No abundan los camiones restaurados, al menos en Andalucía Oriental. Esta podría ser una de las conclusiones a la vista de los pocos vehículos de esta categoría que hemos encontrado para esta sección. Por ahora se pueden contar con los dedos de una mano y sobran. Hacia mitad de la serie encontramos uno propiedad del cristalero granadino, José Antonio Escudero, que nos dio a conocer su camión Ford Thames de 1958. Un mes más tarde mostrábamos otro que conocíamos en Viator, merced a la gestiones de José Juan Soria Fortes, impulsor del Club de Vehículos Antiguos de Almería. En concreto, hablamos de un camión Ford AA de 1929, propiedad de José María Martínez. Ahora, quien posibilitó el encuentro fue José Antonio Pérez, del Club Automóvil Clásico del Altiplano ‘Villa de Caniles’. Gracias a él localizamos en Baza un camión Ebro de 1965, propiedad de Óscar Bernabé Rodríguez y de su hermano.
El encuentro fue en las instalaciones de la empresa Trans-Padre Damian. Allí nos encontramos con Óscar que se ofreció para darnos un pequeño recorrido hasta localizar algún paisaje atractivo para realizar las fotos. Finalmente el sitio elegido fue la vía de servicio del barrio de Salazar (Baza). Allí, en los que unos denominan entrada Basti, y otros, Pirulos de Salazar, pudimos realizar las fotos que ilustran este reportaje. Al regresar a las instalaciones de la empresa de transportes pedimos algunos detalles de la empresa y del vehículo. Óscar Bernabé Rodríguez nos dice con humor que él es «natural de Baza desde el día que nació en 1986». También que siempre ha estado alrededor de esto, junto con su hermano, aunque tiene otro negocio en Baza. «En lo que era un cerro como se puede ver mi padre comenzó a preparar las instalaciones de esta empresa dedicada al transporte internacional de productos perecederos y paquetería, transportamos prácticamente de todo a distintos países de Europa. Cuenta con una flota de 35 vehículos frigoríficos y temporalmente también participan otras empresas colaboradoras».
Luego nos dice que «desde chiquillo me ha llamado la atención la mecánica». Respecto al camión Ebro lo primero que nos cuenta es que lo compró su padre. También resalta que se lo tuvieron que traer remolcado hace unos 16 años y que hubo que hacerle una reforma completa pues estaba picado y en muy mal estado. «Hará unos 14 años que se terminó en ponerlo en el estado que tiene actualmente», comenta con satisfacción al tiempo que añade que se hizo la caja entera cuya madera que fue barnizada. También que «en la restauración de este camión he echado muchísimas horas». En cuanto a su uso señala que es un capricho y solo lo sacan para algunos eventos. «Somos compañeros del Club de Motos Clásicas y nos piden para llevarlo todo», indica. También señala que es muy duro de conducir y que termina baldado. «Tiene muchísimo mérito la gente que se ha ganado la vida con estos camiones en aquellos años y con las carretera que había», afirma mientras se frota los biceps.
Los primeros camiones Ebro se fabricaron en 1954
En un interesante artículo de Gonzalo Garós (www.transporte3.com) explica como en 1954 Ford se ‘nacionaliza’, y pasa a denominarse Motor Ibérica S.A., que comenzó a fabricar los primeros camiones Ebro así llamados, quizás, buscando el paralelismo de nombre de río: Thames/Ebro. La clase C de Ebro, conocida coloquialmente como ‘morro chato’ estaba compuesta por los modelos C150, C350, C400, C450, C500, C550, y la gama semipesada C700. El motor diesel Ebro (de 3.610 cc) era de 4 cilindros en línea y desarrollaba una potencia máxima de 70 CV. Se comercializaron muchos modelos y versiones, a base de aumentar la capacidad de carga de los vehículos pero no los caballos del motor, reforzando los bastidores y otros elementos de los vehículos. En 1979, en plena recesión, cuando Massey-Ferguson dueña del 36% de las acciones de Motor Ibérica, S.A. se las vendió a Nissan Motor Company. Dos años más tarde Nissan ya controlaba el 55% de la compañía e introdujo la fabricación del todoterreno Nissan Patrol y la furgoneta ligera Nissan Vanette. En 1987 la razón social de la compañía pasó a ser ‘Nissan Motor Ibérica, S.A.’ desapareciendo definitivamente la marca Ebro.
Próxima entrega: Samuel Infantes y su Fiat 1500 de 1964
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