¿Cómo nos podemos enfrentar a cambios tan significativos como los que conllevan un divorcio, pérdida de empleo, cambio de residencia, o cualquier otro cambio importante en la vida o el entorno, negativo o positivo, que ocurra de forma inesperada? El importante psiquiatra, Luis Rojas Marcos, doctor en Medicina y Cirugía, y presidente del Sistema de Hospitales Públicos de Nueva York hasta el 2002, afirma que, reinventarse, podría ser una opción para afrontar dichas situaciones; “siempre es algo provocado, por lo general no cambiamos si no se nos obliga a ello y tiene lugar cuando una persona ha de enfrentarse a cambios trascendentales”.
“Cuando dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser”. Lao Tzu
Tras un divorcio, por ejemplo, desaparece todo lo que la persona es; cambia su rol; ya no es cónyuge de nadie, y el rol de padre lo asume una semana sí, otra no. Supone un cambio de vivienda, de amigos, y todo esto, dentro de un doloroso proceso de duelo, que devasta a la persona emocionalmente.
Ante esta desoladora situación, sí o sí, la persona debe reinventarse; lo que implica, una profunda transformación de valores, actitudes, y lo más importe, conductas, tal y como afirma Luis Rojas Marcos. La persona, cambia a la fuerza, y se encuentra ante roles que son nuevos y que le definirá como persona muy diferente a la que creía que eran.
La mayoría de mujeres divorciadas, tras un matrimonio infeliz, sufren una expansión de sí mismas, increíble, se liberan de su papel de esposas, madres, y empiezan de nuevo a sentirse libres, jóvenes, hermosas. Obtienen la sabiduría que la experiencia le ha otorgado, y vuelven a ser lo que eran, antes de casarse. La carga de la mayoría de las tareas domésticas, todavía, sigue recayendo en las mujeres, que además tienen que compaginar con su jornada laboral. Es por esto, que las mujeres, se transforman aún más que los hombres, tanto en valores como en sus actitudes, y en su comportamiento: ahora, compartiendo la custodia de los hijos, que normalmente asumían por completo; lo que supone una transformación transcendental con respecto a su tradicional, por no decir el único, papel de madres.
Así, pues, existen factores que facilita una necesaria reinvención ante los profundos cambios a los que la vida nos puede obsequiar. Una de las claves, es imitar a aquellos que lo han logrado. La reinvención de la mujer, en todas las épocas, y en ésta, nos puede dar una valiosa lección de cómo hacerlo. Otro factor esencial es la confianza. «Quienes cambian suelen ser personas optimistas, que esperan lograr lo que se proponen o que utilizan ‘éxitos’ del pasado para aumentar su seguridad. Son gente que piensa que si lograron enfrentarse con éxito a alguna experiencia complicada en el pasado, también lograrán sobreponerse ahora a unas malas circunstancias. Quienes se reinventan suelen ser también aquellos que localizan el control de su vida dentro de ellos mismos, los que piensan ‘yo puedo hacer algo y tengo cierto control’. Lo opuesto es la gente que dice ‘que sea lo que Dios quiera’. El que pone el control de su vida fuera de sí mismo tiene más dificultad para reinventarse o para superar las situaciones”, afirma Luis Rojas Marcos, quien sabe muy bien qué significa reinventarse, fue un niño con TDH, con un mal pronóstico, ya que además tenía conductas antisociales y fracaso escolar.
«La más insignificante de las acciones siempre es mejor que la más audaz de las intenciones». Robin Sharma
Que todo es posible, lo sabemos. La vida es una invención de sí misma cada día. Hemos ido cambiando desde que nacimos, nuestra piel se muda por completo en la adolescencia, perdidos, comenzamos a ser otro yo, para convertirnos en múltiples yos en cada etapa. Perdemos identidades en cada naufragio, y seguimos esperando otros. Cambiaremos de rol, mientras estamos vivos, y es maravilloso, sentir, que pasaremos con otras pieles, siendo o no, los mismos.
Pasamos de niños a ancianos, de casados a solteros, de estudiantes a trabajadores. Y cambiamos, nos reinventamos, cuando somos capaces de aprovechar lo que fuimos, para construir un nuevo presente. Y aún más, cuando somos capaces de agradecer lo que nos pasó, por terrible que fuese, somos realmente, nuestra mejor versión.
«Si no está en tus manos cambiar una situación que produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento». Viktor Frankl.
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Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso