Hoy viernes, 19 de mayo, a las 19 horas, tendrá lugar en Librería Picasso de la calle Obispo Hurtado, la presentación del libro de Andrés Flores, titulado ‘El Vacío’ (Ed. Sloper), donde será presentado por su hermana la artista, granadina de adopción, Soledad Flores. El libro recoge la dura experiencia de esperar, ver nacer y morir a su hijo de dos años, afectado por una terrible enfermedad desde su concepción, así como la desesperación, el dolor, la generosidad, el amor despertado por la fragilidad y la indefensión ante la tragedia.
«Nosotros no supimos que estaba enfermo hasta que nació. Incluso, después de un nacimiento traumático, regresamos a casa con la esperanza de que fueran problemas que superaríamos. De hecho, lo suyo fue un síndrome raro al que no pusimos nombre, y tras mucha investigación genética, hasta años después de su fallecimiento», nos cuenta este autor nacido en la isla de León (Cádiz), que pasó la infancia viajando hasta que la familia se asentó en Alicante.
Así mismo, explica que no hay un momento concreto en el que decidiera escribir este libro pues de hecho tiene escritos más de 20 pero jamás se planteó publicarlos. «Soy un escritor compulsivo y siempre tránsito de una libro a otro sin descanso. Vivo las historias, sufro mis personajes y luego los abandono en busca de nuevos», aclara. También que un amigo escritor le convenció de la necesidad de corregir, proceso que inició con un par de libros momento en el que se le cruzó la historia de su hijo Mateo. Andrés niega que se trate de un libro de autoayuda pese a que profesionales del ramo le han asegurado que puede ejercer esa función. «Tampoco es, como me han sugerido también, unas memorias ni una elegía, aunque el libro sean recuerdos de mi vida y en él, en cierto modo, recuerde la tragedia de mi hijo. En verdad, para mí fue una expiación, un ajuste de cuentas conmigo mismo y con quienes protagonizaron aquel tiempo».
En este sentido sí reconoce que el libro se ha convertido en una especie de válvula de escape que le ha permitido asumir el dolor de aquel tiempo además de servirle para tratar de ser mejor persona, de darse cuenta lo importante que son los seres queridos y todos los que nos rodean. Por aprovecha para agradecer a los lectores las palabras que le han dedicado a través de las redes sociales y confía en que «los nuevos lectores, pese al dolor y la dureza de algunas de los pasajes del libro, sepan apreciar con el paso de las páginas, la belleza del amor y su luz, porque escribir este libro en definitiva fue un acto de amor», apostilla.