El mecánico Paco Peso y su esposa María Macías que regentan los talleres MIPE de Maracena fueron el contacto que nos permitió conocer a José Manuel Jiménez Sánchez, propietario de un flamante Dyane 6, cuyo aspecto nos sorprendió pues parece como recién salido de fábrica. Llevábamos un tiempo intentando localizar uno de estos vehículos pues, no en vano, este año se cumple medio siglo desde que comenzara a circular. Según nos explica su dueño el secreto para que muestre tan buen aspecto es tenerlo como a uno más de la familia, cosa que él hace pues en el vehículo ve «el reflejo de su abuelo y de su padre» y por ello lo cuida con «mucho cariño y respeto». También porque considera que así se conserva parte de nuestra historia. Por ello agradece que IDEAL dedique esta serie a esos vehículos restaurados y a sus propietarios pues han evitado su pérdida y que se hayan convertido en un montón de chatarra. De poder verlo ahora, su abuelo, Zacarías Jiménez Baeza, se sentiría muy orgulloso.
«Cuando nací ya tenía mi abuelo un Dyane 6. Fue el segundo que había comprado, era de segunda mano y de color azul. Este lo compró nuevo de fábrica. Recuerdo que me contó que cuando era niño llevaba en el carrito varias bolas de colores rojo, amarillo, azul y verde y decía que yo siempre iba jugando con la amarilla. Me dijo que lo compró de este color por mí. He querido mantenerlo como se merece y como a mi abuelo le gustaría que lo tuviera», comenta acerca de su interés por esta marca y modelo y su llamativo color que también lo relacionamos con su actual profesión pues José Manuel lleva cerca de 25 años trabajando en Correos, desarrollando su actividad laboral en el Polígono de Juncaril y parte de la localidad de Peligros. Para contarnos detalles de su matrícula y algunas cuestiones técnicas nos muestra la tarjeta del vehículo por la que sabemos que se matriculó el 3 de junio de 1983 y gracias a la factura que su abuelo abonó por él, 402.200 pesetas (2.417 €), de lo cual el 21,60% era de impuestos de lujo, o sea 86.875 pesetas (522 €). «Ahora uno lo ve y piensa que podía ser bastante caro, pero eso era lo que valía», indica.
Sobre el hecho de que la matrícula sea de Jaén tiene una explicación bien fácil y es que sus abuelos eran de Alcalá la Real y el coche se compró y matriculó en esta provincia. «Era el único coche que había en la casa y se utilizaba para las faenas agrícolas. Él era campesino y tenía cerezos y cuando llegaba la recogida le quitaba sus asientos y lo cargaba de cerezas para llevarlas a la cooperativa a donde iba prácticamente arrastrando el tubo de escape. Decía que era sus pies y sus manos», añade. También nos cuenta que en el interior solo le ha añadido el ribete de color amarillo que se puso a la hora de tapizarlo, pues la tapicería estaba bastante deteriorada. Señala que quiso que fuese como el original, en negro con sus pespuntes y el tapicero me recomendó darle ese toque especial. Al reparar sobre el contador de kilómetros explica que hace unos meses dio la vuelta, pues «ha sido un coche de trayectos cortos, y para labores de campo y ahora tiene unos pocos más de mil». En la actualidad la utilidad que le da es «para ir a concentraciones, también algunos días voy a mi trabajo desde Maracena hasta Peligros en el coche, y algún domingo damos un paseo o a concentraciones». Eventos en los que reconoce que no es muy habitual que se encuentre con de coches de esta marca y modelo, y menos en ese estado por lo que llama mucho la atención.
Un coche «para gente encantadora» que cumple medio siglo de vida
Con este eslogan recordarán muchos de los lectores a nuestro vehículo protagonista de esta semana, pues así se anunciaba en los spot publicitarios de prensa y televisión y que muchos considera un 2 CV mejorado que se presentó en el Salón de París de 1967. Otra cosa curiosa era la afirmación de que era imposible volcarlo en una curva o rotonda. Así lo ratifica José Manuel Sánchez que informa «se tumba mucho pero no vuelca, sale con solvencia», al tiempo que indica que en Internet ha visto que lo tumbaron metiendo marcha atrás y girando bruscamente el volante. Mecánicamente indica que lleva un motor muy simple, sin refrigeración por agua, ni manguitos, ni radiadores, solo por aire. Se trata de 602 cc y tiene cuatro velocidades, dos cilindros, y una potencia fiscal de 4,91, que equivalen a unos 32 CV. Sus dimensiones son de 1.500 mm de anchura, una longitud de 3.870 mm y tara 610 kg. Fue fabricado en la zona franca de Vigo, en la factoría de Citroën Hispania. El cuentakilómetros indica que puede alcanzar los 160 km/h, aunque el lo máximo que lo ha puesto ha sido a 110 km/h. «Lo mejor es cuando va entre 90-100 km/h. No suele consumir mucho, rondará los 8 litros, a los cien kilómetros. En España se fabricaron, entre 1967 y 1983, alrededor de 233.100 unidades.
Próxima entrega: Antonio Jesús García Rubio y su Renault 17 de 1972
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