“Una noche de primavera, cuando ya los jilgueros dormían en las ramas de los árboles y la luna se asomaba tímidamente entre las estrellas y las nubes del cielo, una capa negra comenzó a ondear al compás del viento. La Tuna Femenina de Medicina de Granada hizo su aparición en escena y el paseo de la Villa…” Hace unos cuantos meses, comenzaba así, con estas palabras, a escribir una carta dirigida a la Tuna Femenina de Medicina de la Universidad de Granada.
No obstante, hace unos cuantos días, estas simpáticas zagalas, me han vuelto a dar otra inconmensurable alegría. “Mientras que de los labios de un viejo tuno “Fonseca” nacía, de los ojos de las juglares lágrimas caían. Un momento especial, emotivo, sin igual…, en el que estas juglares han pasado a trovar ¡ya les queda poco para la veteranía!” –escribía yo hace unos meses−. Resulta que, coincidiendo con el comienzo del curso universitario 2017-18, y tras un encuentro de tunas celebrado en Cazorla (Jaén), ya de regreso a la ciudad de la Alhambra, dos novatas, de medias negras, en compañía de sus correspondientes madrinas y de todas sus amigas y compañeras tuneras, han ascendido a veteranas: ¡Enhorabuena! y ¡felicidades! “Croqueta” y “Pepe Pink”.
En el mundo de tunantes, tuneras y tunos es normal que cada componente tenga su nombre artístico o, como decimos las gentes de pueblo, su apodo. Por eso en este texto, me voy a referir a ellas por sus apodos y no por sus nombres, no quiere este viejo tuno contradecir las normas, que adquieren carácter de leyes no escritas entre los y las tunantes, avaladas las mismas por el Derecho Consuetudinario, que otorgan los usos y costumbres.
Hace justamente cinco meses que tuve la suerte de conocer a esta maravillosa tuna en mi pueblo, Caniles. Como escribí en su momento: “En este precioso enclave, que canta por primavera y recita versos, al trino de los ruiseñores y las rimas del poeta, la Tuna Femenina con los viejos tunos de la villa se vino a juntar gracias a un eslabón que perdido no ha de estar.” Pues bien, resulta que ese “eslabón” (Pepe Pink), al que me refería en esas líneas, es una de las novatas, que han sido ascendidas a veteranas.
Ella nació como tunera con nosotros, en la Tuna de Caniles, la hemos visto crecer, madurar, tanto personal, profesional, como musicalmente. Hoy, sólo queremos, felicitarla. Nosotros, los viejos tunos de Caniles –aquí me voy a permitir la licencia de erigirme en portavoz del recuerdo de dicha Tuna−, nos sentimos muy orgullosos de ella porque ha sido la primera tunera de nuestra tuna que ha logrado ser integrante de una tuna universitaria. Para nosotros, es un verdadero honor y una auténtica satisfacción tener a una “embajadora” de nuestra Villa en tan insigne e ilustre Tuna Femenina de Medicina de Granada, máxime, cuando sabemos de la importancia y la gran labor que desarrolla esta institución, que es la Tuna, en el mundo universitario.
Y, así, después de la música, la alegría, las risas, las rondas, las actuaciones, el compañerismo, la amistad…, nuestra joven beca roja de la Tuna de la villa se tornó amarilla en la granadina Tuna Femenina de Medicina.
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Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino
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