– ¿Se trata de una obra premonitoria de lo que pude ocurrir en un tiempo no muy lejano?
– Espero que no, y desde luego, no en un sentido literal. Sin embargo, tanto el análisis de Galbraith como la crítica mucho más reciente, de nuestros modelos políticos, llamados incorrectamente democracias, y hasta hace poco incuestionables, me parece que no atañen ya al futuro sino a nuestro presente. Nuestros estados de partidos, popularmente partitocracias, surgidos tras la Segunda Guerra mundial, y la actual crisis en la que estamos inmersos, resultan bastante inquietantes para la supervivencia de nuestros derechos y libertades, alumbrados allá por el siglo XVIII. La novela tiene
además otro ingrediente bastante actual, como es la destrucción del medio ecológico.
– ¿Hasta qué punto esta obra es deudora de las obras de Huxley y Orwell?
– Esta obra debe mucho a los clásicos de la ciencia ficción, fundamentalmente a tres obras: «Un mundo Feliz» de Adous Huxley; «Rebelión en la Granja» de Orwell; y «1984», también de Orwell; es deudora de estas obras en primer lugar, por el estilo descriptivo, minucioso, «clásico»; y en segundo lugar, por la temática (la crítica del Estado, de las tendencias totalitarias inherentes a la organización de nuestras sociedades, o incluso a la propia lógica de la evolución y el progreso científico de occidente, inseparable naturaleza, y en segundo lugar, de la propia sociedad humana.
– No es su primera obra fantástica, pero si de ciencia ficción ¿cómo se siente en este
género?
– Muy bien, la ciencia ficción que mucha gente confunde por un reduccionismo comprensible, con las novelas de aventuras espaciales, es un género que nace fundamentalmente ligado a la especulación y a la crítica social y tecnológica allá por el siglo XIX, con Wells, aunque con ilustres antecedentes. Antes y después de Ciudad feliz yo he escrito relatos encuadrables dentro de este género. Por desgracia, al igual que la novela policíaca y, en menor medida, la novela negra, es considerada hoy por la literatura «culta» como un subgénero (género B, literatura juvenil, etc). Sin embargo, algunos de los grandes títulos narrativos del siglo XX fueron novelas de ciencia ficción, además de los que ya he mencionado, por ejemplo las obras de Philip K. Dick. Incluso novelas no encasillables en el género, como “El cero y el infinito”, tienen un eco, un sabor, y acaso una deuda indiscutible con él.
Libro electrónico
– También es su primer libro que no se vende en papel y que se puede descargar para ser leído en diversos soportes móviles por tan solo 2,49 ¿Por qué este formato?
«Espero que las editoriales en Internet, como ya ha ocurrido en EE.UU., consigan cotas crecientes de mercado, obligando a las grandes aquí no sólo a reducir sus precios, sino a ampliar su oferta de títulos y a mejorar sus plantillas de autores con obras que primen la calidad sobre el nombre» |
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– Yo he encontrado esta editorial en internet por casualidad, me puse en contacto con ellos, y firmamos un primer contrato, y luego un segundo para otra novela de temática distinta, aunque emparentada, que acaba de salir este fin de semana titulada «Los límites del mundo». Tengo grandes esperanzas por diversos motivos: primero, el precio; al ser una editorial especializada en ebooks, y no tener costes de impresión, almacenaje, distribución, etcétera, puede sacar una novela de unas 200 páginas al mercado por un precio bastante más pequeño que las editoriales convencionales pues aunque éstas están incluyendo ya versiones electrónicas de sus libros en papel, tienen que cargarles parte de sus costes tradicionales, con lo que se mueven entre los 8, 10 y 15 euros, mientras que editoriales como Amarante pueden vender el mismo ebook por menos de cinco euros; en segundo lugar, espero que estas editoriales en España, como ya ha ocurrido en EE.UU., se harán con cotas crecientes de mercado, obligando a las grandes aquí (Planeta, Alfaguara, etcétera) no sólo a reducir sus precios, sino a ampliar su oferta de títulos y a mejorar sus plantillas de autores con obras que primen la calidad sobre el nombre.
– Pero esta temática y soporte están determinando que el público potencial de su obra
sea bastante joven…
– Es posible que sí, hasta que el libro electrónico se popularice, como en su día ocurrió con internet que ya usan desde hace tiempo también personas mayores. Yo nunca he escrito pensando en un sector de edad determinado, y espero que mi obra pueda¡ interesar a toda clase de público. Intento contar historias de forma que puedan ser leídas, decodificadas, a muy distintos niveles de comprensión, y por supuesto, que sean entretenidas y no aburran a las piedras.
– ¿Nos puede desvelar algo del final?
– No puedo ser en esto muy explícito: al final debíamos ser «recolectados» por los dioses, pero de pronto sobreviene la guerra de Troya. «Vendrá la muerte y tendrá tus ojos…»