Es un libro pequeño, de apenas 60 páginas, pero que demuestra hasta dónde es capaz de llegar la condición humana, para lo bueno y para lo malo. Para las nuevas generaciones será algo difícil de creer, parecido a las muchas películas que han podido ver en la televisión. Sin embargo, lo que recoge Carmen Valdivia Campos en ‘Testimonios de exiliados españoles. El campo de concentración de Buarfa (Marruecos)’ fue real, vivido y sufrido por su padre Antonio Valdivia Garrido (Iznalloz, 1914), que le había contado de una manera desordenada en distintas ocasiones. Por eso, a principios de los 90 decidió registrar esos recuerdos y completarlos con los testimonios de otros familiares para que no se perdieran. Ahora los ha fijado en el papel para que investigadores e interesados puedan conocer lo que le ocurrió a aquel sargento del ejército de la República Española que perteneció a la 93 Brigada, Batallón García Lorca al tiempo que se saca a la luz y se rinde homenaje a los exiliados españoles, así como a todos los que «lucharon y sufrieron por defender sus ideales, dentro y fuera de España».
«En esta publicación aportamos principalmente el relato de los acontecimientos que mi padre vivió como refugiado en los campos de concentración en Francia y en Buarfa (Marruecos)», explica la profesora e investigadora. «En un momento determinado le dije a mi padre: vamos a grabar todo lo que has vivido. Conforme lo iba contando yo le hacía preguntas y los dos fuimos andando de nuevo, paso a paso, todo lo que él vivió desde que salió de España por Perthus, su paso a Francia, los campos de concentración en el sur de Francia, ahondando en todos los detalles de la vida diaria. También qué ocurrió cuando el ejército alemán iba avanzando hacia el Sur y cuando los liberaron».
Gracias a esos testimonios se puede conocer los detalles de lo ocurrido a salir de los campos de concentración franceses y su viaje hacia el exilio en el barco Kirisi. «A mi padre le cogieron en una compañía de trabajo de Niort y como quería salir del territorio francés estuvo buscando un puerto. Salió por Bayona y llegó a Casablanca. Otros familiares nuestros lo hicieron en el Stanbrook y han añadido detalles. Llegó a Buarfa donde permaneció durante cinco años (de 1940 a 1945) realizando trabajos forzados en pleno desierto, mal alimentado y peor tratado.
«Dormíamos en tiendas de campaña salvo cuando estábamos castigados, en ese caso nos mentían en “tombeau” que significa “la tumba”, un hoyo en el que nos metían los guardias. Lo tapaban con una tabla y nos dejaban ahí aislados, durante 8 o 10 días. Si no eras capaz de picar la piedra que se exigía iba directamente a la tumba», recoge Carmen en el libro. También que «a pesar de todo el sufrimiento, los refugiadose eran solidarios y conservaban su entereza y buen humor a pesar de haber vivido la guerra de España, en los campos de concentración del sur de Francia, en los de Argelia y en el de trabajos forzados de Buarfa. Además de la foto del padre en 1936, el libro recoge otras nueve imágenes inéditas de los refugiados españoles en el campo de concentración de Buarfa que le ha cedido una amiga con la que solía hablar de estos temas. El libro que se puede conseguir en las principales librerías de Granada, se presenta el martes 22 de noviembre, en el Ayuntamiento de Granada donde la autora estará acompañada por el catedrático de Literatura, Antonio Sánchez Trigueros (20 h).
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