.
En la mejor tradición de las innovaciones pedagógicas introducidas en el siglo XIX por la Institución Libre de Enseñanza –y después por los maestros y maestras de la II República–, e íntimamente conectando con las mejores experiencias y técnicas llevadas a cabo por Celestín y Elise Freinet, nos encontramos con toda una serie de salidas escolares (extraescolares y complementarias) distribuidas a lo largo de todo el curso escolar, con las que tratamos de partir del conocimiento del entorno más próximo y de proporcionar a los niños y niñas toda una infinidad de propuestas de aprendizaje fuera del aula. Y, por supuesto, dentro de las mismas, el viaje de estudios de 6º siempre constituye una parte sustancial de la programación anual para los alumnos y alumnas del último curso.

Así, el viaje de estudios como experiencia única e irrepetible, con un indudable acento educativo y cultural, siempre suele marcar el horizonte final de la etapa en nuestro colegio y siempre dentro del proceso de adquisición de sus competencias básicas. Para ello, en la elección del destino, en su diseño y hasta en su organización se propicia la participación activa tanto de los escolares como de sus familias y, contando con el servicio especializado de la agencia de viajes, se complementará con el mayor de los contenidos didácticos posibles.
Este año, por diversas razones, algunas de las cuales tuvieron que ver con las graves inundaciones ocurridas a finales del mes de octubre del año pasado y, en cierta forma, por solidaridad y colaboración, se eligió la ruta por la Comunidad Valenciana. Una vez determinado el objetivo y puesto todo el empeño en su consecución, el profesorado fue diseñando el contenido del programa, tanto en sus aspectos económicos como extracurriculares, y siempre contando con la colaboración y el apoyo entusiasta de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA).
Llegado el día tan esperado, en la última semana del mes de mayo, bastantes minutos antes de la hora prevista para la salida ya se encontraban prácticamente todos en las puertas del colegio, acompañados por sus familias. No nos resultó extraño que varios de ellos y ellas nos confesaran después que esa noche no habían podido dormir por los nervios y por la emoción.

A pesar del cansancio, el viaje de ida no se hizo pesado y la visualización del hotel en el que nos alojaríamos durante las tres siguientes noches ya les puso en estado de excitación y con los ojos abiertos de par en par. Ahora sí que tocaba comunicar el reparto de habitaciones; una circunstancia que a pesar de que la teníamos suficientemente meditada (atendiendo a sus preferencias y afinidades) no estábamos seguros de su total acierto. Para nuestra satisfacción, la mayoría lo aceptó con muestras contenidas de alegría y, por qué no, con algún que otro rictus de leve contrariedad inicial; que se vería posteriormente desmentida por el tiempo, la convivencia y el compañerismo.
Almuerzo, playa y piscina, una ducha rápida y a la cena. ¡Qué orgullo verlos llegar, todos arregladitos, limpios y respetuosos en el concurrido buffet del hotel! Después del refrigerio nos dispusimos a recorrer juntos el paseo peatonal de la hermosa ciudad de Calpe. Nos topamos con sus famosos yacimientos de finales del siglo II y con su espectacular piscifactoría dedicada al salazón del pescado y sus termas romanas anexas, bajo la imponente imagen del omnipresente peñón de Ifach. Compartimos confidencias en relajado regreso hasta el hotel y nos dispusimos a afrontar la que para muchos era la primera vez que dormían fuera de la casa de sus padres.

Hemos madrugado. Hoy nos desplazamos hasta la ciudad de Valencia. Las caras son de sueño, pero también de satisfacción y alegría. Bueno, a algunos los hemos tenido que llamar en las habitaciones; la noche compartida y la no disposición de teléfonos móviles que pudieran utilizar como alarma han causado algunos efectos. Nuestro conductor, Víctor Sánchez, se convierte en una pieza fundamental del viaje y da muestras de su integración con el grupo y su total disposición a facilitarnos la movilidad. Nos deja en las mismas puertas del Museo de las Artes y las Ciencias, que nos resultó delicioso: experimentamos, tocamos, investigamos y no dejó de sorprendemos a cada paso, durante toda la mañana. Solo nos quedó un lamento: no disponer de más tiempo…
Después del almuerzo nos tocaba disfrutar del Oceanográfico. A la fuerza terminamos apasionándonos de la riqueza y variedad de vida submarina y medioambiental que alberga. Todo culminado con el soberbio espectáculo de los delfines. Y, antes de abandonar la capital levantina nos apetece probar una riquísima horchata con su respectivo fardón. ¡Todo riquísimo! Tras el obligado descanso en el autobús y la gratificante vuelta a nuestras habitaciones, durante la cena seguimos con expectación la final de la Conference League: Betis – Chelsea. El resultado final, eso sí, nos deja a algunos un poco tocados. Pero por poco tiempo, pues tocaba seguir juntos compartiendo los mismos sueños y las mismas esperanzas.

Ya entramos en el tercer día y hoy continuamos disfrutando del mundo animal en el zoo de Terra Natura y por la tarde diversión a raudales en el parque acuático de Aqua Natura. Todo un día de contacto medioambiental, que contará con el principal aliciente del tierno y gratificante contacto con los leones marinos. ¡Cuánta emotividad, cuánta empatía y cuántas risas en la interacción con los dóciles animales!
Después de la cena, que es cuando les hacíamos entrega de sus dispositivos móviles, por común acuerdo de los tres profes: Isa Bertos, Higinio Ruiz y yo, en la coincidencia de que en todo momento debería primar la relación estrecha, cordial y cercana de los alumnos y alumnas y que la posible persistencia en su utilización continua y prolongada la podía dificultar. Algo que, por cierto, comprendieron (y hasta agradecieron) perfectamente.
Tras su habitual recogida nocturna, descubrimos que en el ático del establecimiento hotelero se encontraba una segunda y acogedora piscina con un pequeño bar en el que ponían una agradable música ambiental. Hasta allí nos subimos todo el grupo y, entre sus mesas, sillas y hamacas, bajo la deliciosa y primaveral luz de la luna estuvimos jugando, conversando y compartiendo algún que otro refresco. Todo un descubrimiento inesperado; una serendipia, en palabras del maestro Higinio.

Al día siguiente nos despertamos siendo conscientes de que tras el desayuno debíamos dejar el hotel y bajar las maletas. Seguidamente, con la misma equipación (nuestra camiseta roja) nos encaminamos dispuestos a pasar todo un día de diversión. Hoy nos tocaba el parque de atracciones (Terra Mítica). Todo un merecido final para un sueño. Al cierre del parque, vencidos ya por el cansancio y las emociones vividas y compartidas, algunos se echan una cabezadita. Otros, en cambio, solicitan ver alguna película: El rey león. Ya de vuelta, hacemos la obligada parada en ruta, que nos sirve para reponer fuerzas con un bocadillo y una botella de agua. No nos olvidamos de avisar a los padres y madres de nuestra posición en carretera, mientras esperan con ansiedad el reencuentro con sus hijos e hijas.
Con la llegada a Motril pusimos fin a unos días y a unas horas intensas de convivencia, a un mejor conocimiento de sí mismos y de lo vivido con sus compañeros y compañeras. Una experiencia que quedará grabada entre los recuerdos imborrables y felices de su infancia, que recordarán siempre y que, seguramente, dará de alguna forma sentido a sus vidas y que les ayudará a seguir hacia adelante. Por nuestra parte ya solo resta darles las gracias a todos y todas por habernos permitido compartirla con ellos y ellas.
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