De ameno, muy curioso y original se podría calificar el 22º libro de Ismael Ramos Jiménez (Granada, 1971) que lleva por título ‘Bestiario de claustros docentes‘ (Ed. Punto Rojo) con ilustraciones de César Pigino y, que es definido por el propio autor como «juguete satírico ilustrado»
Un libro fraguado «a fuego lento» cuya finalidad no es otra que «homenajear a los docentes, divertir y, llegado el caso, invitar a reflexionar sobre cómo somos o cómo nos ven a quienes cada día “actuamos” en el aula». Ismael que antes de cocinero fue fraile pues trabajó durante bastante tiempo en el área de selección de personal de una gran empresa donde aprendió a conocer y a valorar los diversos roles que las personas, en determinadas circunstancias, suelen adoptar.
– ¿Cómo y cuándo nace ‘Bestiario de claustros docentes’, que en la dedicatoria define como juguete satírico ilustrado?
– Ha tenido una génesis a fuego lento. Como indico en el libro, antes de ser profesor, trabajé durante numerosos años en el área de selección de personal de una gran empresa. Allí aprendí a conocer y a valorar los diversos roles que las personas, en determinadas circunstancias, suelen adoptar. Ese aprendizaje lo apliqué en diferentes ocasiones en los centros educativos en los que he trabajado: la escuela es un excelente escenario donde conocer a personas de todo tipo.
– ¿Por qué un ‘bestiario?
– Quiero confesar que, en absoluto, el título del libro conlleva un matiz peyorativo, antes al contrario. Al igual pretendían los códices medievales, quiero mostrar a seres extraordinarios que todo el mundo debe conocer, aunque en ocasiones se haga desde una perspectiva satírica. Por otra parte, el título encierra un juego de palabras con el término “claustro” que nos retrotrae a los espacios de los monasterios medievales, en cuyos capiteles aparecían seres fantásticos.
– ¿Cuál es el objetivo final de este libro?
– Homenajear a los docentes, divertir y, llegado el caso, invitar a reflexionar sobre cómo somos o cómo nos ven a quienes cada día “actuamos” en el aula.
– ¿A quienes les gustaría que llegara?
– A todo los partícipes en el “alquímico” mundo de la educación: profesorado, alumnado, padres… la Comunidad Educativa en general y a quien le apetezca asomarse a una galería de espejos deformantes de los docentes, sin otra pretensión que divertirse.
– Pergeñar este bestiario le ¿ha servido de relax durante los tediosos y, a veces interminables, claustros?
– Como indico en la justificación del libro, me he divertido «jugando» a analizar perfiles de docentes, pero jamás a personas concretas. Ha sido una suerte de pasatiempo, movido por la simpatía que me despiertan mis colegas.
– ¿También para descanso tras su estudio crítico del epistolario entre Manuel de Falla y Ángel Barrios?
– Este es mi vigésimo segundo libro. Casi todos los demás han sido muy “serios”, esto es, de carácter científico o académico, sin tener en cuenta mi producción de obras de teatro. Me apetecía hacer una obra diferente, un homenaje a los docentes y, sobre todo, me propuse un reto: intentar arrancar una sonrisa a los posibles lectores, es tan necesaria en estos momentos.
– El libro está dedicado a 63 personas-entre las que me encuentro-, con su nombre y apellidos, y en algunos casos con sus apodos o entrecomillados como es el caso de Miguel Arnas, el portador de la antorcha’, María Simón ‘Esencia de unicornio’ o Clara Inés López Rodríguez, mi profesora unicornio favorita, ¿por qué esa amplia dedicatoria?
– Porque este libro es coral y un homenaje a todos ellos y a otros muchos. Estas personas han dejado una huella indeleble en mi vida, empezando por don Pascasio, el maestro que me enseñó a leer, a escribir y a evitar algún que otro merecido cogotazo, y acabando con Clara Inés López, mi esposa y compañera de vida, además de ser un modelo docente a imitar. Y aquí soy absolutamente objetivo. De alguna manera, este libro pretende saldar parcialmente una Impagable deuda de gratitud contraída con todos vosotros.
– El libro se inicia con la convocatoria de claustro ordinario realizada por la directora que sirve a modo de justificación y lamento pues echa en falta aquellas reuniones de este órgano colegiado «cuando tenía carácter de foro, de debate y decisión» ¿Cómo son los claustros actuales?
– Ahora las sesiones de claustros son esencialmente informativas. Aunque hay un espacio ara la intervención de los claustrales, el valor vinculante de los acuerdos adoptados en este órgano colegiado es muy limitado, casi se limita a ser consultivo.
– ¿Cuándo conoce al ilustrador, César Pigino, del que afirma que ha creado sus caricaturas a partir de los textos habiendo llegado a captar en profundidad cada una de las siluetas del Bestiario?
– Conocí a César Pigino con ocasión del libro Músicas de Nueva York de Rafael Lamas, ilustrado por Pigino, trabajo que tuve el honor de presentar. Al conocer la calidad de sus ilustraciones, supe de inmediato que César sería la persona idónea para llevar a cabo este proyecto.
– De las 15 siluetas: Príncipe destronado que ya ha pasado por un cargo directivo, Pasacolegui, siempre eufófico; Jano Brifronte, peligrosa y metamorofoseante; Testotera y sus dos registros érotico-isinuatorio-porialgocae y pornohistrionismo; Togado o Aranzadi docente; Pansofo pluscuansuperlativo que siempre anda encantado de conocerse; Tizones, el gujero negro para cualquier proyecto o propuesta de cambio; Sísifo, maestro en la detección y formulación de problemas; Big ‘Renfield’ brother/sister, el talibán de la norma; Zahorí o místico del que no se sabe cuándo llegó, especie de holandés errante; Compañero así denominado por dirigirse a todo el mundo con este vocativo antes de pedir algún favor; Sudokus que acapara y gestiona la prensa escrita (cuando la hay), Simplemente Ella/él que destila ‘ferrerocherismo y nunca repite modelito; Ofelia que tiene la cabeza como una orza de pitos, tiene su propio horario y calendario y visita con frecuencia el despacho de la dirección y Unicornio, los top 5 de los docentes por el PAS. En su opinión, ¿cuál es el más abundante?
– Estoy convencido de que siempre hay al menos algún representante de ellos en cada Centro. Así me lo han confirmado quienes ya han leído Bestiario de Claustros Docentes.
– ¿El más temible?
– Al igual que en cualquier otro colectivo, aquel que pretende dividir más que unir.
– ¿Con cuál de ellos se identifica?
– Me identifico con varios de ellos. Como es sabido, también estudié Derecho y el estigma de la toga es difícil quitárselo. Algunos compañeros, además de identificarme con Togado, también me han acusado de ser un poco Pansofo, pero creo que me tienen demasiado cariño y se quedan cortos. Yo soy más severo conmigo.
– ¿Algún detalle que desee añadir sobre el libro o su proceso de redacción?
– Frente a lo inicialmente esperado, Bestiario de Claustros Docentes ha tenido una notabilísima acogida, tanto que ya ha aparecido la segunda edición. Gran parte de este éxito es debido a la calidad de las ilustraciones, fruto de un largo proceso de creación a partir exclusivamente de mis textos. César Pigino ha sido capaz se captar con profundidad y sutileza la personalidad de cada perfil. Ha creado una obra plástica de una calidad extraordinaria, tras la que hay muchos meses de trabajo intenso y una documentación y estudio riguroso sobre psicología del dibujo, pintura y su proyección en la caricatura. En resumen, creo que el elemento visual del libro es una joya gráfica sobresaliente. Ojalá muchas personas puedan disfrutar de este trabajo fraguado a fuego lento y con mucho, mucho cariño.