Antonio Álvarez, profesor de Biología y uno de los principales culpables de que el Manjón sea más respetuoso con la naturaleza, analizó, paso a paso, el progreso del proyecto medioambiental. Pero como buen maestro dejó paso a una de sus pupilas, Rocío Vázquez, de segundo de Bachillerato, que deslumbró a los presentes en el salón de actos del IES con una estupenda exposición.
«Ha quedado demostrado que los jóvenes tenemos mucho que decir en temas de Medio Ambiente. Está en nuestra rutina», subrayaba Rocío. Admitió que el punto estrella de la iniciativa es el agua y su tratamiento, haciendo referencia a las palabras de Lorca: «Muchos fueron los que vivieron sin amor, pero ninguno sin agua».
El aljibe, instalado en el patio del centro, recoge el agua de lluvia y la utiliza para generar energía en el instituto. «Además, realizamos un estudio de cómo se reparten las papeleras en el Instituto y del uso de la energía. Vimos que no había papeleras en los cuartos de baño, con lo que crecía el gasto de agua –ya sí las hay–, colocamos carteles de uso responsable del agua, hicimos una encuesta de su uso, en la que descubrimos que las mujeres estaban un poco más concienciadas, pero que en general los jóvenes dejan mucho que desear».
Esas y otras actividades acompañaron a la famosa cinta de Al Gore, ‘Una verdad incómoda’. «La vimos y descubrimos que el cambio climático está en nuestras manos». Pues eso, con ilusiones así se hace un poco menos incómodo, ¿o no?