A finales de octubre de 2009 se publicaba la primera edición del libro de Ken Robinson traducida por Mercedes García Escamilla. En el mismo se defiende que «todos nacemos con grandes talentos naturales, y a medida que pasamos más tiempo en el mundo perdemos el contacto con muchos de ellos. Irónicamente, la educación es una de las principales razones por las que esto ocurre». En fechas más recientes se publicaba otra edición prologada por Eduardo Punset.
Del prólogo de Eduardo Punset
«Es muy probable que Ken Robinson, el que más ha insistido en la necesidad de estimular el talento, la creatividad y la vocación artística, el que más claramente apostó contra viento y marea por la no jerarquización de las competencias —no tiene sentido que, en los sistemas educativos, la Física figure siempre en primer lugar y la Danza en el último—, intuyera sin ser consciente de ello que los últimos descubrimientos científicos iban a revolucionar los sistemas educativos.
En los últimos años, los investigadores más tenaces pero no necesariamente los más conocidos han sacado a la luz tres tipos de sorpresas.
La primera fue la magnitud insospechada del inconsciente; se acumulaban allí procesos cognitivos de una complejidad inigualada por el pensamiento consciente.
La segunda vino de la mano de una gran científica empeñada en saber por qué la experiencia individual podía incidir o transformar, incluso, las estructuras cerebrales y genéticas.
Y la tercera se la debemos a Walter Mishel (Universidad de Columbia) que pudo descifrar la ventana del tiempo. ¿Cuándo era mejor o más rentable aprender las nuevas competencias para triunfar en la vida? Para, por ejemplo, identificar el llamado «elemento», cuya ejecución le identifica a uno con su razón de ser.
Pues bien, el «elemento» es el mensaje central de este libro. Como explica con enorme claridad el autor, vale la pena invertir el tiempo que haga falta en encontrarlo y el esfuerzo para adecuarlo al nuevo entorno, cuando se constata que no era el habitual.
Es posible que una gran parte del público e instituciones ignoren durante un tiempo el mensaje de Ken Robinson. No porque resulte difícil de asimilar, sino porque profundizar y controlar las nuevas competencias para vivir comporta cambios tan trascendentales que la gente y las instituciones se lo pensarán dos veces antes de cruzar el río.
Hay una cosa de la que estoy seguro: tarde o temprano no tendremos más remedio que cruzarlo e iniciar la revolución más importante de las que ha habido: conocerse por dentro, gestionarse a sí mismo y poder entonces abordar la tarea de controlar lo que está fuera».
El director de Redes entrevista a Sir Ken Robinson:
Han dicho del libro:
– Blog de Guillermo Lutzky : «La obra trata acerca de cuál es el elemento que diferencia a los que hacen cosas que los apasionan respecto a los que hacen las cosas porque es su trabajo»
– A Eiriña da pedra: «Sin duda este libro me ha hecho reflexionar, y me ha mostrado un nuevo camino para afrontar nuevos retos y alcanzar nuevas metas»
– El blog alternativo: «El libro explica historias de personas reales con trayectorias creativas diferentes pero que ejemplifican que cuando descubrimos lo que nos gusta hacer y nos atrevernos a realizarlo, el camino es mucho más satisfactorio que el de la inercia y uniformidad social»
– Web de Leonardo Maldonado: «Según Sir Ken Robinson la clave está en lograr vivir de manera apasionada en nuestro elemento…»
– Web de Diego Leal: Las escuelas matan la creatividad. (Transcripción de la Ponencia de KenRobinson en TED 2006.)
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