La pasión por el arte le viene de lejos a Paloma Ruiz de Almodóvar. Por ello, tras haber demostrado su maestría con el retrato, ahora hace otro tanto con los paisajes, más exactamente con los rincones y monumentos de Alhambra. De hecho, la exposición que se inauguraba el pasado viernes la ha titulado ‘Alhambratropía’ y con ella pretende sumergir a los visitantes «en un mundo de ensoñación y poesía» y que se convierte en una prueba palpable de su interés por el mundo árabe y su cuna granadina. El acto inaugural fue presentado por su padre, el abogado y escritor, Miguel Ruiz de Almodóvar, que contó con la participación del pintor Jesús Conde, y numeroso público que llenaba las pequeñas salas del Centro de Arte y Moda PRdA, localizado en el número 38 de la calle Puentezuelas.
Paloma que hasta ahora ha participado con sus retratos en exposiciones individuales y colectivas, se estrena como paisajista con estos cuadros alhambreños, «concebidos de forma natural por medio de una técnica basada en una determinada temperatura de color». En palabras de Miguel, la elección del título se debe a considerarlo «muy sugerente y nace con la doble vocación de homenajear a nuestra ciudad con su monumento más emblemático, y, en segundo lugar, para tratar de exportar esta ciudad fuera de sus fronteras. “Derramar a Granada por el mundo”, como diría Val de Omar». Así mismo, realizó un breve repaso por los paisajistas del siglo XIX que dedicaron su obra a la Alhambra, con fines artísticos y comerciales, que tenían el detalle de presentarla previamente en el salón de Bellas Artes de Granada, en muestra de agradecimiento. Entre los artistas que tuvieron el recinto alhambreño como fuente de inspiración citó a Fortuny, Sargent, Sorolla, Gómez Mir, López Mezquita, Rusiñol o Regoyos. Antes de ceder la palabra a Jesús Conde explicó que esta colección se irá reponiendo y después se llevará a la Casa de la Memoria de Sevilla.
Por su parte, Jesús Conde, calificó de «acierto total» el título de la exposición que le recordó a otros grandes personajes como Nureyev o Antonio Gala que también vinieron a Granada atraídos por el embrujo de la Alhambra que «ha dado nombre a unos 1.500 establecimientos entre cines, restaurantes y hoteles, pues es un tópico y una utopía». En su caso, conoció la Alhambra realmente con 14 años (en un viaje anterior con 8 años su abuelo le llevó al Carmen de los Mártires que él creyó formaba parte de la Alhambra) y mucho antes en libros y películas ya que recordó cómo algunas escenas de la película ‘Simbad, el marino’ están grabadas en el patio del Partal. Para concluir indicó que «la Alhambra es uno de los monumentos más interesantes del mundo por su carga literaria, pictórica y cinematográfica por lo que está en todos nosotros antes incluso de haberla visitado».
Por su parte, Paloma explicó que había estado trabajando en estas obras durante tres meses y que su objetiv y o no es otro que «homenajear a mi ciudad, interpretando plásticamente su monumento más emblemático, con el ánimo de exportarla más allá de sus muros». En el texto facilitado a los asistentes se indica que ‘Alhambratropia’ es el sueño inalcanzable del retorno al paraíso perdido que se puede apreciar claramente en las coloridas obras de estancias, jardines y estanques que reflejan los torres cercanas o en las que nadan plácidamente los dorados peces.