En el prólogo, el fraile trinitario trata de justificar esta especie de ‘Hoja del lunes’ (sic): “No siendo de menor authoridad la Ciudad de Granada, que otras de España, en donde semanariamente se dà à el público la Gazetilla, con muchas noticias de que se pueden aprovechar los Vecinos y Forasteros, se hà discurrido darlas todos los Lunes de las Semanas del Año, para no defraudar de su bien a todo el que las necessite”.
Y advierte al lector que “se dirà de todos los Actos piadosos…, se tratará de Ventas y Compras de todo género de especies: de Arrendamientos de Casas, Caserías, Cortijos, Olivares &c. de las Alhajas perdidas, avisando, à quien las hallare, del sugeto… Se dará aviso, à los que buscaren donde entrar à servir, en qualidad de sirvientes de cozina, ò de Mayordomos, Mozos de Despensa, Lacayos, Cocheros… para que con facilidad hallen este alivio, con expresión siempre de la edad, habilidad y estado”. Y finaliza diciendo que “se darà noticia de otras extraordinarias, que ocurran, como del precio de las carnes, granos, y algunos otros géneros de abastecimiento”.
La primera publicación diaria en España, ‘El Diario Noticioso, Curioso, Erudito, Comercial y Político’, se editó en Madrid el 17 de enero de 1758, en los tiempos de Carlos III. Y hasta no hace muchos años, ‘La Gaceta’ era el nombre del periódico oficial del Gobierno, donde se publicaban las leyes y disposiciones, lo que hoy es el Boletín Oficial del Estado (B.O.E.). Recordemos también la ‘Gaceta Literaria’, la ‘Gaceta de Madrid’…
Pero, con la ‘Gazetilla’ de Fray Antonio de la Chica estamos asistiendo al nacimiento de uno de los primeros periódicos de Granada. Copio algunas ventas del semanero, en el lenguaje de aquellos años: “En la Carrera del Darro, en la Calle del Smo. se vende una Casa Principal con s. fuentes, y su tinaja: se acudirá al Señor D. Juan Beltrán, Veintiquatro de esta Ciudad (…). El Diccionario Santoral Español, compuesto por la Compañía Literaria Granadina, en papeles periódicos…, y su precio es à tres quartos cada pliego”.
Entre las noticias extraordinarias, destaca ésta: “Pocos días hà que murió en una Cueva de esta Ciudad, en la feligresía de San Ildefonso, Diego de Mesa, de edad de 114 años. Era su exercicio Cazador…; pero es lo más singular, que casó de terceras nupcias con Francisca Zibantos, à los 107 años de su edad”. Este otro anuncio avisa que “D. Pablo Mauricio, Cirujano, Oculista y Dentista… hace toda suerte de operación pertenecientes à el Arte Cirugica, tiene varios secretos particulares, para diferentes enfermedades, q hablando con el mismo, luego le desengaña si tiene cura, ò no; tiene una invención de Bragueros a la inglesa, nunca vistos...”.
Titiriteros
También se hace eco de los titiriteros: “Como por el Teniente de Alguacil Mayor de la Casa de Comedias, se ha conducido a Granada, la Compañía de Cómicos, que ha de representar y dará principio en la Casa de Teatro…”. En la sección Amos y Criados, “un manzebo de 19 años pretende acomodarse para Lacayo, también està habil en escribir y contar”. Entonces, sólo se venía a penar en la vida: “Joseph, Francisca y María, todos negros de Etiòpia, libres, como lo haràn ver, buscan Amos à quien servir: las dos para Cocineras…”.
Esta otra pobretica venía de las tierras de Toledo y se ofrecía para cualquier cosa: “Una muger de circunstancia, de edad 26 años, viuda, con una hija de 4, busca Casa para servir à algún Eclesiàstico; con la advertencia, que no ganará salario, dándole las manos libres, y de comer à su Hija…”. Así de miserable era la vida en la Granada del siglo XVIII, tal y como nos la describe Fray Antonio de la Chica en su querida ‘Gazetilla curiosa’. Hoy, en cambio, como dejó escrito Haro Tecglen: “El trabajo de nosotros, los gacetilleros, es el de escrutar los signos”. Y de paso, digo yo, comentar la jugada.
El libro se intitula ‘Gazetilla curiosa, o semanero granadino, noticioso, y útil para el bien común’, y el autor viene como el “P. Lect. Juvilado Fr. Antonio de la Chica Benavides, del Orden de la SSma. Trinidad Calzados de Granada”. En la obra se recogen todos los semaneros, que fueron editándose entre el nueve de abril de 1764 y el diecisiete de junio de 1765 y los vendía, entre otros, el mercader de libros Eugenio Arévalo, en su librería de la calle Elvira, la calle de las manolas y de los libreros. A la muerte del autor, se recopilaron los papeles en un solo volumen bajo el título de ‘Mamotreto’ y, según reza, fueron dados “a luz en la imprenta del Convento de dicha Orden…, con las licencias necessarias”. Fue, en 1992, cuando la empresa granadina Impredisur S.L. hizo una edición reproducida del ‘Mamotreto’ –rescatando así a la primera prensa granadina–, al que yo he tenido conocimiento porque me lo recomendó mi amigo Paco Rodríguez Barragánque colabora como voluntario en Proyecto Hombre.
En el prólogo, el fraile trinitario trata de justificar esta especie de ‘Hoja del lunes’ (sic): “No siendo de menor authoridad la Ciudad de Granada, que otras de España, en donde semanariamente se dà à el público la Gazetilla, con muchas noticias de que se pueden aprovechar los Vecinos y Forasteros, se hà discurrido darlas todos los Lunes de las Semanas del Año, para no defraudar de su bien a todo el que las necessite”. Y advierte al lector que “se dirà de todos los Actos piadosos…, se tratará de Ventas y Compras de todo género de especies: de Arrendamientos de Casas, Caserías, Cortijos, Olivares &c. de las Alhajas perdidas, avisando, à quien las hallare, del sugeto… Se dará aviso, à los que buscaren donde entrar à servir, en qualidad de sirvientes de cozina, ò de Mayordomos, Mozos de Despensa, Lacayos, Cocheros… para que con facilidad hallen este alivio, con expresión siempre de la edad, habilidad y estado”. Y finaliza diciendo que “se darà noticia de otras extraordinarias, que ocurran, como del precio de las carnes, granos, y algunos otros géneros de abastecimiento”.
La primera publicación diaria en España, ‘El Diario Noticioso, Curioso, Erudito, Comercial y Político’, se editó en Madrid el 17 de enero de 1758, en los tiempos de Carlos III. Y hasta no hace muchos años, ‘La Gaceta’ era el nombre del periódico oficial del Gobierno, donde se publicaban las leyes y disposic
iones, lo que hoy es el Boletín Oficial del Estado (B.O.E.). Recordemos también la ‘Gaceta Literaria’, la ‘Gaceta de Madrid’… Pero, con la ‘Gazetilla’ de Fray Antonio de la Chica estamos asistiendo al nacimiento de uno de los primeros periódicos de Granada. Copio algunas ventas del semanero, en el lenguaje de aquellos años: “En la Carrera del Darro, en la Calle del Smo. se vende una Casa Principal con s. fuentes, y su tinaja: se acudirá al Señor D. Juan Beltrán, Veintiquatro de esta Ciudad (…). El Diccionario Santoral Español, compuesto por la Compañía Literaria Granadina, en papeles periódicos…, y su precio es à tres quartos cada pliego”.
Entre las noticias extraordinarias, destaca ésta: “Pocos días hà que murió en una Cueva de esta Ciudad, en la feligresía de San Ildefonso, Diego de Mesa, de edad de 114 años. Era su exercicio Cazador…; pero es lo más singular, que casó de terceras nupcias con Francisca Zibantos, à los 107 años de su edad”. Este otro anuncio avisa que “D. Pablo Mauricio, Cirujano, Oculista y Dentista… hace toda suerte de operación pertenecientes à el Arte Cirugica, tiene varios secretos particulares, para diferentes enfermedades, q hablando con el mismo, luego le desengaña si tiene cura, ò no; tiene una invención de Bragueros a la inglesa, nunca vistos…”.
También se hace eco de los titiriteros: “Como por el Teniente de Alguacil Mayor de la Casa de Comedias, se ha conducido a Granada, la Compañía de Cómicos, que ha de representar y dará principio en la Casa de Teatro…”. En la sección Amos y Criados, “un manzebo de 19 años pretende acomodarse para Lacayo, también està habil en escribir y contar”. Entonces, sólo se venía a penar en la vida: “Joseph, Francisca y María, todos negros de Etiòpia, libres, como lo haràn ver, buscan Amos à quien servir: las dos para Cocineras…”. Esta otra pobretica venía de las tierras de Toledo y se ofrecía para cualquier cosa: “Una muger de circunstancia, de edad 26 años, viuda, con una hija de 4, busca Casa para servir à algún Eclesiàstico; con la advertencia, que no ganará salario, dándole las manos libres, y de comer à su Hija…”. Así de miserable era la vida en la Granada del siglo XVIII, tal y como nos la describe Fray Antonio de la Chica en su querida ‘Gazetilla curiosa’. Hoy, en cambio, como dejó escrito Haro Tecglen: “El trabajo de nosotros, los gacetilleros, es el de escrutar los signos”. Y de paso, digo yo, comentar la jugada.