Miguel Ángel Vílchez: «Lo bueno de esta historia es que atrapa, te engancha y no te suelta hasta el final»

– Puesto que te estrenas en el oficio de escritor, nos gustaría que te presentase tú mismo. ¿Quién es Miguel Ángel Vílchez Espinar?
– Nací en Granada capital,  bajo el seno de una familia humilde que se dedicó en su mayor parte a la agricultura. Desde crío no recuerdo el día en el que dejé de trabajar, si no era plantando árboles era labrando la tierra junto a mi padre, el cual me enseñó a amar el campo y a la naturaleza. Comencé mis estudios más básicos en el colegio de los Agustinos Recoletos, donde sí me marcó el profesorado, pero no de la forma habitual. 

– ¿Cómo fue tu etapa escolar?
– No era ni buen ni mal estudiante, solo digamos que mi déficit de atención para el estudio era palpable. Un problema que superé yo solo, a base de hincar los codos y sin ningún tipo de ayuda profesional. Mis profesores tampoco ayudaban demasiado, de hecho mis dotes para la lengua eran prácticamente nulas, pero mi imaginación transpiraba por cada poro de mi cuerpo. En cada segundo del día me imaginaba situaciones diferentes en las que me veía inmerso, eran como aventuras que vivía y en las que me evadía de un mundo de estudio que me costaba afrontar. Era tal mi imaginación, que uno de mis profesores del colegio nos mandó una redacción para casa, y cuando llegó la hora de las correcciones, suspendí. En la parte superior del folio, al lado de la calificación ponía con boli rojo: ‘Demasiada imaginación’. Es la primera vez que veía un suspenso por ser demasiado imaginativo, y aquel día, aunque no lo sepa demasiada gente, me marcó. Mis padres se rieron y no dieron importancia al asunto, quizás porque parte de la culpa de esa capacidad para crear historias en mi cabeza era de mi madre, con la cual me pasaba la mayoría de las noches viendo cine en aquel televisor technicolor, quedándome dormido cada noche bajo el  titilante destello de su pantalla. 

– ¿Hasta qué punto puede ser importante una máquina de escribir?
– Un verano, cuando tenía 12 o 13 años, bajo el influjo de un aburrimiento que hacia del tiempo mi peor enemigo, vi escondida bajo el armario del cuarto de invitados una máquina de escribir Olivetti. Cogí un folio y comencé a escribir una historia, que en su base, tiene mucho que ver con la que acabo de publicar. Cuando llegué al tercer folio me descentré, como siempre, y dejé de escribir dejando aquellos 3 folios en el olvido. Aquel mismo nerviosismo que me caracteriza y que hacía que no me concentrara en las tareas que realizaba,  repercutió en que mi hábito para la lectura brillara por su ausencia, aunque bien lo suplí con unas buenas dosis diarias de cine y de conversaciones trascendentales con mis amigos. Pasó el tiempo y con esfuerzo logré sacar nota para entrar en la facultad de Veterinaria, haciendo honor al amor que hacia los animales mi familia me transmitió.

– ¿Es cierto que en tu etapa universitaria compaginaste trabajo y estudios?
Antes y durante mis estudios universitarios trabajé en hostelería sin parar. Primero en restaurantes, y viendo que era poco lucrativo con respecto a las horas de trabajo decidí comenzar a poner copas, haciéndome un hueco en aquella farándula nocturna que tanto me enseñó sobre la vida. Así me tiré toda la carrera hasta hace 5 años, estudiar y trabajar… trabajar y estudiar, sin tiempo para juergas, solo las que mi trabajo de aquel momento me concedía como gajes del oficio.

– ¿Cuándo y cómo surge en tí la vena literaria?
–  Hasta hace poco era un secreto, de hecho nadie supo que escribí esta novela hasta que estuvo maquetada e impresa ( hace 13 días). Mantuve el silencio para ver las caras de las personas que más quiero al oír la noticia. Y mereció la pena. Solo lo supo una persona, aunque se enteró cuando la terminé de escribir a los 9 meses. Y de esa persona surgió mi vena literaria. Como siempre fue el amor el que hizo que una persona no lectora se convirtiese en lectora de la noche a la mañana. Mi amada Cristel, con la que llevo 9 maravillosos años y a la que no he dejado de querer ni un segundo de mi existencia, porque ni siquiera cuando aún no la conocía, la amaba, o más bien amaba la idea de ella. Fue ella con su paciente lectura diaria y sus libros en el baño y en la mesilla de noche, la que  hizo que me diera cuenta hará un par de años, que la lectura es un mundo maravilloso. Así que decidí dedicar a la lectura la mitad del tiempo que le dedicaba al cine, comenzando a leer obras que ella me aconsejaba. Empecé por lo sencillo, como Albert Espinosa (‘Qué seríamos tu y yo si no fuéramos tu y yo’, ‘El mundo amarillo’, o David Safier (‘Maldito Karma’, ‘Jesús me quiere’, llegando hasta algo más complejo como María Dueñas con su ‘Tiempo entre costuras’, Carlos Ruiz Zafón con su ‘Sombra del viento’ o Noah Gordon con ‘El médico’, el cual tengo que decir que pese a ser una traducción, me fascinó. 

– Siempre se ha dicho que las musas son caprichosas, y la tuya no podía ser menos…
– Un día cualquiera después de una jornada laboral de estrés (palabra que define bien el trabajo de un sanitario)  mi mente comenzó a trabajar bajo el chorro de una ducha caliente.  Comencé a madurar una idea que daba la casualidad que se parecía a la que de crío estampé con mi Olivetti en aquellos folios ya perdidos. Cuando salí de aquella ducha, y acordándome de las palabras de aquel profesor de colegio que tacho mi examen por exceso imaginativo, me senté todavía húmedo delante de mi Imac y comencé a escribir lo que mi buena amiga Irene llamó “una gran historia en una novela corta”. Sergio, el personaje principal es puro «yo», tiene mi forma de hablar, de pensar, de amar y si me apuras hasta de caminar… Y Lucía la protagonista está basada en el amor de mi vida, en mi Cristel, de hecho fue ella la que me inspiró para escribir esta historia. Siempre me reí de los artistas que decían no encontrar su musa, que afirmaban no encontrar la inspiración, estar perdidos. Y era cierto, aquel ente existe, la musa, la inspiración, porque aquel día bajo la ducha, aquella me tocó y cuando comencé a escribir ya no pude parar.

– ¿Cuánto tienen de reales los personajes de ‘Mi querido desconocido’?
– Mi querido desconocido alberga personajes inspirados en personalidades reales (como Sergio y Lucía – yo y Cristel) y otros reales en sí mismos de los cuales no puedo hablar dado que su aparición sin esperarlo en medio del texto, es una de las sorpresas que entraña la novela y que hace de esta algo especial para la mayoría de los lectores que la han disfrutado. La novela trata de un chico que lleva sufriendo el martirio de unos dolores de cabeza que no desaparecen ni un segundo de su vida, haciendo de su personalidad huraña y mezquina, su mejor aliado. Un día se da cuenta que haciendo actividades que conllevan riesgo y peligro desaparecen aquellos dolores, al menos el tiempo que dure tal actividad. Pero siempre, esa adrenalina le hace desmayarse durante unos minutos, teniendo en cada desvanecimiento dos sueños, en uno de los cuales siempre aparece el rostro de una bella chica. Con el tiempo, conoce a la supuesta protagonista de sus sueños (la palabra «supuesta» alberga parte de la trama) la cual le hace poner los pies en la tierra (laboral y sentimentalmente)  y hasta calma esas malditas cefaleas. Lo bueno de esta historia es que atrapa, te engancha y no te suelta hasta el final, todo ello por el misterio que discurre en ella y sobre todo por las sorpresas que aporta a lo largo de la trama. Crees que estás leyendo una historia y de repente, a mitad del libro, te encuentras con un escenario totalmente distinto y con otro enredo diferente que logras engarzar con la primera mitad del libro únicamente cuando lees la última página. 

– Junto a la trama se ha destacado de tu novela el tono coloquial ¿Hasta qué punto es relevante?
– El tono coloquial es una de las bases de la historia. Siempre pensé que la literatura tiene que llegar a todos, a los que aman la lectura y a los que no la aman, y a ambas partes se las capta con un lenguaje sencillo, ágil, llamativo y natural. De hecho hace poco una gran persona y trabajador de la hostelería se acercó a mí y me dijo: “Migue, tengo que darte las gracias” a lo cual contesté: “¿Y eso?” y él me respondió: “siempre me costó mucho comenzar a leer cualquier libro y mucho más terminarlo. Te doy las gracias por tu novela, ya que me ha hecho que me pique el gusanillo de la lectura. Tú has hecho que comience a leer”. Antonio, le puedo asegurar que hace dos años, estas serían las últimas palabras que me hubiera esperado recibir de la boca de alguien, de hecho cuando las oí y aunque él no lo sepa, se me puso la piel de gallina. El secreto está en decir sin decir, insinuar, dejar al lector la puerta abierta sobre un asunto al inicio de la lectura, para que vaya barajando sus propias ideas, para cuando llegué al final, se encuentre de bruces con la respuesta y se quede con la boca abierta. Que fue como se quedó Mariana, la editora de Dauro que descubrió mi novela y que según ella no pudo despegar la vista del papel hasta que dieron las 4:30 de la madrugada, terminándola con una grata sorpresa. Incluso me llamó para la publicación de la novela cuando aún le quedaban 30 páginas para terminarla la leer, a lo que le dije: “¡mujer, si todavía te queda lo mejor!”
      

 «El tema de las cefaleas y el de los sueños es un asunto a la que mucha gente le da importancia»

– Supongo que abordar el tema de los dolores de cabeza y los sueños, hará que mucha gente se interese por tu primera novela ya que afecta a un buen número de personas, ¿Lo crees así?
– El tema de las cefaleas y el de los sueños es un asunto a la que mucha gente le da importancia. De hecho más de dos lectores  me han dicho: “¡Cuchi, dolores de cabeza!, ¡como yo! ¡Yo también los sufro desde niño”, y aunque nunca fue mi caso  los comprendía perfectamente. Las palabras y frases más usadas por algunos de los casi 200 lectores que desde hace 13 días han disfrutado de la novela, son: engancha, me tiene en vilo, divertida, fresca, triste, lloré en alguna parte, parece que estoy viendo una película en mi cabeza, etc…” Palabras que jamás esperé oír de nadie, ni siquiera de mis más allegados y las cuales me dan alas para aferrarme todavía más a la lectura y a la escritura.

– ¿Nervioso con el momento de la presentación? ¿Quién estará contigo en el momento de la alternativa?
– Ya queda poco para la presentación, es el martes 25 de Junio a las 20:30 (aunque yo le digo a todos a las 20:00 ya que parte de mi gente es impuntual hasta el extremo) , en el centro artístico y literario de Caja Granada. La presentación correrá a cargo de Lola Martín, una de las responsables de la editorial y que conocí la primera vez por vía telefónica. Era tan agradable y servicial que el primer día que hablé con ella le dije: “quiero que seas tú la que me presente la novela” y aceptó de inmediato, ya que Mariana no podía por baja de maternidad. Otro elemento que presentará mi obra, y que hablará de ella desde el ámbito personal y como una de las primeras personas que la leyó cuando tenía forma de manuscrito, es uno de mis mejores amigos, Ignacio Mariscal Arcas. Nos conocimos desde que teníamos 16 años y siempre confié en él en todos los aspectos de mi vida, y en este todavía más, sobre todo sabiendo su gran afición por la lectura desde niño. Abogado de profesión, es unas de las personas que hablarán de la obra y de sus similitudes con mi personalidad. Otro de los participantes que integrarán la presentación, es  una persona que ha ayudado mucho  a mi familia junto con el grupo de ecologistas, sobre todo en el tema de la expropiaciones de la Vega de Granada. Una persona buena donde las haya y que da todo por todos sin pedir nada a cambio. Tuvo que venir de Valladolid y caer con la plaza de profesor de geografía en un instituto de Granada, para ser el máximo exponente de Vega Educa y guiarnos a todos en una lucha para salvar nuestra vega. Gran orador, lector y escritor que publicó un libro llamado «el rey Melchor, un charlatán de Valladolid» y que hablará de Mi querido desconocido, descubriendo parte de su trama y entresijos sin desvelar las sorpresas, claro está Emoji.

– Como bien nacido eres agradecido, ¿A quién le reconoces su decisiva aportación a esta obra?
– Tengo que agradecer ante todo a Cristel, lo que ha hecho por mí, me ha mejorado como persona y la escritura y la lectura han formado parte de esas mejoras. Y eso es el amor al fin y al cabo, alguien que te mejora por dentro y te hace feliz cada día más. También a mi familia, padre y madre, que aunque no supieron nada de la novela hasta que se la presenté impresa, han formado parte de la dedicatoria como dos de las personas que durante todos los años de mi infancia, me hablaron de mi abuelo como una de las personas más entrañables que pisaron este mundo, y cuya bondad era conocida por toda Alcalá la Real, afabilidad a la que hago referencia en una parte de la novela con un personaje llamado Pedro. 

«A gradezco a mi padre y a mi madre, que aunque no supieron nada de la novela hasta que se la presenté impresa, han formado parte de la dedicatoria como dos de las personas que durante todos los años de mi infancia, me hablaron de mi abuelo como una de las personas más entrañables que pisaron este mundo, y cuya bondad era conocida por toda Alcalá la Real, afabilidad a la que hago referencia en una parte de la novela con un personaje llamado Pedro». 

– Pero hay más personas, tal y como recoges en las últimas páginas, a las que también le reconoces su colaboración, ¿No es así?
– Le agradezco a Ignacio Mariscal y a Armando Tejero amigo mío desde que tenía 5 años, su aportación y críticas a la hora de valorar el manuscrito, ya que sin ellas, esto jamás hubiera sucedido. Le doy las gracias a Beatriz Navarro, mi mejor amiga, que le conté el secreto al año y poco de escribir la novela y me presentó por casualidad a Pablo Casanova, también escritor de la misma editorial, facilitándome la existencia de la misma ante mi ignorancia sobre sellos editoriales, y al cual le estoy altamente agradecido por nuestras conversaciones sobre este mundo lleno de nuevos términos para mí: galeradas, maquetación, contraportada, lomo, etc… Y cómo no, agradecer al equipazo de ediciones Dauro la oportunidad que me han brindado. Aunque parece que es lo típico que se dice, todos estos agradecimientos los siento desde el corazón,  incluso lloré cuando los escribí para remitírselos a Víctor, mi maquetador, para que los incluyera en la novela. 

– ¿Tienes algún nuevo proyecto literario en marcha?
– Sé que para cualquier escritor novel es una aventura enorme publicar su primer novela, pero para mí es una aventura grande e inesperada, ya que mi afición por la lectura y la escritura es tan joven como el adolescente con conoce a su primer amor. A veces la euforia no me deja dormir, hasta el punto que cuando terminé ‘Mi querido desconocido’, hará ya más o menos 10 meses, y mientras esperaba la respuesta de las dos únicas editoriales a las que mandé el manuscrito ( la otra fue Random House ), comencé a escribir una segunda novela, fruto de una conversación con mi amigo Ignacio Mariscal:  “Migue, en esta novela hay mucho de ti, lo difícil es hacer una que no tenga atisbos de la personalidad del autor”, y así comencé una obra con más recursos literarios, estilo depurado y con al menos 100 páginas más que la anterior. Siempre con un estilo que no guarda relación con mi persona, pero que igualmente engancha y sorprende, para mí todo un reto. Su título inicial será «La decepción de Andrea», ya está acabada y espero que vea la luz en un par de añitos después de miles de cambios y correcciones.

 

Título: Mi querido desconocido
Autor: Miguel Ángel Vílchez Espinar
Colección: Peripecia
Precio: 15 euros
Páginas: 190
Presentación: El martes, 25 de junio, en el Centro Artístico de Granada (20:30 h.). En el acto le acompañarán Lola Martín, de Ediciones Dauro; el abogado y amigo,  Ignacio Mariscal Arcas y el profesor e impulsor del proyecto Vega-Educa, Javier Alonso Magaz.

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