El Alzheimer borra los recuerdos como a veces Andalucía olvida quién fue. RIHLA es un acto de resistencia desde un aula rural.
Hoy, nos hemos acercado a Cortes de Baza para conversar con Miguel Ángel Martínez Pozo e Ismael Rodrigo Aguilar, maestros y creadores del cortometraje que ha ganado el I Concurso Nacional de Cortometrajes Escolares PlatinoEduca en la categoría de Secundaria, Bachillerato y FP además de ser galardonados en otros festivales tanto nacionales como internacionales. Este cortometraje ha sido seleccionado para representar a la candidatura de Granada como capitalidad europea sirviendo a su vez para la apuesta por lo rural y por los valores que se transmiten dentro del film.
Como bien explican, todo comenzó de forma aparentemente sencilla: el alumnado, desde un punto de vista interdisciplinar, investigó la influencia de la gastronomía andalusí en nuestra identidad como andaluces. De ese trabajo nació una exposición que tuvo como escenario el Aula Permanente de la Universidad de Granada en Baza donde Miguel Ángel Martínez Pozo impartía clase también. “Tras ser grabada por Ismael y realizar un pequeño vídeo que fue subido a redes sociales, recibí la llamada del Centro Intercultural Hispanoárabe quien quería entregar un reconocimiento al alumnado por su difusión, promoción, investigación y puesta en valor de la cultura andalusí”, cuenta Miguel Ángel con orgullo. El eco de aquella experiencia llegó al Consejo Escolar de Andalucía, donde Lucía Fernández, asesora técnica, propuso convertir esa semilla en un cortometraje educativo a través de unas becas de formación. Fue entonces cuando Miguel Ángel e Ismael dijeron “sí” sin pensarlo. El resultado fue RIHLA, que en árabe clásico significa “el viaje”. Un viaje que emprendieron dentro del aula y que está llegando muy alto.

Innovar desde la raíz: memoria, emoción y aula viva
“Innovar no es traer pantallas, es encender preguntas”, apunta Ismael. “Y este corto provocó muchas: ¿Quién soy? ¿Qué recuerdos me definen? ¿Por qué olvidamos nuestras raíces?”.
RIHLA. El viaje fue un proyecto de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) con un fuerte enfoque interdisciplinar. Podríamos decir un claro ejemplo de una Buena práctica docente con éxito educativo. Se rodó con medios muy humildes –un teléfono móvil, un estabilizador y micrófonos de corbata– pero con una ambición enorme: hacer del cine un vehículo de memoria cultural y emocional.
El Alzheimer como espejo de Andalucía
La historia entrelaza la vida de una mujer mayor que comienza a olvidar, con el de una tierra que también ha olvidado parte de sí misma.“El Alzheimer borra rostros, lugares, olores… Igual que el discurso dominante ha querido borrar la huella andalusí de Andalucía”, explica Miguel Ángel, doctor en Humanidades y Ciencias Sociales por la Universidad de Jaén y autor de los ensayos “Andalucía, tierra de moros y cristianos” (Premio Memorial Blas Infante, 2020) y “Los orígenes ocultos de la Semana Santa Andaluza”. “RIHLA lanza un mensaje claro: no podemos saber quiénes somos si olvidamos quiénes fuimos”.

Paisaje como metáfora: cuando la tierra también habla
En una de las escenas más simbólicas, el personaje se mira al espejo y ve la niña que un día fue. Por otro lado, el plano rodado en el Pantano del Negratín, cuyas aguas reflejan el paisaje como una frontera líquida entre realidad y ficción, entre lo que se recuerda y lo que se desvanece.
El Geoparque de Granada es mucho más que escenario. Es símbolo. “Los badlands, con su aridez y silencio, evocan la soledad de nuestros mayores en los pueblos rurales”, dice Ismael. “Y el pantano nos dio la imagen perfecta del recuerdo distorsionado”. Tal y como argumentan estos dos docentes, directores y guionistas de Rihla, las localizaciones se eligieron no por estética, sino por lo que transmitían emocional y simbólicamente. Y el alumnado fue parte activa de todo ese proceso.
Dos maestros, un mismo corazón pedagógico
La conexión entre Miguel Ángel e Ismael es palpable. No se interrumpen: se completan.
“Nos sentimos un mismo ser en el aula”, confiesa Miguel Ángel. “Donde uno aporta la visión histórica y cultural, el otro da ritmo, emoción, estructura narrativa. Esa compenetración ha sido clave” pero ambos nos exponen que lo fue también el contexto: un equipo directivo abierto, familias volcadas, un ayuntamiento comprometido y, sobre todo, una comunidad educativa que creyó en el proyecto desde el minuto uno.

El maestro como guía de memoria
RIHLA. El viaje no es solo un éxito audiovisual. Es un acto de amor a la profesión docente, una demostración de cómo la escuela rural puede convertirse en faro cultural y emocional.
“Este corto es la prueba de que el maestro puede ser guía de recuerdos y sembrador de futuro. No hay innovación sin emoción. Y no hay emoción sin identidad”, sentencia Miguel Ángel.
Antes de terminar, Ismael nos invita a Cortes de Baza este miércoles, 23 de julio, donde será un día especial ya que se contará con dos grandes maestros: el compositor Antonio Capote a la guitarra quien nos adentrará en la banda Sonora de Rihla y con el escritor e intelectual Antonio Manuel quien impartirá la conferencia “El Alándalus que llevamos dentro”.
«También, desde el Ayuntamiento realizarán un homenaje a este alumnado que formará parte de la memoria viva de esta localidad” nos añaden ambos docentes quienes nos enseñan el trofeo mientras se miran y se sonríen.
Les preguntamos si este trabajo tendrá continuidad en el próximo curso académico. Se quedan en silencio pero fuimos conscientes en ese momento que Rihla ha supuesto más que un viaje cinematográfico.

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