Octubre sigue regalándonos los frutos del huerto de primavera-verano. Las altas temperaturas están favoreciendo una producción abundante de pimientos, berenjenas, calabacines, calabazas, pepinos e incluso pequeñas sandías.
Nuestro huerto escolar se encuentra en sus últimos coletazos, y los alumnos lo están disfrutando más que nunca. Durante los recreos, algunos se acercan para ayudar con el riego, mientras que otros prefieren saborear los pimientos recién recolectados, sobre todo los más pequeños. Es una auténtica alegría verlos disfrutar de los productos que ellos mismos han cultivado. También se han llevado a casa calabazas, berenjenas y calabacines, orgullosos del trabajo realizado.
El grupo de Educación Infantil, acompañado por sus maestras y por Raúl Cerezo, coordinador del huerto escolar, participó en una actividad muy especial. Durante la visita, aprendieron a diferenciar la flor del fruto y comprendieron la importancia de la polinización por parte de los insectos, especialmente las abejas, gracias a las cuales podemos disfrutar de verduras tan ricas y frescas.
Posteriormente, Belén Soldado y Maribel Molina, junto con todo el alumnado de Infantil, prepararon una deliciosa ensalada con los pimientos recién recolectados y otros ingredientes que ellos mismos trajeron de casa, como tomates cherry, lechugas, pepinos, aceitunas, maíz dulce y atún. Fue una experiencia muy motivadora y enriquecedora, en la que los niños no solo aprendieron sobre el proceso del cultivo, sino también sobre la importancia de una alimentación saludable.
También queremos destacar la participación del aula específica, que junto a su tutora Andrea López ha colaborado activamente en las tareas del huerto. Han pasado una mañana muy divertida y emocionante recogiendo y disfrutando de los frutos que tanto esfuerzo y cariño han dedicado durante el curso.
Cabe mencionar las temperaturas atípicamente altas que estamos teniendo en nuestra zona para esta época del año. En el huerto se nota especialmente: las plantas de pimientos, berenjenas y calabacines siguen floreciendo, y lo más sorprendente es que ¡las plantas de sandía están llenas de flores y vuelven a crecer pequeñas sandías! Esperamos poder disfrutar de ellas, aunque es posible que las próximas bajadas de temperatura y las noches más frías dificulten la floración y maduración de los frutos.
En estos últimos días de nuestro huerto escolar aprovecharemos al máximo los frutos que nos sigue ofreciendo. Muy pronto comenzaremos los preparativos para el nuevo curso, en el que desvelaremos el nuevo proyecto del huerto escolar que estamos preparando con mucha ilusión.
Una vez finalicemos el trabajo del huerto correspondiente al curso escolar 2024-2025, daremos comienzo a una nueva etapa con el huerto del curso 2025-2026. Dependiendo de las subvenciones y programas solicitados que nos sean finalmente concedidos, podremos ser más o menos ambiciosos en nuestros objetivos. Hemos solicitado los programas ALDEA, ECOESCUELAS y AULAS VERDES ABIERTAS.
Con el programa ECOESCUELAS, se llevará a cabo un estudio sobre la cantidad de residuos que los alumnos generan durante el primer trimestre. A partir de los resultados, se ofrecerán pautas y estrategias para reducir progresivamente esos residuos a lo largo del curso. El objetivo será fomentar hábitos más sostenibles, como evitar el consumo de productos con envases innecesarios, eliminar el uso de bolsas desechables y sustituir los tradicionales bocadillos envueltos en film de plástico o papel de aluminio por recipientes reutilizables.
Por su parte, el programa ALDEA es el que, con mayor probabilidad, nos será concedido. En ese caso, continuaremos con nuestra política de trabajo en el huerto durante los 365 días del año, contando con la colaboración activa de toda la comunidad educativa. Además, aprovecharemos esta oportunidad para renovar las herramientas empleadas en el trabajo diario y, si es posible, adquirir una pequeña máquina rotavator que facilite las labores de preparación del terreno. También incorporaremos una compostera para depositar restos biodegradables —como restos de comida, frutas, hojas secas o cáscaras de huevo— que los alumnos desechen tanto en el recreo como en sus hogares. De este modo, fomentaremos en ellos hábitos más saludables y sostenibles, motivándolos a consumir productos naturales como frutas, verduras y alimentos no procesados.
El programa AULAS VERDES ABIERTAS sería, sin duda, el más relevante y ambicioso, ya que es el que podría aportar mayores recursos económicos. En caso de ser concedido, permitiría desarrollar un proyecto de mejora integral del huerto escolar, que incluiría el vallado del recinto, el aporte de entre 25 y 30 metros cúbicos de tierra fértil, la construcción de un hide (caseta de observación), la creación de charcas como bebederos para aves e insectos, la instalación de una compostera y un sistema de riego por fertirrigación.
En cambio, si finalmente solo se aprueban los programas ALDEA o ECOESCUELAS, el proyecto se centrará en la creación de una pequeña empresa agroalimentaria escolar dedicada al cultivo de habas y cacahuetes, desarrollando un trabajo integral que abarcará desde la siembra hasta la recolección y posible comercialización de los productos.
Todo está enfocado a seguir creciendo como centro sostenible, implicando al alumnado y a toda la comunidad educativa en el cuidado de nuestro entorno y en la construcción de un futuro más verde.
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