Estas personas muy numerosas dentro y fuera del territorio español me parecen bastante ignorantes. No han reflexionado nunca sobre la evolución de los pueblos, las influencias y las invasiones, en definitiva, les hace falta estudiar un poco de historia para quizás así, ser más tolerantes y no reírse de lo que desconocen.
Que en Salobreña tenemos una manera muy peculiar, imaginativa y por qué no decirlo muy sui generis de hablar y relacionarnos con nuestros vecinos, es algo que no voy a descubrir ahora, pero de ahí a decir que hablamos mal y peor aún, muy mal va un abismo.
Todas estas personas, que se ríen y mofan de nosotros ignoran que en la Península Ibérica había diferentes pueblos que hablaban diferentes lenguas (tartesios, fenicios, celtas, ligures, íberos), pero que con la entrada de los romanos en el año 218 a.C. se produjo una romanización que hizo desaparecer todas esas lenguas. Sin embargo cada pueblo ha ido desarrollando una lengua propia y de muy andar por casa.
Siempre he tenido que estar dando explicaciones del significado de muchas palabras únicas en mi pueblo y si ya hablamos de frases, giros y dichos, entonces estaríamos una eternidad explicándonos.
Conversación oída en una carnicería:
– ¿Niña cómo está tu mamá?
– Regulé na mes!!!
A continuación entro en una frutería cercana y lo primero que me ofrecen es papes, peres y acendies; mi vecina me pregunta qué voy hacer de comida y ella sin esperar respuesta me dice que ha preparado lenteges con papes.
Cuál es el, resultado de todo esto, nadie sabe el motivo pero el cambiar la terminación a por e, sí que es frecuente y sobre todo cuando aun vivíamos en la época de las pesetes.
No hace mucho tiempo, una amiga que participaba en el difunto Grupo “Vocabulario de Salobreña”, comentaba la similitud entre dicho vocabulario nuestro y el suyo asturiano, de ahí que hubiese muchas palabras cuya fonética y terminación fuesen parecidas.
Frases escuchadas en pleno rebalaje:
– “Niña, sal del agua y comete el bocadillo de monllor y el goyur”.
– “Mámá yo quiero unas rulanguillas de mortadela y un pitusin”.
Todo esto puede parecernos divertido, gracioso y lo que queramos, pero la realidad es que no es habla autóctona de Salobreña, si no mal habla y es común a muchos pueblos.
Toda esta descripción de palabras y dichos de Salobreña, no serían necesarios si el ser humano fuera más tolerante y los ciudadanos más instruidos y comprendieran que pronunciar diferente no significa ser mejor ni peor y que detrás de cada s,ch,c ó z hay toda una historia y no ya de un pueblo sino de pueblos.
Un año en las Fiestas de la Virgen del Carmen, para la elección de la Reina de las Fiestas, se pidió que alabaran la belleza de las féminas y un paisano simpático y cariñoso pronunció el siguiente piropo:
– “Niña estás más buena que el goyur con mititillas”
Si yo hubiese sido parte del jurado, le habría dado el primer premio, por su ingenio, vivacidad y sobre todo descripción de la belleza de la dama.
Que me siento orgulloso de ser salobreñero ya lo he dicho en infinidad de ocasiones y de hacer reír a alguna gente con mi habla, en estos tiempos de crisis y angustia, me parece algo inclusive sano y que todos debiéramos practicar.
Es la misma historia de siempre: reírse de lo que se desconoce. La risa y la burla son más fáciles que el estudio y el pensamiento.
Pero no creamos que esto es predominio de los habitantes de Salobreña; los motrileños se ríen de los motrileños, los almuñequeros de los almuñequeros, porque cada uno se cree saber más y hablar mejor que su paisano.
Decía Molière…»los pueblos felices no tienen sociología, tienen costumbres, instituciones y leyes».
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