El servicio postal de ALAND, archipiélago situado entre Suecia y Finlandia, goza de peculiares rarezas producto de la historia de la región: hablan sueco pero pertenecen [a pesar de gozar de una gran autonomía que en la práctica es como si fueran independientes] a Finlandia.
Los archivos de la naviera narran una de las épocas más florecientes en la etapa de la navegación a vela, especialmente rentable entre 1913-1949 cuando, víctimas del progreso, los bellos barcos a vela desaparecieron. La flota de Gustaf Erikson fue la más grande del orbe y navegaba entre Europa, América del Sur y Australia; ese tesoro documental se conserva hoy en los archivos provinciales de Aland y el Museo Marítimo, Helsinki los acabaría incorporando a la UNESCO y hoy gozan de su protección.
El armador Gustaf Adolf Mauritz Erikson nació en Lemland en 1872 y falleció en Mariehamn, capital de las islas, en 1947. Fue un hombre de mar y su primera singladura la realizaba a los nueve años, una década después, con 19 años, comandaba un velero en el Mar del Norte.

Era un hombre que en su tiempo tuvo una gran visión de futuro, compraba sus barcos a bajo coste porque el vapor hizo acto de presencia en un mercado altamente competitivo, pero a pesar de todo, los veleros y el tipo de comercio que realizaba aún le salían rentables para mantener sus veleros en activo en esas largas singladuras. Él los libraba, momentáneamente del desguace, los arreglaba y se convertía en el armador con mayor número de veleros surcando los mares en la década de 1930, una época dorada en el mundo del transporte marítimo. Su compañía acabó especializándose en el trasiego de granos que transportaba desde la lejana Australia al continente europeo. Tenía una excelente concepción del negocio y barco de cuatro mástiles que quedaba fuera de servicio, él lo convertía aún en una pieza rentable. Los viajes de casi 60.000 kilómetros y una tripulación de apenas 30 personas hicieron que la compañía tuviera un buen nombre en el negocio naval.
De los trece veleros activos en 1939 que participaban en esa peculiar carrera de granos, 10 eran suyos. De los que viajaron en aquellas épicas singladuras, varios acabaron narrando sus peripecias con la naviera Erikson, entre otros testimonios está el de Eric Newby que viajó en 1938-1939 con el Moshulu, inicialmente botado en Port Glasgow (Escocia) en 1904; hoy es un restaurante flotante atracado en Penn’s Landing (Filadelfia) a quienes se lo vendieron en 1970 pero había quedado desarbolado en 1947 el año en que el armador murió. En su día fue uno de los mejores navíos que él había comprado por 12.000 dólares de la época. Su epopeya quedó plasmada en La última carrera de granos y Aprendiendo de las cuerdas.

Otro testimonio es de Richard Brinsley Sheridan que, con 19 años, se había enrolado en el Lawhill, sus experiencias las dejó escritas en Heavenly Hell. The experiencie of an apprentice in a four mast barque.
Esa naviera es sólo un nombre en el mundo del comercio marítimo de hoy, un legado, un trozo de la historia naval de las islas Aland pero, a pesar de haber desaparecido, permanece en la memoria y no se quedó en el olvido. Gracias a su servicio postal, que lo acaba de honrar con un bello sello en el que aparece Erikson, y su primer navío, el velero Tjerimai, en tonos marrones que le dan un aire vintage. Valor acifrado wärlden [equivalente a 4.10€ tarifa básica a cualquier lugar del orbe], fueron impresos en pliegos de 24 con dos tiras de cuatro en la parte central [en el argot filatélico se conocen como semáforos] con leyendas e ilustraciones con detalles de sus notas y una carta del capitán del Archibald Russell, estas viñetas sin valor postal hacen que muchos coleccionistas incorporen esos elementos, normalmente hojas completas, en las páginas de sus álbums. Hubo sobre de primer día y tarjeta máxima, además el servicio filatélico colgó un video cortito con esta emisión que comenzó a circular el 25 de agosto de 2025 en Mariehamn. En la ilustración del matasellos de primer día va la bandera que caracterizaba a la flota Erikson -también quedó recogida en el anverso de la tarjeta máxima que puede hacerse circular sin necesidad de franqueo adicional-.






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