Le he hecho esta pregunta a muchas personas, las respuestas han sido diversas, desde perder a quienes aman, estar solos, perder la situación social y económica que poseen (familia, trabajo, casa, etc.), hasta para los que su mayor miedo es quedarse calvos.
En estas, hubo una respuesta que me atrajo. Un hombre de parcas palabras y mirada ausente, me dijo, en un tono aguado, que su mayor miedo es llegar a la muerte sin haber vivido, sin haber agradecido ni disfrutado, sin haber experimentado la sensación única, en todo su esplendor y majestuosidad, de estar vivo.
Pensé, sí, de eso se trata esto de vivir, de buscar la felicidad, que es la única razón por la que estamos aquí, de sobrepasar el sufrimiento y perseguir ese estado que nos permita existir, vivir, ser, respirar, en plenitud.
Y es que, es el miedo a la muerte, la raíz de todos los miedos. Éste puede adoptar diversas formas, caras, pero siempre es él. Este desconocido recorrido nos aterra, creemos que la muerte es el fin de nuestra existencia, de lo que somos, de lo que amamos, de lo que tenemos.
Ser la única especie consciente de esto, debería hacernos fluir hacia una sana incertidumbre: la de saberse vivo, comprender nuestra finitud para así apreciar el inmenso privilegio de estar aquí. Pero no, nuestra especie no acepta que esta preciosa vida, de un momento a otro, puede esfumarse, y no lo acepta porque cree que la posee; cree que la vida le pertenece, igual que su casa, su coche o su peluca. Nos aferramos a lo que nos ha sido prestado y de ninguna manera lo queremos soltar.
¡Qué difícil nos lo hacemos! Nos obstinamos en ir en dirección contraria, ¡qué contrasentido! Olvidamos que no tenemos nada, que nada nos pertenece, que nos vamos a despedir tan leves como entramos.
No vamos a llevarnos nada, pero si podemos dejar muchas, como haber hecho más fácil la vida a los demás, podemos irnos con la certeza de haber amado a los demás tanto como a nosotros mismos desde un limpio agradecimiento por cada inhalación recibida.
Y tú; ¿a qué tienes miedo?
“La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene”. Jorge Luis Borges
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Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso