–¿Cuéntenos algún recuerdo de sus primeros años como profesor de Física y Química?
–En el Sierra Bermeja no había laboratorio, estaba en los planos pero en la realidad no existía. Entonces en el salón de usos múltiples había encima como una especie de palomar donde se suponía que tendría que estar la máquina para proyectar. Allí me monté dos tableros y con cacharros de ferretería empezamos las primeras prácticas pues tenía muy claro que unas clases de física y química no podían pasar sin las experiencias de laboratorio. Luego vendrían mis ‘peleas’ con la administración, primero para conseguir un laboratorio y después el desdoblamiento de un grupo pues en las aulas éramos 40 lo que hacía imposible desarrollar las experiencia y conseguí un profesor de apoyo para que al menos un día a la semana la mitad del grupo pudiera quedarse haciendo problemas y la otra mitad conmigo en el laboratorio.
–¿Cómo fue su incorporación al Parque de las Ciencias?
–Antes de llegar al IES Trevenque ya enseñaba Astronomía pero fue aquí donde hicimos un planetario, motivo por el cual luego aparecí por el Parque. Al principio iba un par de tardes a la semana por las oficinas que entonces estaban en el Palacio de Congresos para preparar trabajos y experiencias para el futuro Parque de las Ciencias. Estamos hablando del año 1994. El 8 de enero del año siguiente me incorporé con una comisión de servicios y hasta hoy, primero como funcionario y en los últimos cuatro años como colaborador.
–¿Cómo calificaría este período?
–Ha sido un período muy enriquecedor que cambió mi vida profesional. Para mi ha sido como hacer realidad un sueño. Sería en el año 82 cuando vi en París el primer museo interactivo de ciencia y aquello me encantó. Comprendí que era la forma en que yo quería enseñar las ciencias, es decir, a base de aparatos que se pudieran manipular y talleres en los que los alumnos pudieran trabajar un tema concreto.
–Su dedicación le ha valido la Medalla de Oro al Mérito educativo por toda una vida profesional en favor de la extensión de la Cultura Científica desde el sistema educativo y el Parque de las Ciencias…
–Me cogió de sorpresa. Fue en el mes de junio pasado y me encontraba de viaje en Madrid. Me avisaron de la Consejería por teléfono y casi a bocajarro. Sentí una emoción terrible y una sorpresa absoluta pues no tenia ni la más remota idea de que estuvieran pensando en dármela.
–Ha continuado como colaborador, ¿no se imagina haciendo otras cosas?
–Hay muchísimas más cosas que hacer en la vida. Lo que pasa es que la forma de difundir la ciencia en el Parque forma parte de mi vida. Entonces cuando me jubilé pedía que me dieran la tarjeta de colaborador y aquí sigo mientras me dejen.
–¿Cómo surgió su colaboración con el programa Tecnópolis?
–Hace unos tres años y medio, en el verano de 2005, Tecnópolis pidió un par de minutos para que alguien desde el Parque contara temas de ciencia en la vida cotidiana. Esto se vio muy positivo por lo que supone para la difusión de la ciencia y de que se mencione al Parque y se propuso que fuera yo. Me da satisfacción que me digan que han visto el programa, que les gusta y, sobre todo, que se enteran de las cosillas que cuento en el programa.
Más ciencia en el currículum escolar
Vicente López admite que casi todos los compañeros con los que sigue en contacto se encuentran “desanimados porque los alumnos no tienen ganas de trabajar, ni de estudiar” pero también que hay bastantes profesores realizando el esfuerzo necesario para conseguir que se interesen por la ciencia. “Van muy a contracorriente y creo que las autoridades educativas deberían apoyar muchísimo a estos profesores. Tendría que haber más ciencia en el currículo”. También reclama a los inspectores que exijan prácticas en los laboratorios, y que éstos estén dotados con el material adecuado, que se hagan los cursos ofertados por los CEPs, se organicen ferias de las ciencias, al igual que las celebradas en Cádiz y Málaga. Por supuesto, aprovechar las posibilidades didácticas que ofrece el Parque de las Ciencias, incrementadas con la apertura de la cuarta fase. “El Parque es un filón increíble donde se pueden realizar talleres concretos sobre luz, color, sonido,… actividades que luego se pueden aprovechar en el aula”, aclara antes de añadir su agradecimiento a los impulsores del mismo por permitirle trabajar en un lugar tan positivo para Granada y Andalucía.
Para ver vídeos emitidos en Tecnópolis EL PROFESOR