La impresión 3D ha dejado de ser una herramienta futurista para convertirse en una tecnología presente en muchos entornos educativos. Desde institutos de secundaria hasta universidades y centros de formación técnica, cada vez más docentes incorporan la fabricación aditiva como recurso para enseñar diseño, ingeniería, arquitectura, y hasta biología o arte.
En ciudades como Zaragoza, donde existe una comunidad activa de innovación tecnológica, se están desarrollando proyectos educativos que conectan a estudiantes con el mundo real a través de la impresión 3D personalizada, con aplicaciones prácticas y creativas.
Empresas como Proto-fast no solo ofrecen servicios de impresión profesional, sino que también colaboran con centros educativos y makers para acercar esta tecnología a las aulas. Su experiencia en materiales, modelado 3D y prototipado rápido los convierte en un referente de impresión 3D en Zaragoza, tanto para clientes comerciales como para proyectos educativos.
¿Qué aprenden los estudiantes con la impresión 3D?
- A transformar ideas en objetos físicos mediante software de diseño.
- A comprender principios de geometría, materiales y estructuras.
- A trabajar en equipo en procesos de diseño iterativo.
- A innovar: desde fabricar piezas mecánicas hasta crear soluciones reales para su entorno.
Este tipo de experiencias despiertan la curiosidad, fomentan el pensamiento crítico y preparan a los alumnos para profesiones del futuro vinculadas a la industria 4.0.






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