«Este libro ha sido posible gracias a los talleres de poesía del Centro Penitenciario de Roma, dirigido por la poeta Zingonia Zingone, del taller de poesía del Centro Penitenciario de Albolote, Granada, dirigido por el poeta Pedro Enríquez y del Taller de Pintura Van Gogh del Centro Penitenciario de Albolote, dirigido por Enrique Sáenz Sancha, así como la colaboración de Mercedes López, responsable de actividades culturales del Centro Penitenciario de Albolote, Granada y la especial dedicación de los internos Rocío García, María Rosa Monge y Óscar Campana», de esta forma se da a conocer este libro, ‘La penumbra también tiene su danza’, que además tiene una causa solidaria y que se presentaba el miércoles en el Centro Artístico. «Esta aventura se inicia hace tiempo cuando conozco al poeta Pedro Enríquez que me habló del proyecto que se estaba desarrollando en Roma denominado Free from chains, Libres de cadenas, que básicamente es un proyecto solidario a través de la poesía. Me pareció muy interesante y decidimos probar con un grupo de presos del centro penitenciario de Albolote», explicaba Mercedes al público presente.
Luego vendría el tema de las camisetas cuyo dinero recaudado se destina igualmente a la causa que deciden los internos. Hasta ahora han querido contribuir con Hermandad de la Esperanza de Granada, que ayuda a madres con hijos sin hogar porque su hermano mayor, Francisco Fernández Millán, es educador de ellos y lo consideran una persona cercana para su obra social. Para la entrega del cheque se hizo un acto en la prisión de Albolote el pasado 3 de julio que ha tenido su continuidad con la presentación de «un proyecto que fusiona su vertiente solidaria con una artística que ha culminado en la publicación de un libro al que ha contribuido el taller de poesía y también el de pintura, que lleva muchos años funcionando a cuyo frente está Enrique Sáenz». Para la edición del libro han contado con la colaboración de la Fundación Francisco Carvajal de Albolote, el Colegio Profesional de Arquitectos Técnicos de Granada y el Centro Unesco de Andalucía.
En su intervención Pedro Enríquez explicó que este proyecto era «como una pequeña llama que va pasando de un lugar a otro» y cómo al ver las camisetas con poemas de un preso italiano pensó que no solo ayudaba al que lo había escrito sino también al que había tenía la posibilidad de leerlo. «Como la salud no somos conscientes de lo que es la libertad hasta no tenerla. Ver el poema, sentir que era de alguien que estaba en la cárcel, me pareció como si con su arte pudiera ofrecerse a los demás. A partir de ahí pensé el porqué no hacerlo en Granada». Y así ha sido, hace un año a través de la concejala de Cultura de La Zubia, se puso en contacto con Mercedes que acogió estupendamente la idea. Durante ocho meses ha estado atravesando las siete puertas con un típico sonido metálico hasta llegar a la sala donde ha desarrollado su taller de poesía con las once personas dispuestas, primero a grabar con su voz sus creaciones para darlas a conocer en el Festival de ‘Poesía en el Laurel’ para pasar después a la idea del libro. «No ha sido fácil, ha supuesto muchas horas de trabajo, para seleccionar, pasar al ordenador, hasta conseguir un pequeño milagro, llevar al papel lo que nace en el corazón». Luego vendría la idea de las ilustraciones con los asistentes al taller de Enrique Sáenz, autor así mismo de la portada.
Este artista, con más de diez años al frente del Taller ‘Van Gogh’ agradeció a Pedro por permitirle hacer «una obra conjunta de sensaciones y armonía», y con su humor característico explicó que «le habían engañado pues al principio eran once poemas y finalmente han sido 37 poesías, 37 ilustraciones y 37 cuadros» realizados en algunos casos por personas que «no habían visto un pincel en su vida». Por ello terminó con palabras de agradecimiento para todos los alumnos que asisten al taller y que colaboran en la Biblioteca y en la revista y de los cuales «he aprendido muchísimo». Felicitaciones a las que se unió la presidenta del Centro Artístico, Celia Correa, que también ha impartido un taller de escritura en el Centro Penitenciario. Las pinturas expuestas se podrán contemplar hasta el 22 de julio. Una de las autoras, Teresa, nos muestra dos de sus poemas ilustrados ‘Noche de insomnio’ y ‘Encrucijada’, aunque afirma que los dos le han salido del corazón, su favorito es el segundo. Nos cuenta que «estos talleres están muy bien pues desarrollamos nuestra creatividad muchísimo y liberamos nuestros sentimientos». Por eso se muestra muy orgullosa de sus compañeros, de los que los coordinan «y de mi misma que eso raro. Estoy muy emocionada, los ilustradores del taller de pintura han hecho un trabajo excelente».
Por su parte, Rocío García admite que ha sido todo «un descubrimiento pues nunca pensé que fuera capaz de componer poemas. Quiero dar las gracias a Pedro pues nos da muchas ganas de seguir con este fin solidario. Yo soy más de relatos cortos sobre mis experiencias, pero nos ha metido el gusanillo de poesía, y ha sacado lo que llevamos dentro para transformarlo. Manuel Alba, al que le tengo mucho cariño, me sorprendió con la interpretación que ha dado a mi poema».
Así que muchas felicidades a estas dos poetas en ciernes y también a Francisco Cortés, Rossi, Marta, Antón Guimaraes, Óscar Campana, Jorge H., Shermann, Aitana Sánchez, Sergio Balsera, R&R, Sebastián Román, junto a los italianos Domenico Giambó, Mauro Belli, Concetto Spataro, Aurelio Iannotta, Manuel Lucarelli, Faysel Saidi, Joruz Miha y Patrizio Chimera. Por supuesto, a los autores de las ilustraciones-cuadros Manuel Alba, Samira Ousguanou, Maria Rosa Monge, Juan Marcial, Mónica de Albunquerque, Héctor Betancout, entre otros.