El jueves, 9 de marzo, se presenta en el Cuarto Real de Santo Domingo, la octava novela histórica de Carolina Molina, ‘Carolus’, (Ed. B). En este acto que tendrá lugar a partir de las 19,30 horas la autora madrileña muy vinculada a Granada donde coordina desde 2013 las Jornadas de Novela Histórica, estará acompañada por Ana Morilla y Francisco Gil Craviotto. Según indica ha pretendido que esta obra sea «graciosa, con un aire fresco y diferente a todo lo que he escrito con anterioridad». Está ambientada en el Madrid del siglo XVIII, pero también tiene un protagonismo especial Granada al haber vinculado su trama con las falsificaciones romanas del Albaicín.
Tras la ‘La luna sobre la Sabika’ (2003), ‘Mayrit entre dos murallas’ (2004), ‘Sueños del Albayzin’ (2006), ‘Guardianes de la Alhambra’ (2010), ‘Noches en Bib-Rambla’ (2012), ‘Iliberri’ (2013) y ‘El falsificador de la alcazaba’ (2014) ahora publica, ‘Carolus’, cuyos personajes principales son las burgalesas Dorita y la marquesa de Valdivielso y los granadinos Lorenzo de Elvira y Gil López, cuyas historias confluyen en Madrid de la Ilustración donde se mezclarán con una treintena de persojes históricos, principalmente Carlos III, su esposa María Amalia de Sajonia, el arquitecto Francesco Sabatini, Isabel de Farnesio, Juan de Echevarría, Juan de Flores, Ventura Rodríguez, Esquilache o María Antonia Vallejo ‘La Caramba’, entre otros.
Personajes que se desenvuelven en el floreciente Madrid cuando se construyeron la Puerta de Alcalá, las fuentes de Cibeles, Neptuno y Apolo, el Real Gabinete de Historia Natural (hoy Museo del Prado), el Real Jardín Botánico, el Real Observatorio Astronómico, el Palacio Real, los Jardines de Sabatini… «También es cierto que hay cosas que empezaron los reyes anteriores, es decir, su padre, Felipe V o su hermano, Fernando VI, que lo hicieron como modernizadores o introduciendo ideas ilustradas del siglo XVIII y que Carlos III pone en orden. Ello hace que Madrid fuera una Corte y hoy una ciudad grande y con pretensiones que no habría tenido lugar si no llega a pasar un ilustrado», comenta la autora al tiempo resalta la presencia de Granada en esta obra, pues «con anterioridad ya había tratado a Juan de Flores en mi novela ‘El falsificador de la Alcazaba’, donde se cuenta toda esa historia de las falsificaciones. Ahora vuelve a salir al principio de la novela, se habla del juicio que tuvo que ver con estas falsificaciones en Granada y uno de los protagonistas, Lorenzo de Elvira, va a estar un poco involucrado pues es uno de los pupilos de Juan de Flores. También se habla del Hospital Real y de su apertura a los pobres, enfermos y necesitados, del Castillo de Bibataubín y de toda la reorganización que va afectando a Granada en el siglo XVIII».
Novela de 432 páginas, de lectura amena por la presencia del humor que se manifiesta como una buena estrategia para atraer lectores en estos tiempos de crisis. «Ha sido un reto pues no tenía pensado escribirla de esa manera pero cuando empecé a documentarme me di cuenta de que el siglo XVIII tenía mucho de picaresca y tenía ganas de escribir algo distendido». Para su composición reconoce la utilización de diversas fuentes desde lo más esencial y elemental hasta tratados y tesis, a novelas ambientas en el XVIII. «De Granada tenía documentación suficiente, aunque había cosas que desconocía, pero en Madrid ha sido comenzar desde cero, a pesar de ser madrileña. Una obra que me ha resultado muy útil ha sido ‘Los usos amorosos’ de Martín Gaite», aclara. La presentación del jueves tendrá una prolongación con una ruta literaria prevista para el sábado, 11 de marzo, relacionada con los espacios granadinos de esta obra que le ofrecerá la oportunidad para hablar también de la vida cotidiana en el siglo XVIII, de los arcos efímeros cuando se proclamó a Carlos III en Granada, de la vida amorosa, de moda y los vestidos con el tontillo,…
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