Corría el verano de 1970, yo estaba a punto de cumplir los 15 años y empezaba a disfrutar los primeros días de vacaciones de aquel caluroso verano en compañía de mi inseparable amigo Pepe. En la radio no paraba de sonar la canción tan esperada del verano, ese año era “Un rayo de sol”, del grupo Los Diablos, creo fue el mayor éxito que llevó al grupo a la fama, la ventas corrían como la espuma, fue superventas en los 40 principales y se escuchaba en todas las emisoras de España, llegó a ser disco de oro, y en ese verano se convirtió en Canción del Verano.
Los veranos en Salobreña eran igual cada año, playa, baño, chiringuito de Teresa, paseos en bici e intento de poder entrar en la discoteca algún día. Cualquiera pudiera pensar que era algo monótono, cada año las mismas cosas, las mismas diversiones y, por supuesto, el mismo amigo, pero no, nada de monotonía había en mi vida en esos años, pues todo estaba aún por descubrir.
No había ordenadores, teléfonos móviles, iPad ni ningún artilugio que se le pareciera, incluso llevaba el mechero de yesca que compré ese año en el estanco de María, el tabaco, celtas Cortos sin filtro, conocidos popularmente como el Chester obrero. Esta cajetilla a 2,50 pesetas lo comprábamos a medias y nos duraba tres días. El cine Yusuf valía 10 pesetas en butaca y 3,5 en gallinero, que era donde íbamos para después colarnos en el patio de butacas, el plato de caracoles con un vaso de cerveza o vino en la taberna de ‘El Canario’ costaba 5 pesetas, en fin todo un capital para nosotros.
Pero aquel verano, como casi todos los veranos el tema económico para nosotros se reducía a la escasez de dinero para entrar en la Discoteca Manuel´s, que estuvimos bastante tiempo sin saber por qué Manolo el dueño no escribía su nombre completo, sino que lo terminaba en ese. Cada noche, después de nuestro paseo hasta Salomar, nos parábamos en Los Faroles para ver si tocaba la flauta y podíamos colarnos.
La playa era limpia y el agua transparente, el chinorro era nuestra toalla y nuestra esterilla pues siempre estábamos tumbados a pleno sol, salvo cuando echábamos la partida de rentoy en el chiringuito de Teresa y disfrutamos con las señas del tuerto, la malilla y el arrastre tan característico de mi amigo Pepe.
No sé bien el motivo o tal vez sea que acabo de oír esa canción después de 47 años, pero pienso que ha sido la memoria y el recuerdo del bueno de Pepe que tan temprano nos dejó, el caso es que he vuelto a tararearla…»Un rayo de sol» Un rayo de sol, oh, oh, oh, me trajo tu amor, oh, oh, oh. Un rayo de sol, oh, oh, oh, a mi corazón, oh, oh, oh.
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Y en nuestro programa de discos dedicados, atendemos hoy la amable petición que nos ha llegado desde Salobreña del Niño de Laurica que desea felicitar a toda su familia con la canción de los Diablos ,’Un rayo de sol’. Suena ya para todos ellos…