Juan Cortés Sánchez
La visita a Víznar fue una excursión que nos ofrecieron y llevaba unas expectativas bastante bajas de lo que iba a ver y a ocurrir. Una vez llegamos, todo comenzó a cambiar en cuanto a lo que nos explicaron y pude ver en primera persona. Por un lado, pude realmente comprobar que sí existen fosas comunes en España y que nadie (me refiero al Gobierno) ha hecho nada por todas esas víctimas de la represión franquista. Realmente una cosa es estudiar el franquismo y otra es ver cómo unas personas completamente anónimas cuentan con sentimiento de tristeza que después de más de 80 años no han podido recuperar los cuerpos de sus abuelos o bisabuelos.
Por otro lado, algo que realmente me pareció curioso fue el dato que dijo una de los familiares, y es que nadie en España está a menos de 50 kilómetros de una fosa común. Esto es algo realmente sorprendente y que no hay justificación ninguna para esto, por lo que me parece sorprendente cómo todavía puede haber gente que justifique todos estos hechos sin ningún tipo de escrúpulos.
Con respecto a los profesionales que estuvieron explicándonos todo lo del barranco de Víznar, concretamente un comentario que hizo Francisco fue lo que me llamó la atención y es que ellos han podido encontrar aproximadamente 166 cuerpos pero realmente solo una decena han sabido a ciencia cierta a quién pertenecen, ya que ha pasado mucho tiempo y es más difícil extraer las pruebas de ADN. De este tema pienso que no se está actuando bien ya que todas estas víctimas están en una constante incertidumbre y con una herida abierta, sin saber el paradero de sus familiares.
Además, en esta visita pudimos ver una fosa abierta con unas 13 personas. Esto fue algo impactante y que me dejó impresionado ya que cuando te lo cuentan parece un cuento y que nada es cierto, pero cuando realmente lo ves desde tus propios ojos piensas y dices: ¿tuvieron corazón para hacer esto?
Hablar de fosas comunes, concretamente la de Víznar, es recordar y enfrentarse a un capítulo bastante doloroso que está marcado en la historia de España. Pienso que las fosas comunes representan una herida que, aunque forma parte del pasado, aún no está cerrada del todo, a consecuencia de que nadie ha hecho nada ni mostrado interés). Esta herida pienso que nunca se va a cerrar ya que las generaciones van a ir creciendo y estas siguen sin respuestas claras sobre el destino de sus familiares, que un día se los llevaron y no volvieron a salir con vida.
Lo que sí es cierto es que muchas personas dicen que recordar esto es volver a reabrir una herida que ya está cerrada y pienso que nunca se ha cerrado sino que la han tapado. Esta herida jamás llegará a cerrarse del todo, siempre será una piedra que estará marcada en la historia de España.
Para terminar y concluir, pienso que esta visita me ha hecho abrir los ojos mucho más sobre el tema del franquismo y que gracias a esto ya nadie va a venir a decirme que todo lo que me cuentan personas con diferente ideología es falso, porque ya sé que no. Por ello es tan importante conocer nuestra historia, una historia que deja huella. El franquismo siempre será recordado.
Andrea Molero Martín
Estar en el barranco de Vìznar te hace pensar muchas cosas, pero sobre todo en lo afortunados que somos de haber nacido en una época en la que no hay guerras en nuestro país, ni represiones, ni nada en realidad por lo que tengamos que tener miedo. En cambio todas esas personas que vivieron en aquella época fueron las que por desgracia sufrieron esa represión.
No puedo imaginarme levantarme por la mañana y pensar si cuando llegue la noche seguiré viva, pensar en todo lo que tengo construido como mi familia, mi hogar, mi trabajo, en conclusión, mi vida y que de un segundo a otro me lo arrebaten todo y acabe en una fosa común con otras personas, que al igual que yo tenían una vida construida y nunca fueron culpables de nada. O por otro lado, que se lleven a mis seres queridos y no volver a verlos jamás, y ese sentimiento de vivir día a día sin saber si estarán todos bien, o si los han matado, dónde estarán, etc.
No imagino lo que podrían sentir cuando subieron hacia el barranco sin saber lo que el futuro le deparaba, el miedo, la angustia… tantas emociones que te pueden surgir, incluso pensar en todo asumiendo que te llega tu final, en tu familia, tu trabajo, todas las cosas que un día soñaste con tener, desaparecen.ç
Todas las personas que están en el barranco de Víznar trabajando, tienen mucho mérito, ya que están siendo capaces de ayudar a los familiares de las personas que hay en las fosas. Debe ser un trabajo muy duro excavar en las fosas y encontrarte con tal cantidad de cuerpos de personas que no tenían culpa ninguna y reflexionar sobre que esas personas también tenían derecho a tener un final de vida digno como todos.
Lo más impactante para mi fue ver los restos de un cuerpo que con el tiempo ya era un esqueleto. Yo nunca había visto un esqueleto de verdad y tenerlo ante mi y saber de la manera en la que murió se me hizo bastante duro, y a día de hoy, que varias semanas que tuvimos la visita al barranco, todavía recuerdo esa imagen perfectamente en mi cabeza, y fuera quien fuese esa persona seguro que no se merecía estar ahí.
En conclusión, para mí el barranco es un lugar lleno de emociones, sobre todo de tristeza y coraje más que otra cosa, pero a su vez un lugar lleno de historia que nunca tenemos que olvidar, al igual que debemos estudiar el Paleolítico y el Neolítico cuando fue hace tantos años. En el futuro se debe seguir estudiando siempre la represión franquista para que todos tomen conciencia de lo que es una dictadura y así tengamos más posibilidades de evitar que vuelva a suceder y no olvidar que somos muy afortunados de no haber vivido algo así de duro.
Nuestro objetivo principal como sociedad es fomentar la paz y la igualdad, y dejar el odio y las diferencias a un lado porque todos somos personas con los mismos derechos y tenemos que crear un mundo mejor para nuestras futuras generaciones, pero sobre todo pensando en nuestras futuras familias, para que vivan en un buen entorno.
Alejandra López Fernández
Muchos se preguntarán ¿qué es el Barranco de Víznar? El barranco de Víznar es el barranco donde se llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales de cientos de personas: maestros, sindicalistas, políticos, intelectuales y ciudadanos republicanos. La tradición oral y diversas investigaciones sitúan allí el fusilamiento de Federico García Lorca, aunque la localización exacta de su tumba sigue sin confirmarse. Hoy está declarado Lugar de Memoria Histórica, con señales, monolitos y recorridos que recuerdan a las víctimas.
En la visita nos dieron una pequeña charla algunos de los familiares que han sufrido la pérdida de bisabuelos y abuelos. Me pareció súper cercana e íntima porque nos explicaron su situación y lo que tuvieron que vivir sus familias. Una de las historias me pareció impactante, ya que nos contó cómo se aprovecharon de la buena voluntad de su abuelo, un “amigo suyo” le dijo que lo necesitaba para hacer una cosa y se lo llevó engañado de su trabajo, acto que es rastrero ya que vender a una persona que está dispuesta a ayudarte por unas míseras pesetas. Ese mal amigo siempre llevará en su conciencia de un buen hombre que lo único malo que hizo fue tener otra ideología distinta al régimen que gobernaba.
Admiro a las personas que no se cansan de luchar por tener un país más justo, ya que defienden los intereses de todos los ciudadanos sin miedo a lo que pueda ocurrir o las represalias que se puedan tomar contra ellos. Además de la labor que hacen los trabajadores en el Barranco de Víznar, porque es un trabajo impresionante, porque a pesar de todos los impedimentos que aún se les sigue poniendo a las personas que quieren hacer justicia, no se rinden y es de lo más bonito porque lo hacen muchas veces sin necesidad de tener nada a cambio. Y esta lucha ha hecho que se comiencen a movilizar leyes para poder hacer justicia y cerrar heridas.
En conclusión, esta visita me pareció muy interesante ya que hace que adolescentes conozcan la realidad y además dan visibilidad a esta labor tan importante. Doy las gracias porque personas que no nos conozcan de nada hayan compartido sus historias y colaborar con nosotros.
Índice de la serie:
«Llevamos mucha verdad metida dentro del corazón» (4/5): Juan Cortés Sánchez, Andrea Molero Martín y Alejandra López Fernández.
«Llevamos mucha verdad metida dentro del corazón» (1/5): José Mª García-Consuegra






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