“El Gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su Presidente”: Constitución (art. 101.1.). Todavía no estamos en esta situación.
Mi respuesta a la pregunta que planteo en el título de este artículo, y tal como está el patio político, es que sí. El esperpento es una técnica literaria creada por D. Ramón María del Valle-Inclán, que el Diccionario de la Lengua Española en su primera acepción define como “Persona, cosa o situación grotescas o estrafalarias”. Creo que en un somero análisis de la situación actual no nos equivocaríamos si la definimos como esperpéntica. A pesar de ello, Pedro Sánchez sigue resistiendo: “Manual de resistencia” (2019).
Bajo mi particular perspectiva, éstos son algunos indicadores que definen nuestro panorama político. Muchas de las decisiones que toma el presidente están condicionadas por un honorable prófugo de la justicia que vive en Waterloo (Bélgica); Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE, ha ingresado en prisión; el Tribunal Constitucional avala la ley de amnistía (crónica de un bochorno anunciado) y Sánchez dice que “Es una buena noticia para España y para la convivencia”. Él, no obstante, se la negó a los nacionalistas catalanes hasta cuatro veces porque no tenía cabida en la Constitución. Así mismo, 38 ex altos cargos del PSOE han pedido al presidente su inmediata renuncia como secretario general; Moncloa admite que la Seguridad Social arrastra un agujero de 126.000 millones de euros, y El País del pasado 26 de septiembre afirmaba que “El Congreso de los Diputados se anega de corrupción y de ´puteros´”.
Los ministros de “Sumar”, dado que venían a combatir la corrupción, deberían haber dimitido ante el escándalo del caso Koldo pero no lo han hecho. ¿Quizás es que hacen caso omiso a Guilio Andreotti, varias veces presidente del consejo de ministros del Gobierno italiano que decía que “El poder desgasta al que no lo tiene” y ellos no quieren desgastarse? Koldo es un destacado aizkolari que pasó de portero de puticlub a asesor del ministro. Y Junts pel Sí, como buenos independentistas, a la defensa de “su país”: “Nosotros en Madrid no tenemos amigos, tenemos intereses” (Jordi Turull). Saben que si el Gobierno de Pedro Sánchez cae, las medidas que están negociando con él no las conseguirán con el PP: aplicación de la ley de amnistía a Carlos Puigdemont, la oficialidad del catalán en la Unión Europea, la delegación de las competencias en inmigración o la financiación singular para Cataluña.
Carlos Alsina, en su programa “Más de uno” de Onda Cero, preguntó a Pedro Sánchez: “Presidente, ¿por qué nos ha mentido tanto”, pregunta nunca hecha a ningún jefe del ejecutivo. Y siguió, ¿Se siente Ud. como un hombre de palabra, un hombre de principios? ¿Se ve Ud. como un hombre sincero? El presidente ha manifestado en otra comparecencia que ha llegado a un acuerdo para contribuir a la OTAN con tan sólo el 2,1% del PIB, y Mark Rutte, su secretario general, dice que tendrá que ser al menos el 3,5%. Por este hecho, Trump ve a España como un problema y amenaza con hacer descarrilar su economía por no gastar el 5% en Defensa. José Luis Ábalos ha comparecido ante el Tribunal Supremo para desvincularse del supuesto amaño de obras públicas a cambio de comisiones; el juez Peinado pide imputar al ministro Félix Bolaños por malversación y falso testimonio en la investigación contra Begoña Gómez, esposa del presidente; y Santos Cerdán firmó un contrato de 6000 euros por el 45% de Servinabar 2000 SL, empresa clave de la trama de corrupción.
El Sr. Sánchez compareció el pasado 16 de junio para dar explicaciones tras tener conocimiento del informe de la guardia civil que investiga la causa abierta contra Ábalos, Koldo y Cerdrán. Pidió perdón a la ciudadanía pero ¿podía haber hecho algo más? Sí. La Constitución recoge dos medidas para que los españoles, con la venia del presidente, tomen la palabra: las elecciones generales y la cuestión de confianza. En su artículo 23 establece el derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos a través de representantes elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal; el artículo 68 regula el proceso de elección del Congreso de los Diputados, y el 69 regula el proceso de elección del Senado. “No habrá convocatoria electoral hasta 2027 porque esto no va de mí”, dijo el presidente enfáticamente. Sí ha prometido que llevará a cabo una auditoria externa sobre las cuentas de su partido, una reestructuración de su ejecutiva, así como poner su Gobierno a disposición de la Justicia, medidas éstas que no afectan a la ciudadanía que es lo que importa.
La cuestión de confianza dice que “En caso de que el Congreso niegue su confianza al Gobierno, éste presentará su dimisión al Rey, procediéndose a continuación a la designación de presidente del Gobierno, estableciéndose que el candidato propuesto expondrá al Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar, solicitará la confianza de la Cámara y el Rey lo nombrará presidente del Gobierno”: artículo 114. Él, a pesar de que Emiliano García-Page, presidente socialista de Castilla-La Mancha se lo ha pedido, tampoco la ha tenido en cuenta.
¿Por qué el Sr. Sánchez no ha utilizado ninguna de estas dos medidas? La respuesta la ha dado en el reciente comité general del PSOE: por responsabilidad. “El capitán no se desentiende cuando viene mala mar. Se queda a capear el temporal y a llevar la nave a puerto”. ¿Cuándo llegará la nave? Esto sólo él lo sabe.
