Como sabéis, llevo varias semanas publicando sobre diferentes grandes personajes nacionales y extranjeros a los que les emocionó Granada y algo dijeron sobre ella. Hoy haremos una excepción porque el autor que os propongo no sé si dijo algo sobre nuestra ciudad pero creo que no era necesario porque él era Granada entera y uno de sus mejores embajadores. Este personaje me lo sugirió nuestro querido Eduardo Espinosa Román y atiendo con sumo placer a su deseo.
Tal vez al ver su foto ,no lo reconozcáis; pero si su rostro es para muchos desconocido, apostaría lo que fuese a que todos , absolutamente todos, los que me hacéis el honor de leerme habréis tarareado o cantado algo de lo que este autor compuso.
Nuestro hombre nació en Granada un día 9 de mayo de 1887 y se llamaba Francisco Alonso. De pequeño estudió en los Escolapios; más tarde inició la carrera de medicina pero la dejó para dedicarse a su gran pasión : la música. La primera etapa de su carrera se desarrolla en Granada. Sus primeras composiciones las realizó para las escuelas del Ave María y posteriormente compuso diversos bailes de salón como polkas, mazurcas, valses, etc. A los 16 años ya dirige la banda de los obreros de la Fábrica de explosivos y pólvora de El Fargue y posteriormente creó un orfeón en la Sociedad Filarmónica de Granada con el que ofrece diversos conciertos en Granada. Responsable de la Filarmónica y de la Banda de El Fargue, su figura es cada día más conocida y popular en la ciudad. Compone también, incluso una zarzuela, que estrena en el Cervantes y en algunas otras ciudades andaluzas.
Llegado un momento, decide trasladarse a Madrid en 1911. Aventura que emprende con poco dinero y mucha ilusión. El comediógrafo granadino Antonio Paso le ayudó a introducirse en el mundo artístico y teatral de la ciudad. Su juventud, simpatía y esfuerzo le permitieron subir el primer escalón hacia el éxito con la zarzuela “Música, luz y alegría” Luego comienzan una serie de creaciones que llevan al autor a la fama. Son obras ,alegres, optimistas, muy pegadizas convierten al MAESTRO ALONSO en una gran estrella. Creedme si os digo que sinceramente opino que debe ser el único granadino que no está estigmatizado por el sello de la malafollá.
Sería absurdo por mi parte intentar escribir en unas líneas sobre la amplitud de su obra. ¡Ah! Si el destino hubiera querido ampliar unos años más su permanencia en esta tierra seguro que sería tarea imposible catalogar toda su obra. Como dice el castizo, tocó todos los palos : zarzuelas, sainetes líricos, canciones, revistas, himnos y pasodobles, bandas sonoras para películas, obras sinfónicas, para piano y ballet comedias musicales y cuplés.El éxito le llegó cuando estrenó una marcha pasodoble ´que llamó : “Banderita”. Si , hombre, ese de “banderita tu eres roja, banderita tu eres gualda etc.”. Sacada de una revista musical “Las Corsarias”. ¿Quién no la tarareado alguna vez? ¿Y los NARDOS? “Por la calle de Alcalá, con la falda almidoná…” ¿Hay alguien que no conozca el chotis “EL PICHI”?de Las Leandras . ¿Y el chotis: “Tabaco y cerillas, aquí no hay colillas” de “Las de Villadiego” ¿Y el “pasodoble de los Quintos” de “la Bejarana”. ¿Algún murciano deja de emocionarse al oír aquello de : “En la huerta del Segura cuando ríe una huertana resplandece de hermosura toda la vega murciana…”? ¿Y Chotis de las taquimecas,de Las lloronas y Las cariñosas con el Chotis de la Lola.? Y así podíamos seguir toda la tarde.
Particularmente a su Granada le dedicó varias obras entre las cuales: Viva Graná, Granaina e mi arma, Canción granaina, Noche en la Alhambra, Mi adios a Granada y El sueño de Boabdil
Y ahora decidme por favor si hay alguien, vasco o no, que no se haya emocionado al oír o cantar aquello de : “Buscando hacer fortuna como emigrante se fue a otras tierras…” MAITECHU MÍA. Pues ¡sí señor! Resulta que el Zortziko vasco más famoso del mundo fue compuesto por ¡UN GRANADINO! ¿Sabéis como fue?
El maestro Alonso solía veranear en Fuenterrabía y allí, en el verano de 1927, sus amigos vascos alababan su música y sus obras pero le dijeron que nunca sería capaz de componer algo de música vasca que llegara al alma porque para eso tendría que tener la sensibilidad de los valles y caseríos vascos. El maestro Alonso aceptó la apuesta, (no sé que podría ser), se puso al habla con su letrista y amigo Emilio González del Castillo que se encontraba también en aquella localidad y le rogó que escribiera la letra de una canción vasca. Así lo hizo, y como se puede ver, magistralmente; cuando Francisco Alonso la tuvo en sus manos, se sentó al piano y en menos de una hora compuso esta música maravillosa cantada por los más grandes y que es raro que no estruje algo el corazón del que la cante.
¿Comprendéis ahora por qué digo que el maestro “granaíno” no estaba marcado por la malafollá?
En 1947 es elegido como director de la Sociedad General de Autores y Editores. El 18 de mayo de 1948 falleció Francisco Alonso en su casa de Madrid recién cumplidos los 61 años de edad. Su entierro fue de los más multitudinarios que se produjeron en la capital de España.
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