Ya lo dice la sabiduría popular que ‘tirando del hilillo… se saca todo el ovillo’. Es lo que solemos hacer para llegar descubrir más ‘vehículos singulares’. Aparte de los usuarios del correo que aparece arriba y los contactos a través de los distintos clubes, otra forma habitual de seguir alimentando esta serie es preguntando a los entrevistados. En este caso el contacto lo tenía muy cerca, en su propia casa. Francisco Polo Rivera, al que conocimos en la VI Salida de Motos Clásicas ‘Ciudad de Granada’ nos habló de su padre, Francisco Polo Herrera y de su Chrysler 150 GT de 1978. Con él dimos un paseo por La Zubia y llegamos casi hasta la Fuente del Hervidero, entre otras cosas porque nos gusta ver en marcha los vehículos y porque así se posibilita la grabación del vídeo del que se encarga Ángel García Tamayo que siempre será un bonito recuerdo junto con el reportaje.
Tras realizar el recorrido con el padre y el hijo, el uno con el Chrysler 150 GT y el otro con la Lambretta LD 125, paramos a la sombra de los pinos para recoger la información del propietario y del vehículo. Así pudimos saber que Francisco Polo, padre, ha trabajado toda su vida en la construcción hasta su prejubilación en 2008. Como muchas personas de su edad, comenzó a trabajar cuando tenía 14 o 15 años pues su padre era maestro de obras. Durante su periodo laboral ha construido una gran cantidad de colegios e institutos repartidos por toda la provincia de Granada y de la vecina Málaga. «Yo he trabajado en la construcción de los colegios e institutos de Cúllar, Íllora, Santa Fe, Atarfe y en el Polígono de Almanjáyar. También en varias Facultades granadinas como la de Medicina y Derecho y en Fuengirola y Málaga capital», comenta con orgullo al tiempo que añade que ahora se entretiene «sembrando cuatro cosillas y recogiendo almendras o aceitunas en su cortijo de Otura». Y cómo no, disfrutando de los coches pues de siempre le han gustado los clásicos, hecho que demuestra detallando los modelos y sus matrículas: «hemos tenido un R8 GR6480A, un Gordini GR22087, un 1430 GR2582A, un Citroën GT Palas, un Seat Ibiza, un Audi A4 una moto de trial,… además de los coches de la empresa, pues tuvimos dos C15, un 4L, un Land Rover,…».
Respecto al Chrysler 150 GT de 1978 nos comenta que «lo compré nuevo en la Talbot de la Redonda por 570.000 pesetas (3.426 €)». También que «nos ha salido muy bueno y los cuidamos muy bien. Al niño -en referencia a su hijo- también le gusta mucho. Ahora tiene solo 61.100 kilómetros». En cuanto a los viajes más lejanos que ha realizado con él recuerda su viaje a Andorra, para probarlo y algún que otro viaje a Málaga y Alicante. Asimismo, nos da algunos detalles técnicos que nos permiten saber que el motor de origen francés es un 1500, con 85 caballos, carburación doble, cuatro velocidades, siendo 160-170 km/h la velocidad máxima que puede alcanzar. De su consumo nos indica que es reducido (unos 6-7 litros) y que tiene «muy buena estabilidad pues lleva tracción independiente en los cuatro ejes y suspensión también independiente lo cual era adelantado para la época». En cuanto a equipamiento señala que el GT lleva «elevalunas eléctricos, lava faros, limpiaparabrisas trasero, llanta de aleación, dirección de cremallera en lugar de tornillo sin fin, que es más cómoda y ágil, calefacción en las lunetas, cinturones delanteros y traseros. Estaba bastante equipado pues era un modelo de gama media alta». Su hijo que suele usarlo para ir al trabajo y a las concentraciones de Granada, nos comenta que «mis padres se casaron con este coche y yo también iré con él en mi boda el próximo, 23 de septiembre».
Coche del año 1978 y con aire acondicionado en España
En España el Chrysler 150 GT se presentó en Menorca en mayo de 1977, juntamente con el inicio de la producción en la planta que Barreiros, filial de Chrysler Europe en España, poseía en el madrileño barrio de Villaverde. Se le dio esta denominación para aprovechar el tirón publicitario del Chrysler 180. Se ofertaron tres modelos: el GLS con el motor de 1294 cc y S y GT con el de 1442 cc, correspondientes a las versiones francesas 1307 GLS, 1308 S y 1308 GT, respectivamente. En 1978, como en otros países europeos, consiguió el galardón de Coche del Año en España, donde como opción exclusiva del mercado español se ofrecía con el aire acondicionado. Fue el vehículo elegido por la Guardia Civil para sustituir los Land Rover de la Central Operativa de Servicios (COS). Los amantes del cine español lo recordarán en la persecución inicial de la película ‘Perros callejeros II’ (1979) cuando la policía intenta atrapar al Torete.
Próxima entrega: Manuel Jaiñaga y su Panhard & Levassor de 1928
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Comentarios
Una respuesta a «Vehículos singulares, 124: Francisco Polo Herrera y su Chrysler 150 GT de 1978»
A MI EL CHRYSLER 150 SIEMPRE ME HA GUSTADO ERA MI COCHE FAVORITO