– ¿Qué es «Versos desabrochados»?
– «Versos desabrochados» es un conjunto de poemas en cuyos versos desabrocho palabras que estuvieron guardadas durante mucho tiempo en un cajón o en el disco duro del ordenador. En un principio pensé llamarlo «Susurros de caracola», pero tras hacer alguna consulta me decidí por este otro título. Es un libro dedicado principalmente al sentimiento más antiguo y cultivado (no necesariamente trillado) de la humanidad: el amor. La naturaleza y especialmente el agua como ciclo de vida en sus diferentes estados (agua, nieve, escarcha, río, arroyo…) irrumpen con fuerza como medio de expresión del estado anímico de la historia que cuenta el poema. Se trata de versos libres con ritmo que buscan darle musicalidad al poema. La metáfora es el recurso más utilizado y se alza como protagonista de cada estrofa siguiendo un leitmotiv que le da sentido al conjunto. También acudo a elementos de la vida cotidiana que he personificado y que podrían encuadrar cada título dentro de lo que se conoce como «Poesía de la experiencia».
– ¿Cómo ha sido su proceso de creación?
– Ha sido un embarazo largo y, durante la mayor parte del tiempo, sin tener la consciencia de que daría a luz un libro de poemas. Hasta que un día, sin saber cómo ni por qué, sentí la necesidad de seguir alimentándolo para que continuase formándose y creciendo.
– ¿Cuándo comienza a escribirlo?
Los poemas más antiguos tienen cinco años, aunque gran parte de los que forman el libro pertenecen al año pasado. Otros muchos quedaron en el camino.
– ¿A qué lectores puede llegar mejor?
– Creo que a cualquier lector que tenga sensibilidad y le gusten esas pequeñas cosas que hacen grande la vida. El amor y sus variantes no tienen edad. Me siento muy halagada cuando alguien viene y me dice «Es como si el poema hablase de cómo me siento». Es una sensación indescriptible saber que alguien pueda hacer suyas tus palabras.
– ¿Qué significa para usted la poesía?
– Te diría que la auténtica poesía de mi vida es, como señala la dedicatoria del libro, mis hijos. Aunque también siento la poesía como esos instantes que solo las palabras tienen la divina y única virtud de atesorar para siempre. El sabor de un beso se puede disipar en el recuerdo, la fuerza de un cerezo se apagaría si sucumbe al frío, una mirada podría nublarse con la lluvia, pero nada de eso desaparecerá si esos instantes pasan a formar parte de las palabras. Y cuando las leas volverás a sentir el momento, por mucho tiempo que haya pasado. Lorca no lo habría podido describir mejor: «Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.»
– ¿Cómo se llamaba su blog y por qué lo ha cerrado?
– Claro de Luna. Siempre sentí una gran fascinación por la luna y la música. Por eso, me inspiró la sonata Claro de Luna de Beethoven que tanto escuchaba de niña. La luna es un elemento de la noche, pero incluso en la noche más negra, siempre se encuentra un claro. Creé ese blog porque me propuse darle orden al caos que reinaba en mi constancia escribiendo. Luego empezaron a salirme fieles lectores que, por lo general, también tenían sus blogs y de los que aprendí mucho. Me sentía muy agradecida por su lectura pero no podía corresponderles a todos leyendo sus escritos dada la falta de tiempo que tenía. Por otra parte, llegó un momento en que me vi escribiendo lo que los lectores esperaban de mí. Me di cuenta de que tenía que tomar distancia para volver a escribir con independencia. Hubo un segundo blog: El sueño es vida. Pero duró poco. De eso hace ya bastante. Por suerte, el sueño y la vida siguen.
– ¿Cuál es su poema preferido?
– Esta pregunta me recuerda a la que le hacíamos constantemente a nuestros padres de niños. «Papá, mamá, ¿a quién quieres más, a mi hermano o a mí?» Y ellos te contestaban: «Qué dedo me corto que no me duela». Por supuesto hay poemas que me parecen mejor acabados que otros, pero todos son «hijos» y tienen la cualidad de despertar algo dentro de mí cuando los leo. Aunque quizás sienta cierta predilección por «Yemas».
– ¿Podría vivir sin poesía?
– Seguiría existiendo, pero con arritmia. La poesía me da ese latido que tantas veces sentimos que nos falta.