Ana Gallego: «El estado de salud de la edición independiente en lengua española es muy bueno»

El Cuarto Real de Santo Domingo acoge esta tarde la presentación del libro  ‘A pulmón o sobre cómo editar de forma independiente en español’, coordinado por las profesoras Ana Gallego y Erika Martínez. En el acto previsto para las 19:30 horas intervendrá, junto a ellas, en la editora independiente, Mariana Lozano, de Esdrújula Ediciones, que ha publicado el volumen. Ambas compiladoras ofrecerán una radiografía somera del estado de la edición independiente en Andalucía, en el resto de España y en Latinoamérica. Para terminar el acto leerán algunos fragmento de las reflexiones que les han brindado los editores y editoras que colaboran en el libro. 

– ¿Qué ha supuesto para usted la labor de compiladora de esta obra? ¿De qué forma se ha coordinado con Erika Martínez?
– Este libro es fruto de un Proyecto de Investigación financiado por el Centro de Estudios Andaluces que se llama EDITANDA: “Patrimonio Literario y mercado editorial independiente en Andalucía”, donde hemos llevado a cabo, desde 2014 a 2016, el primer catálogo de editoriales independientes andaluzas, sobre la base de sus líneas estéticas, naturaleza de su capital económico, géneros que publican, número de mujeres, etc. Nuestro objetivo era visibilizar, apoyar y proteger a las editoriales independientes de nuestra comunidad para conseguir que Andalucía esté a la Vanguardia de la bibliodiversidad en España. Aunque sea solo a través de la modesta página web que estamos creando y de la publicación de “A pulmón”, libro que hoy presentamos. El siguiente paso es extender este análisis de la edición independiente a todo el ámbito de la lengua española y crear una plataforma online donde se muestren los datos obtenidos. Este nuevo proyecto acaba de ser subvencionado por MEDIALAB (Vicerrectorado de Investigación) de la Universidad de Granada, y se llama ECOEDIT. La idea es que la edición independiente deviene “ecoeditorial” en el momento en que protege el medio ambiente en que surge y circula el libro, al tiempo que ofrece formatos textuales más económicos y diversos para los lectores y lectoras. Las independientes hacen de la edición una suerte de trabajo “familiar”, artesano, un modo de habitar el mercado, más respetuoso con el medio, cuidado, “hecho a mano”, “ecológico” o incluso ecoeditado. De momento formamos parte de este proyecto,un grupo de 7 investigadores del Departamento de Literatura española y nuestro corpus de estudio comprende ya más de 100 editoriales independientes de Latinoamérica y España. Acabamos de ponerlo en marcha y en un año esperamos poder publicar los primeros resultados.

– ¿Cuál podríamos decir que es el estado de salud de la edición independiente en lengua española?
– Sin duda muy bueno, a tenor de la notable irrupción de este tipo de sellos en la industria editorial durante los últimos 15 años. Sin embargo, no existe aún en España un marco institucional, autonómico, que visibilice y proteja la bibliodiversidad de las editoriales independientes (solo el grupo CONTEXTO en Madrid, 2008 Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial). La UNESCO constituyó en 2005 una “Convención para la protección y promoción de la expresión de la diversidad cultural” y nuestro país se ha quedado al margen de la propuesta, sin tomar las medidas oportunas para proteger su pluralidad cultural. En América Latina sí hay redes de Asociación de Independientes consolidadas, razón por la cual nuestro Proyecto de Investigación, ECOEDIT tiene como uno de sus objetivos también la creación de un decálogo por la bibliodiversidad, que no solo sirva para proteger y promocionar la diversidad cultural de nuestro patrimonio literario sino que anime a estos sellos a actuar en comunidad para ensayar estrategia de resistencia comunes.

Ana Gallego, en los jardines del Cuarto Real de Santo Domingo/FOTO: ANTONIO ARENAS

– ¿Hasta qué punto podríamos afirmar que la edición independiente es necesaria?
– Tanto Erika como yo creemos que el conocimiento y difusión de estos nuevos sellos independientes es fundamental para preservar el ecosistema del libro en la actualidad, amenazado por la práctica oligopólica de los grandes grupos, que promueven productos literarios globalizados que anulan la diversidad y la especificidad de lo local. Sin embargo, las editoriales independientes (no todas, por supuesto, pero sí una buena porción de ellas) generan una comunidad de lectores nuevos, que reorientan el gusto estético y pueden influir en la creación de un canon literario más arriesgado y experimental, no parasitario de los grandes grupos. La supervivencia por tanto de estas pequeñas editoriales es necesaria para garantizar la riqueza cultural a la que ha de aspirar toda sociedad del conocimiento hoy día.

– ¿A que se debe la proliferación de editoriales independientes en los últimos años?
– En efecto, este sector ha recibido un notable impulso en los últimos años, como consecuencia de la crisis económica que ha afectado a los grandes grupos y que ha favorecido la aparición de estas pequeñas editoriales como modelo de negocio sostenible. Muchos de estos sellos nacen para cubrir parcelas de mercado que quedan descubiertas por los grandes grupos, como el lanzamiento de autores noveles que no encuentran cabida en las grandes empresas, y manejan costes de producción muy abaratados por las nuevas tecnologías. Hoy día es más fácil (y barato) que nunca maquetar e imprimir un libro, pero más difícil sobrevivir en la industria editorial, puesto que en muchas ocasiones estos sellos desaparecen con los años o son absorbidos por los grandes grupos.

– Realmente cree que las editoriales independientes tienen otros intereses distintos a los de las grandes editoriales, es decir su rentabilidad, a largo o corto plazo?
– Partimos de la idea de que no existe un “afuera” del mercado en la industria del libro. En mi opinión, la diferencia entre estos sellos independientes y los de los grandes grupos editoriales es que los primeros apuestan (como ya he dicho) por un modelo de negocio “eco”, plural y sostenible, que se inclina por formatos más artesanales, por géneros menos comerciales, por yacimientos de mercado que dejan al descubierto los oligopolios (cuya prioridad es la rentabilidad máxima), por autores marginales que se vuelven a poner en circulación, por modos de producción a largo plazo y por la prístina figuración del editor ‒y de la “casa de edición” de los años sesenta‒ que termina construyendo un catálogo orientado a un lector exigente. En cambio los grandes grupos tienen políticas editoriales más agresivas, se dirigen a un público masivo sin hábitos de lectura asentados, no arriesgan con nuevos nombres o poéticas, priorizan la ley de la oferta y la demanda que influye en la circulación del libro a corto plazo, se inclinan por la novedad, y las obras de consumo fácil y exportable, etc.

– ¿Cuántas editoriales independientes podríamos decir están trabajando «a pulmón» en la provincia de Granada?
– En el estudio que hicimos con el proyecto EDITANDA, entre 2015 y 2016, identificamos 102 editoriales andaluzas que abarcan diferentes géneros literarios y formatos: en papel y digitales; dedicadas a la publicación de clásicos o a escritores andaluces emergentes; de literatura infan­til o de contenido LGBT, entre otros muchos. En Granada contamos 24 pequeñas editoriales activas (en la fecha que hicimos el rastreo), lo que la sitúa en segundo lugar del sector editorial andaluz, después de Sevilla que cuenta con 30. De hecho, Granada es una de las provincias que más ha crecido en la última década en este rubro, lo que dice mucho de la nutrida actividad cultural de la ciudad.

– ¿De qué forma ha favorecido a estos sellos independientes la irrupción de Internet y la existencia de plataformas digitales?
– Las nuevas tecnologías han sido una herramienta indispensable para las editoriales independientes, que las utilizan sobre todo para dar promoción a sus productos y proyectarse más allá de las fronteras locales en las que suelen moverse. Sus estrategias de difusión están basadas en canales alternativos de visibilizació( Facebook, Twitter, etc.) y de circulación del libro (autodistribución, autoedición, etc.), que sin duda hacen frente a la hegemonía mercadotécnica de los grandes grupos, aunque cuenten con mucho menos capital económico para el aparto publicitario. Las redes sociales para este fin son muy efectivas y, sobre todo, son gratuitas.

El grupo de investigación de Ana Gallego quisiera crear en un futuro el primer Máster en Edición de Andalucía/A.ARENAS

– ¿La literatura escrita por mujeres se ha visto favorecida por las editoriales independientes?
– De alguna forma sí, porque en general la literatura escrita por mujeres en el siglo XXI cuenta con mayor cuota de participación y visibilidad, y las editoriales independientes son las que más escritoras noveles publican. Si embargo, hay pocas editoras mujeres y todavía queda mucha labor que hacer en ese sentido.

– Afirma en el prólogo que «en el origen de toda editorial independiente hay siempre un lector insatisfecho», ¿se podría añadir también que también puede haber un editor despedido? (lo digo por Víctor M. Gallardo, Alejandro Santiago,…)
– Por supuesto. Y no solo un editor despedido, sino un escritor inédito o un humanista más en paro. En este sentido, el último libro de Alberto Fuguet, Sudor, hace una descripción corrosiva de las prácticas despiadadas (y delirantes incluso) de los grandes grupos, de los que salen despedidos muchos editores (cuando se produce un nueva absorción) quienes, como el protagonista, acaban trabajando o montando una editorial independiente.

– ¿De qué forma los oligopolios europeos han favorecido las iniciativas editoriales independientes en América Latina?
– Precisamente la crisis económica ha hecho que los grandes grupos se replieguen más en el campo literario nacional y en autores y autoras ya consagrados. El fervor por la literatura latinoamericana que experimentó la industria editorial española en los años 90 (con Alfaguara Global a la cabeza), que ha monopolizado y monopoliza el circuito transatlántico del libro en lengua española, se ha ido diluyendo y los jóvenes latinoamericanos publican sus primeras obras con mayor facilidad en los países donde viven.

– ¿Desea añadir alguna cosa más?
– Sí. Lo último que quisiera añadir es que la industria editorial es uno de los sectores que más ha crecido en España en los últimos años. La formación y profesionalización del editor -del corrector, maquetador, librero,- es requerida e indispensable en la industria del libro (y en la edición de publicaciones periódicas), a lo que se suma que esta es una de las salidas laborales que más demandan nuestros estudiantes de humanidades y ciencias sociales. Sin embargo, al no existir en Andalucía un Máster en Edición, se produce una fuga de talentos a universidades como la de Salamanca, la Complutense de Madrid, la Autónoma de Madrid, la Autónoma de Barcelona o la Pompeu Fabra. Por eso, nuestro grupo de investigación de la Universidad de Granada -en un futuro- quisiera crear el primer Máster en Edición de la comunidad autónoma de Andalucía para atender a la demanda de nuestros estudiantes universitarios y a su formación como futuros profesionales de la industria editorial.

Redacción

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