Pero, ¿qué es una Competencia Básica? «Es saber un contenido, saber aplicarlo y, fundamentalmente, saber ser y estar. Es decir, obtener resultados eficaces pero sin olvidar la dimensión actitudinal. Por ejemplo, una persona puede tener unas competencias dadas para competir y ganar una carrera de natación, pero no será verdaderamente competente hasta que aprenda a saludar y felicitar a sus compañeros al terminar la carrera».
Así lo explica Jacobo Calvo, uno de los asesores del CEP encargado de coordinar el proyecto de Competencias Básicas en Granada. «Estamos en el S.XXI, en la sociedad del conocimiento, en una continua evolución, lo que hoy vale mañana puede que no, las nuevas tecnologías están en todo… Europa necesita que los futuros adultos sean personas con pensamiento flexible, capacidad de transferencia, útil en cualquier contexto más que en un determinado examen. Es una visión integradora: lo personal, lo social y lo profesional, en una misma enseñanza», razona Calva.
Áreas y materias
Las Competencias Básicas son ocho: Lingüística, matemática, interacción con el mundo físico, nuevas tecnologías y tratamiento digital, competencia cultural y artística, social y ciudadana, aprender a aprender, y autonomía e iniciativa personal. «Ocho que tienen que ser tratadas desde todas las áreas y materias. Todas las asignaturas –aclara Calvo– son medios para desarrollarlas durante Primaria y Secundaria». Esto significa que la competencia matemática no es sólo una responsabilidad del profesor de Matemáticas, también lo es del de Lengua o Inglés.
«Se trata –continúa– de que no haya compartimentos estanco, que haya transferencia entre las asignaturas. Hay una anécdota típica que cuenta que en un examen se pedía que buscaran ‘x’ en un triángulo. Hubo un alumno que la redondeo en el papel y puso ‘aquí está’. No hay duda de que es una tomadura de pelo, pero también es competencia lingüística: ¿por qué ‘buscar’ significa lo mismo que ‘calcular’?».
Junto a los objetivos, contenidos, evaluación y metodología, el profesorado deberá incluir en sus programas anuales las competencias. Algo que ganará protagonismo en las actividades que se desarrollen en el aula y en las formas de evaluación. «Si se trata de favorecer el principio de transferencia y pensamientos flexibles –inductivos, deductivos, valorativos, interpretativos…–, la única forma real de ponerlo en juego es a través de las actividades y la evaluación. Si todo acaba en un examen de 10 preguntas memorísticas pierde el sentido».
Dos fases
Por lo pronto, los equipos docentes de los centros educativos de Granada están formándose para trabajar eficaz y eficientemente con sus alumnos. El CEP ha dividido el trabajo en dos fases. La primera –actualmente– pretende sensibilizar a los profesores de la necesidad de incluir las competencias, a pesar de que son obligatorias. «Si las prácticas hubieran favorecido antes estas habilidades, no habría hecho falta este proyecto», reflexiona Calvo. La segunda parte es específica para cada centro que así lo solicite, prestando la ayuda necesaria para incluir y modificar las planificaciones.
¿Cómo se evalúan las Competencias Básicas? «Es una de las grandes dificultades por el tipo de pensamiento tradicional. Ahora las asignaturas no son el fin, son el medio, y cada actividad que favorezca alguna competencia se convierte en indicador. Se trata de calificar contenidos y apreciar competencias», termina Calvo.