Pienso que a mis años nadie puede negarme el cariño y dedicación que tengo para con mi pueblo. No hace falta mirar el DNI, para saber que llevo a mucha honra el haber nacido y criado en el mejor pueblo de la Costa Tropical; que siempre llevo a gala su nombre, sus cosas, sus gentes, llegando incluso a perder el apellido Gallardo Medina y conocerme por Antonio Luis, el de Salobreña.
Leo en el periódico, que según decisión tomada por el Ayuntamiento de Salobreña, se ha decidido revitalizar el Paseo de la Flores y de camino echar una mano al casco antiguo que tanto lo necesita.
Años, muchos años, demasiados quizás llevamos clamando en el desierto a los distintos gobiernos municipales de uno u otro color, que lo que Salobreña necesita para dar el salto definitivo con el turismo estacional es “darle vida” al casco antiguo. Pues bien, ahora que ya no tenemos la dichosa grúa, el castillo está medio rehabilitado, ahora es la hora de que de una vez por todas se acometa con ganas esta iniciativa.
Hacer de nuestro querido Paseo de las Flores, que en otros tiempos fue centro neurálgico de todas nuestras fiestas y celebraciones, una especie de jardín como el generalife es demasiado, pero si solamente se le adecenta con vegetación y se pone en marcha el proyecto de poder bajar por el gambullón a la playa, sería una primitiva para el pueblo.
Vamos a ver, el turismo no llega a Salobreña porque llevamos años, muchos años en los que los distintos gobiernos tanto del PP como del PSOE no han movido un solo dedo para que el pueblo deje de ser subsidiado y pase a generar riqueza.
Dejamos perder la rica vega, cerraron la última fábrica de azúcar de Europa, consiguieron que no tuviéramos salida a la nueva Autovía como lo tienen Motril y Almuñécar, tenemos una parada de autobús que es solo un apeadero, el Centro de Salud hace años que grita cambios y reestructuración, el puerto deportivo que se iba hacer en la Caleta, no se hace por las algas tan ecológicas que hay en los fondos marinos.
Salobreña se merece algo más, mucho más. Ahora con la construcción de dos hoteles en la playa, la rehabilitación del casco antiguo y otras obras menores que afronta el actual equipo de gobierno con ilusión y ganas.
Pero no nos olvidemos de las otras administraciones, pues aún estamos esperando el arreglo del Paseo Marítimo que corresponde al Ministerio de Fomento y que todavía siguen sin terminar las obras y eso que el plazo de ejecución eran de tres meses.
A ver si es verdad que Salobreña está de moda y sigue enamorando al viajero y sobre todo al residente y sufriente vecino que paga sus impuestos y siempre mira hacia el castillo para ver si aún no se lo han llevado para Sevilla.
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