Aunque llevamos 156 semanas, es decir tres años, con esta serie dedicada a vehículos clásicos, es la primera vez que nos felicitan por adelantado. Como pueden ver al final del reportaje siempre se anuncia la próxima entrega. Así, la semana pasada terminábamos informando que hoy le tocaría el turno a Felipe Núñez, lo que hizo que José Antonio Pérez, presidente del Club Automóvil Clásico del Altiplano ‘Villa de Caniles’ nos enviara un correo dándonos la enhorabuena por dedicarle nuestra página al tratarse de «una excelente persona y el abuelo que todos hemos querido tener». Otra curiosidad es que teniéndolo en Granada tuvo que ser Francisco Abril Fernández-Fígares quien, desde Vilches (Jaén) nos facilitara el contacto que finalmente hemos podido materializar. Efectivamente como pudimos comprobar, tras varios aplazamientos, por diversos motivos entre otros meteorológicos, en ‘Vehículos singulares’ no podía faltar este granadino de salud envidiable y exquisito gusto en lo que a coches se refiere.
Felipe Núñez Dávila Ponce de León cumplía los 88 años el pasado 6 de marzo, y durante el trayecto desde la carretera de la Sierra donde guarda sus coches hasta la presa de Quéntar, nos fue contando algunos detalles de su vida que nos sorprende como que «gracias a Dios, no tengo ningún problema de salud, no tomo ninguna pastilla y los análisis son de libro». Una vez en el muro de este embalse, curiosamente inaugurado hace 42 años, un 11 de mayo de 1976, siguió relatando que sus inicios en el mundo del automóvil clásico se remontan a tres décadas antes cuando contaba 55 años, aunque «como afición desde que tuve uso de razón pues la primera vez que mi padre me dejó conducir, con él al lado, fue un Fiat Balilla, en el año 39 años, con motivo de mi noveno cumpleaños. Desde entonces siempre que podía le pedía que me dejara guiar». En cuanto a actividad laboral, muchos conocerán a este conductor precoz, por su actividad relacionada con el mundo del automóvil ya que en 1985 abrió en Granada la concesión de Citroën que dejaría para coger la de Audi Volkswagen, Honda y Skoda, que mantienen con el nombre de Grupo NUCESA (NÚñez y CErvilla SA), al estar constituida «al fifty, fifty» por dos socios, actividad que ha compaginado con las faenas agrícolas en la finca familiar.
Tras darnos estas pinceladas biográficas, Felipe explica que el Cadillac La Salle, lo tiene desde hace unos diez años y que lo trajo de América por mediación de un amigo. «Vino ya restaurado y lo tengo en perfectas condiciones de uso pues funciona todo perfectamente», indica con satisfacción. También que le gusta acudir con él a las rutas organizadas por el Club de Automóviles Veteranos de Granada, así como a las del Real Automóvil Club Al Andalus de Jaén, ya que es miembro de ambos. Tampoco se pierde la Ruta Reale que organiza Alfonso Fígares. Por si esto no fuera suficiente también le gusta correr con la Escudería 49.9 de Granada y con el Club Dos Pronto Granada, participando con un Porshe 9 11, un Honda S 800 o el Seat 1430 preparado con barras y frenos especiales. Para terminar indica que también ha estado con el Club Cadillac La Salle de España, en una concentración celebrada en Teruel. Volviendo al vehículo de esta semana comenta señala que solo tuvo que reparar algún detalle además de repasar el motor en Talleres MIPE de Maracena pues «Paco Peso es un magnífico especialista en coches clásicos». Lo cierto es que el coche parece como recién salido de fábrica, tanto en el exterior como en el interior donde llama la atención que, un coche de cinco metros y medio, sea un 2+2, y que los asientos traseros o transportines no van en el sentido de la marcha si no que uno va frente al otro. También su elegante salpicadero donde podemos ver todos los mandos, amperímetros, presión de aceite, temperatura de motor y nivel de gasolina, además de un bonito reloj.
La elegancia hecha automóvil
A nuestras preguntas Felipe Núñez responde que el peso aproximado del Cadillac La Salle está entre los 1700 y 1800 kg, lo que requiere un alto consumo que estima en torno a los 18 litros a los cien kilómetros. Indica que «tiene tres marchas, un motor de 5300 V8 y da 125 CV que para su época era una potencia terrible» y que en Granada hay otros dos La Salle de finales de los años 20, propiedad de Carlos Aravaca. Willy Hierro, en la web excelencias del motor, explica que en 1927 se creó el primer La Salle de la marca Cadillac, que se convirtió en «la elegancia hecha automóvil». Su diseñador fue el proyectista Harley Earl, que llegó a General Motors a los 34 años de edad, convirtiendo este modelo en el primer auto americano diseñado por un estilista y marcando «el inicio de la reputación de Cadillac como un vehículo de diseño superior, futurista e innovador». También por primera vez en la historia del automóvil en los EE.UU, La Salle estaba disponible con una carrocería a dos colores. Del modelo La Salle que se extendió hasta 1941 se fabricaron 250.000 unidades.
Próxima entrega: David Molero y Volkswagen Oval de 1954
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