Acabo de darme cuenta que sin querer hemos aceptado términos que, hasta ahora eran desconocidos o poco habituales; este verano han comenzado a ejercer los vigilantes de la playa, contratados por la Junta de Andalucía para vigilar que las playas de esta tierra nuestra sean más llevaderas, me ha venido a la mente que se nos presenta ahora una vida parcelada.
A partir de ahora, ya la playa no será igual que lo fue siempre, ya no podremos poner la sombrilla donde queramos, no podremos jugar entre vecinos al remigio, ya ni siquiera podremos enterrar la sandía en la arena para que esté fresquita, algo nuestro se nos ha ido con tanto coronavirus y ahora con tanta arena parcelada.
En mi pueblo Salobreña, llegabas y te tumbabas donde te venía en gana, algunas veces incluso sin toalla, pues los chinorros estaban muy limpios con el poniente que había hecho días anteriores. Disfrutabas con la conversación de vecinos conocidos y veraneantes forasteros venidos de otras latitudes.
Que Madrid se haya convertido en la comunidad autónoma con más casos positivos de coronavirus, más de 70.000, y, también, en la que más muertes se han registrado, casi 9.000 de los 28.000 totales, ya tiene sus consecuencias. Las redes sociales echan humo en las últimas horas después de que un nuevo término se haya instalado en el vocabulario de muchos usuarios: ‘madrileñofobia’.
Benidorm abre su playa entre protestas de sus mayores: «No entiendo que no pueda poner la toalla donde siempre». La arena de la playa se ha dividido en parcelas de 16 metros cuadrados, con una zona para mayores y otra, para el resto de los bañistas. Muchos de los mayores que se han acercado este lunes hasta la playa de Benidorm (Alicante) para disfrutar del sol y de un baño no entendían por qué tenían que dirigirse a una zona concreta de la arena destinada justo para personas de 70 años, más vulnerables al virus. «Si pago mis impuestos, no entiendo por qué tengo que dirigirme a esa área de la playa». Está visto que los viejos estorbamos y nuevamente se nos parcela y confina.
En el protocolo establecido para garantizar las medidas sanitarias, habrá un control de aforo y la arena estará parcelada. Además, por primera vez establecerá turnos de mañana y tarde para acceder a las playas. No estará permitido el acceso ni a la hora de comer, cuando se aprovechará la poca afluencia para vaciarlas y desinfectarlas, ni por la noche. Esta no es mi playa, me la han cambiado.
Cuando alguien pregunta qué es la vida, hay respuestas de todos los colores. Pero la mayoría son planteadas como afirmaciones irrevocables, no hay vuelta de hoja, es así. Cada persona la ve y la vive de una manera completamente diferente, porque las circunstancias de cada una son completamente diferentes a las de los demás. Alguien escribió que, “La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido”.
Y aquí nos encontramos, inmersos en un cambio de hábitos y de vida difícil de entender sobre todo para aquellos que ya peinamos canas y siempre disfrutamos de la vida y de la playa a todo tren, pensando que era nuestro último verano. A partir de ahora, la vida se nos ha parcelado.
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