Francisco José nos cuenta que su Montesa Yaya es el primer modelo de este fabricante español en el año 1949 de la que se fabricaron unas 1.800 unidades. «Se encuentra en estado de origen, tal y como salió de la fábrica. Desde pequeño tenía mucho interés en esta moto y hasta el año pasado no pude hacerme con una pues quedan muy poquitas», afirma. También que por ella pagó 5.000 euros y que «no le hemos hecho nada aparte de limpiarla un poco e inflarle las ruedas. La vi en una revista, me llamó mucho la atención y me enamoré de ella». A la cita acuden también sus hermanos que se presentan en el entorno del pósito de Montefrío, cercano al domicilio familiar, con un Montesa Brío 81, a la que se refieren como ‘la trucha’ por el color pues se asemeja al de este salmónido. De la Brío informan que se fabricó en el año 1957, correspondiendo a la primera versión, que estaba restaurada e igualmente solo ha necesitado una limpieza. Está provista de un motor 125 cc o «caballo y cuarto, como le decía la gente» y tres marchas.
En este encuentro está presente el padre quien interviene para aclarar de la Montesa Yaya, matrícula de Gerona 8078, que, «aunque parece mucho lo que le ha costado en realidad ha sido barata pues es muy difícil encontrarla en esos precios. Hace unos años yo restauré una, pieza por pieza y cuando apareció ésta mi hijo no lo dudó pues le quedaba el recuerdo de la otra». La Montesa Brío tiene matrícula de Palencia 4223, en tanto que la Roa 125 la tiene de Córdoba 8648. Respecto a ésta, el padre que informa llevan con ella unos 11 ó 12 años y que era de uno de los proveedores del taller de televisión que se la trajo para que se la restaurara, pero como pasaba el tiempo y no la arreglaba llegaron a un acuerdo y se la compró.
«La he restaurado yo íntegramente. Ha llevado muchos años montarla y se la pasamos al otro hijo que no tenía ninguna, le ha gustado y se ha quedado con ella». Ahora los hermanos aclaran que las suelen coger los domingos por la tarde. «Los tres hermanos nos juntamos y nos vamos por ahí. Un día hacemos más kilómetros y otro menos, y cuando nos hartamos nos venimos», señalan antes de añadir que «nos gustan las motos españolas de poca tirada, aunque no tenga una gran cilindrada».
Respecto a las Montesas decir que esta marca española de motocicletas nació en 1944 en Cataluña al asociarse Pedro Permanyer Puigjaner y Paco Bultó, dedicándose el primero a la gestión y administración y el segundo al desarrollo técnico, basado siempre en la competición lo que les llevó a tener una aceptación extraordinaria en la década de los 50, debido sobre todo a los éxitos logrados en las carreras. Sus máquinas eran esencialmente de una cilindrada de 125 cc, de dos tiempos. Todos estos modelos recibirían la denominación genérica Brío, con potencias siempre en aumento. Por su parte, las iniciales del fabricante de Baena, (Córdoba), Rafael Onieva Ariza (Baena, Córdoba, 1929), darían denominación a sus motocicletas cuyo primer prototipo construiría en 1950, aún siendo estudiante. En 1952 fundó en Madrid la empresa Industrias Motorizadas Onieva la cual empezó a producir motocicletas un año después, llegando a convertirse en uno de los vehículos más populares de esta época.
Más de un centenar de motos La familia Mercado ha reunido más de un centenar de motos, aunque «como manda el bolsillo, últimamente la cosa ha aflojado pues es necesario deshacerse de algunas para poder seguir comprando». Algunas de las motos más curiosas y singulares de las que han podido hacerse son una Moto Sport y una Elig 125 fabricada en Elche (Alicante), una Derbi 98, modelo Mallorca, de la que solo se fabricaron 30 unidades, una Evycsa de la que se fabricaron 164, una Edeta de la que solo se conocen otras dos en España y, además, son distintas, una Jimbell fabricada en Málaga de la que se conservan cuatro o cinco unidades, una Ardilla rígida, primera serie, varias Derlan, una Iresa 98, una Minimarcelino, una Rieju 325, que es la última moto que ha entrado desmontada, pero que se puede restaurar, una Raíd, Clua, Huracán,… También nos explican que son bastantes exigentes a la hora de restaurarlas pues siempre buscan piezas originales lo que ha hecho que, por ejemplo, la restauración de una Derbi 250 le lleve años pero no han parado hasta encontrar la última pieza que era la llave de luces que solo la llevaron las primeras 300-400 unidades. «He estado unos doce años buscándola hasta que la he encontrado», aclara el padre. También que a las Montesas les falta el bombin original con la M grabada en relieve y aunque ha encontrado alguna no es de la misma medida, por lo que «es una asignatura pendiente». Próxima entrega: Mar Escudero Vicente y su Dodge Dart de 1970 |
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