Una gran compañera de todas las estupendas que tengo, me regaló este libro este año con motivo de un amigo invisible literario y no he tenido tiempo de leerlo hasta el mes de julio.
El libro está compuesto por veintidós capítulos. Se trata de una novela para adultos pero que también podría ser leído por alumnado a partir de bachillerato o FP de grado superior.
En esta se alternan el presente con analepsis o saltos al pasado y la narración en tercera y primera personas.
Tenemos una narración en tercera persona protagonizada por el personaje más conocido de la novela, una mujer que pierde el habla y que asiste a clases de griego. No quiero destripar mucho el argumento de la novela pero tras esa pérdida del habla podrían encontrarse la pérdida de la custodia de su hijo o la muerte de su madre.
Por otra parte, aparece otra narración, en este caso en primera persona protagonizada por un personaje masculino. Este recuerda a un amor de infancia que no le correspondió y con el que sucedió una situación que explicará aspectos del desarrollo de la trama posterior. Seguidamente, relatará una amistad de juventud, que supuso un amor homosexual por parte del otro chico cuya vida estaba unida a la enfermedad. Hay en el desarrollo de este protagonista también una historia de inmigración. La novela nos desvelará en un momento dado de la trama cuál es la identidad de este personaje.
Qué duda cabe de que un tema clave, un eje temático de la novela, es lo sensorial y la comunicación, la importancia de los sentidos y la expresión, la protagonista pierde el habla y el otro personaje masculino irá perdiendo también un sentido, a su vez hay otro personaje del pasado también con una falta de otro de los sentidos. Además esta cuestión es el desencadenante o la consecuencia de problemas de salud mental. Nos puede pasar a cualquiera de forma repentina o paulatina la pérdida de algún sentido o capacidad. No obstante, aquí se plantea también la ansiedad provocada por la conciencia de tener la certeza de que se irá perdiendo un sentido progresivamente y qué se sentirá al tener que vivir sin ese sentido habiéndolo tenido en el pasado.
En la página 116 el protagonista masculino hace una reflexión al respecto de lo sensorial y su importancia:
“¿No sería que me había sentido atraído hacia el mundo invertido de Platón por la razón que tú me planteaste? ¿Por la misma razón por la que me fascinó el budismo, que también descarta por completo la realidad sensorial? Es decir, ¿por qué sabía que inevitablemente llegaría el día en que dejaría de ver y perdería el mundo sensible?”
Otra cuestión secundaria que aparece en la novela es la importancia de la escritura, la protagonista escribía poemas cuando estaba en el instituto pero no los mostraba.
En el relato vital de los personajes, de forma implícita, se desvela el vacío, la soledad, la enajenación, la falta de cooperación y solidaridad y la monotonía, que, al fin y al cabo, se imponen en la sociedad capitalista de la actualidad. En el caso de la protagonista esto va unido a la falta de palabras para explicar todo ello, a la inefabilidad, a la incapacidad de expresarse y expresarlo, que pudiera reconciliar a la protagonista con su vida o su identidad, así aparece descrito en la página 154:
“No podía reconciliarse.
El mundo estaba lleno de cosas con las que no podía reconciliarse.
El cuerpo de un indigente hallado muerto en el banco de una plaza bajo varias capas de papel de periódico un día claro de primavera; los ojos apagados de la gente que viaja en el metro a última hora de la noche, mirando hacia otro lado mientras se rozan sus hombros sudorosos; el interminable desfile de coches sobre la autopista, con las luces rojas de los faros traseros encendidas un día de tormenta; los días que se suceden uno tras otro, arañados por miles de afilados patines de hielo; los cuerpos, que se desmoronan tan fácilmente; el intercambio de bromas tontas y endebles que se dicen para hacernos olvidar todo eso; las palabras que escribimos con fuerza sobre el papel para que nada quede en el olvido; y la fetidez que emana de esas palabras como espuma putrefacta.
A veces, después de un largo periodo de soledad o de enfermedad, en las horas previas al amanecer o bien entrada la noche, de pronto brotaban de ella palabras increíblemente prístinas y serenas que sonaban a un dialecto extraño. Pero no creía que eso pudiera ser una prueba de reconciliación”.
A partir del capítulo diecinueve se unen las dos voces narrativas de la novela. Se produce la comunicación con la exploración de formas de expresión y el amor como salida o solución. No obstante, aun así, finalmente, siempre queda el miedo a la pérdida.
Datos del libro
‘La clase de griego de Han Kang, Premio Nobel de Literatura
Traducción de Sunme Yoon, Barcelona, Editorial Random House
1ª edición septiembre 2023, tercera reimpresión octubre 2024





