«El taller de lectura en familia –describe Pinar– es una experiencia de animación lectora integrada en el proyecto de Lectura y Biblioteca. Las familias vienen a leer y a compartir con otras personas el gusto por la lectura. Por la lectura como fuente del saber, de placer, como eslabón principal en la cadena cultural de un pueblo».
Creer
La idea surgió al principio del curso 2005-2006, cuando Miguel Ángel acababa de ser nombrado director. Él quería potenciar la vida en familia del centro y lanzó la pregunta: «¿Qué os parece si creamos un taller de lectura?» «Nos pareció estupendo –recuerda Rosario–. Él escribió una carta a los padres y algunas familias ser interesaron ese curso. No éramos muchos, pero estaban muy implicados. Lo bonito es que viene el padre, la madre, el hijo que está en la escuela y el hijo que aún no, el primo, el tío…»
Para llevar a cabo el taller sólo exigen una premisa: «Creer en él y en que la lectura es importante para vivir». Cada lunes, las familias que lo desean se dan cita en el colegio para leer en común los cuentos que los docentes les proponen. «Al principio, a mitad o al final hacemos actividades que nosotras hemos creado. Juegos con los que trabajamos algún valor tratado en la historia y con el que los niños se embelesan».
Rubio asegura que el objetivo es «hacer participes a las familias del centro y que los padres sean animadores y guías de sus propios hijos con actividades que luego pueden seguir en casa». Habla de la importancia de hacer de la biblioteca «un lugar de encuentro, consulta y diversión. Con coloquios y diversión. Queremos que sea un sitio donde investiguen sobre la fuente del saber».
Futuro
Miguel Ángel Bailón, el director, describe con orgullo el proyecto, «una idea original, nuestra que se está desarrollando con una exquisitez, dedicación y profundidad tremenda». Bailón sostiene que gracias al taller consiguen desarrollar «competencias de los niños y concretar el resto de proyectos en los que está inmerso el colegio». Pero sobretodo subraya el «trabajo tan intenso que desarrollan las maestras, que echan un montón de horas que no se pueden cuantificar». Este reconocimiento se concreta en dos aspectos. Por un lado, desde el Centro de Profesorado de Granada, que ha recogido en un libro la experiencia y ha colgado un video de una sesión del taller en su página web , y les ha invitado a participar en una ponencia sobre la motivación lectora.
Éxito
Por otra parte, la delegación provincial quiere que esta experiencia se generalice y se ponga al alcance del resto de centros de la provincia- «Que sea pública, que se conozca y que la lleve a cano quien quiera», añaden las profesoras. No obstante, ellas también tienen su propio camino pensado.
«Nuestro próximo trabajo quiere ser publicar un libro con objetivos, contenido y material utilizado. Una guía con técnicas de animación lectora», anuncia Eva Fernández. Mientras tanto, el cuarto taller de lectura en familia ya está arrancando en Alfacar y, como el buen pan, el aroma del buen hacer ya inunda las calles del pueblo. Ya lo dice Rosario, «el taller es necesario porque leer es vivir. Leer es descubrir, es saber, es querer, es crear y es aprender».
Teniendo en cuenta la creatividad que derrochan las maestras del Marín Ocete, queda poco para que sus alumnos terminen amasando un cuento o mojando miga en un surtidor de letras. Tiempo al tiempo. Mientras, lean un buen libro. Que eso educa.