El sábado, 14 de abril, a las 17:00, estará en Librería – Papelería Comercial, de Motril, Kayla Leiz, o lo que es lo mismo la granadina Encarni Arcoya (1981). El motivo es, como pueden adivinar, la presentación de nuevo libro, en este caso de la décima novela erótica, la vigésima de su producción, que lleva por título ‘Ama’. La autora explica que para la literatura de adultos prefiere su seudónimo que quiere separar de su otra producción literaria, novela infantil y juvenil, que firma con su nombre real.
«Para los más jóvenes saqué en noviembre pasado tres novelas juveniles tituladas ‘Historias reales para príncipes princesapes’, ‘Historias reales para princesas principesas’ que contienen historias que intentan romper con los estereotipos de los cuentos de hadas, aparte saqué ‘La eñe sin rabito’, un cuento infantil que ya tenía escrito pero que quería hacer en versión bilingüe», explica esa autora cuya producción literaria se inicia en 2013 y se prolonga hasta el 2015, en que tuvo un parón, después del cual volvió a su ritmo ‘normal’ y, por ejemplo, las 644 páginas de ‘Ama’ indica que las ha escrito en menos de dos meses.
«Los gemidos de los altavoces del ordenador parecían envolverla en la habitación donde estaba. Orgullosa de esos sonidos, su sonrisa se encontraba oculta para la otra persona, que sólo veía su cuerpo a través de la cámara encendida. En ese momento, mostraba un corsé negro de piel y unas manos enguantadas, tal y como le gustaba a ese hombre que tenía como mascota obedeciendo la orden que le había dado minutos antes», así comienza esta obra que en opinión de la autora dará que hablar ya que su meta ha sido «hacer una obra como ’50 sombras de Grey’ pero mejor escrita y, por supuesto, que estuviera mejor documentada. Aquellas personas que la lean lo van a descubrir. Yo me leí el primer volumen de ’50 sombras’ y las últimas 50 páginas me las salté porque ya no podía. Para la segunda y tercera parte ya no tenía ganas porque me resultaba muy pastelosa, muy de típicas escenas, y yo no veía ni BDSM, ni sumisión». De hecho, Kayla define su ‘Ama’ como «una novela erótica con toques de BDSM y una historia policíaca», ya que tiene dos tramas. Las siglas BDSM, significan Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo o según explica la autora «sobre todo, dominación y sumisión. Lo que son los amos y las sumisas, en mi caso las amas y los sumisos. Los pilares del BDSM son tres: sano, seguro y consensuado».
Para ello ha inventado tres personajes que son «puro fuego porque son muy dominantes entre sí». Fire es una mujer hecha a sí misma. Dueña de una casa de subastas que ha luchado por todo lo que quiere y no deja que nadie le diga lo que tiene que hacer. Casey es algo parecido. Ha luchado por su propia vida. Tiene una historia detrás bastante dura porque se quedó huérfano. Ha tenido que luchar por su hermana y por él para poder llegar a ser policía. Es muy dominante y le gusta proteger a las mujeres por eso choca mucho con Fire pues ella no se deja proteger. Daniel es el jefe de una red de prostitución.«Digamos que es el malo malísimo, pero lo ves y lo primero que piensas es que matarlo no es suficiente. En la novela veremos como evoluciona hacia esa psicopatía». Trama que se desarrolla en una ciudad cualquiera y que sólo al final se descubre cuál es. También en un principio juega con un título ambivalente pues podría ser un nombre propio, un verbo o un sinónimo de dueña, y que los lectores descubrirán en el primer capítulo que pueden leer en su página web. Para documentarse Kayla ha recurrido a blogs y foros donde contactó con gente que es ama o sumisa y que fueron explicándome lo que sienten «porque yo necesito que mis personajes sientan de verdad, que trasladen al lector lo que están experimentando». Según explica esta autora «el género romántico-erótico es exclusivo de mujeres. Casi siempre lo leen mujeres, los comentarios son de mujeres, hay muy pocos hombres que vengan y te digan pues yo me lo he leído. Ellos suelen esconderlo y si lo han leído no te lo dicen. Lo cierto es que ’50 sombras de Grey’ abrió este género literario a las mujeres».
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