–¿Es tan contradictorio como podrán hacer pensar sus apellidos?
–Suelo decir que mi primer apellido está ahí para disimular. Hay que dar guerra. Hay que luchar para ir conquistando la dignidad.
–Recientemente, ante un numeroso grupo de docentes jubilados, habló de los retos de los docentes de hoy ¿cuáles serían éstos de forma sucinta?
–Dije muchas cosas y a ese documento me remito (gobcantabria.org). Entre otras que, el docente propone modelos por la vía de la argumentación frente a otros modelos que proponen los medios por la vía de la seducción. También que el docente tiene que adaptarse a las peculiaridades de cada alumno y alumna, aunque tiene que trabajar con grupos numerosos. Así mismo, comenté que el docente tiene que enseñar a algunos alumnos y alumnas que no quieren aprender y que hacen lo posible para que nadie aprenda.
–Hablemos de actualidad, ¿qué opinión le merece el decreto de adelanto de curso? ¿servirá para mejorar el nivel del alumnado?
–No sustancialmente. Algunas investigaciones demuestras que unos días no hacen variar el resultado del aprendizaje. Pero me parece que las vacaciones de verano son excesivamente largas. Me parece bien el adelanto. Los profesores tenemos que ser un ejemplo de dedicación al trabajo.
–¿Y la polémica de los últimos meses sobre la asignatura Educación para la ciudadanía?
–Es una polémica falsa. Y absurda. Muy cargada de perversión política. Nadie debería oponerse a que se educase a sus hijos para la democracia y la convivencia. Veintisiete países europeos tienen esa asignatura implantada en el currículum.
–Si fuese ministro de Educación ¿cuál sería su primera propuesta?
–Ampliaría y mejoraría la formación de los profesores en todos los niveles del sistema educativo. Es la clave.
–¿Qué se tendría que hacer para mejorar la formación inicial y continua de los docentes?
–Es preciso mejorar la formación de los formadores. Son necesarios otros modelos (más participativos, más colegiados, más dinámicos…), intensificación de las prácticas, disminución de la ratio, aumento de los medios…
–Usted ha demostrado que la enseñanza está llena de paradojas, ¿puede decirnos algunas de las más sangrantes?
–Una de las más problemáticas es que la educación trata de educar a las personas para los valores y, a la vez, para la vida. Y la vida es injusta, insolidaria, belicista…
–Cuéntenos ‘un recuerdo imborrable’ de sus etapas de docente.
–Son infinitos. Hace poco saludé a una ex alumna que se ha hecho profesora gracias a la influencia que, según dice, ejercí sobre ella cuando era adolescente.
–Recientemente escribía que un buen profesor o maestro tiene que tener el carisma del presidente del Gobierno, la autoridad de un conserje y las habilidades combinadas de un psicólogo, un payaso, un disc jockey, un pinche de cocina, un puericultor, un maestro budista y un comandante de la Kfor ¿No le parece demasiado pedir?
–Es que la tarea del educador es muy compleja, muy difícil, muy paradójica… No se puede olvidar el pensamiento de Holderlin: «Los educadores forman a sus educandos como los océanos a los continentes: retirándose». Hay que formar aprendices crónicos y autónomos. Y personas que sepan utilizar el conocimiento para ser mejores personas y, por ello y para ello, más solidarias.
–¿Qué cambios educativos destacaría desde la publicación de su libro ‘Yo te educo, tú me educas’ hasta su blog ‘El Adarve’?
–La sociedad cambia, la vida cambia, la escuela cambia… Las transformaciones que ha protagonizado la educación son enormes: se ha ampliado el período de la escolaridad obligatoria, se ha ampliado la escolaridad en la educación infantil, se ha dado mucha más importancia a la diversidad, se han ampliado las preocupaciones educativas de la escuela (educación para la paz, para el consumo, para la convivencia, para el medio ambiente…).
–Después de ‘La arqueología de los sentimientos en la escuela’ y ‘La pedagogía contra Frankenstein’, ¿en qué está trabajando ahora?
–Ya he publicado ‘Nieve y barro’ (Ed. MAD. Sevilla). Es un libro sobre metaevaluación. Mi grupo de investigación está trabajando en un proyecto titulado ‘La participación de familias inmigrantes en el centro educativo’. Y preparo un libro sobre dirección escolar que se titulará ‘Las feromonas de la manzana’.
Santos Guerra, en breve
– Un libro: Recién leído: “Mal de escuela”, de Pennac.
– Una película: Acabo de ver “La clase”, de Laurent Cantet, sobre el microcosmos que es una escuela. Excelente. El actor y guionista de la película, François Bégaudeau, es el autor del libro que lleva el mismo nombre. En francés, Entre les murs (Entre los muros), imprecisamente titulado en castellano “La clase”.
– Un pensador: ¿Por qué no pensadora? He terminado de leer hoy mismo “El cultivo de la humanidad”, de Martha C. Nussbaum.
– Un sueño: Ya no hay en el mundo pobreza, opresión, ignorancia y violencia.
– Un pedagogo: Paulo Freire
– Una sentencia: Educar no es sólo una forma de ganarse la vida; es, sobre todo, una forma de ganar la vida de los otros.
– Un lugar para perderse: El glaciar Perito Moreno (Argentina)
– Su libro más comentado: El libro “Hacer visible lo cotidiano” (Ed. Akal).
– Unas palabras para despedir esta entrevista: La educación no es sólo un cometido de los docentes. Es necesaria la acción de las familias y de la sociedad. Hace falta un pueblo entero para educar a un niño.
Artículos de opinión, prólogos, entrevistas y bibliografía en su blog personal EL ADARVE