María Ruiz García es una profesora granadina de 33 años que imparte, desde hace un lustro, clases de español en el International School of Denver, en el estado de Colorado (EE.UU).
Hace un año que no visitaba a sus familiares y amigos por lo que aprovechó las vacaciones navideñas para viajar hasta Granada, donde, además había fallecido hacía unas semanas su abuela materna. Llegó el 19 de diciembre para pasar unos días en estas fechas tan entrañables. Hasta ahí todo normal. El problema se le ha presentado cuando al intentar regresar. Tenía previsto hacerlo en un vuelo el domingo pasado ya que el lunes, 4 de enero, tenía que estar con sus 20 alumnos de Infantil, de 4 años. Pero la burocracia se lo ha impedido ya que María no puede viajar hasta que la Embajada de EE.UU en España le facilite su NIE (National Interest Exceptions), una especie de certificado que le permitiría volar y que, curiosamente solo se puede solicitar por correo electrónico una vez se esté en suelo español.
«Para volver a EEUU necesitamos una autorización de la Embajada, consistente en enviar un email a la Embajada explicando tu clase de visa, número de vuelo y ellos, oficialmente dicen que puede tardar hasta un mes pero lo venían haciendo en menos de 15 días, te mandan respuesta comunicando que puedes volver. Ese email lo muestras en el aeropuerto y ya puedes subir al avión», explica la profesora.
También explica que sabe «de buena tinta» que en la Embajada americana hay muchas bajas y que éstas no se ha cubierto por lo que unido a los funcionarios que han estado de vacaciones «no dan abasto y nos han dejado en España a más de cien profesores. Ya teníamos que estar en EE.UU trabajando pues el curso comenzaba el pasado lunes. En algunos colegios lo están sobrellevando pero en otros están amenazando con echarlos». Por lo pronto a María esta situación le ha llevado a tener que cancelar su vuelo de regreso sin saber cuándo lo podrá hacer y perder los días que tenía para asuntos propios que si finalmente supera la docena dejara de percibir la cantidad correspondiente a los días no trabajados. «Pensaba que se resolvería en unos pocos días pero la cosa no pinta nada bien. Se ha resuelto la situación de unos 30 profesores pero seguimos otros 70 esperando. Algunos hace más de un mes que enviaron el documento», añade.
Al igual que las varias decenas de afectados, entre ellos cinco andaluces, María Ruiz ha realizado todas las gestiones posibles, tanto a nivel de Embajada como de Ministerio de Educación, habiendo recibido en todos los casos el silencio por respuesta. Impotente ve cómo se pasan las jornadas sin saber cuándo podrá regresar con sus alumnos que provisionalmente están siendo atendidos por su compañera, una profesora asistenta y otra persona que no sabe español. «Yo he hablado con el cónsul de Denver pero no me da ninguna solución y en la Embajada de Estados Unidos no cogen el teléfono, solo tenemos emails pero nadie nos contesta, y no sabemos que hacer», comenta angustiada. Reconoce que era consciente del riesgo de viajar en las actuales circunstancias, pero sabe que cuando llegue a Denver tiene que pasar una semana de cuarentena y después hacerse una PCR, antes de volver al aula.
Antes de marcharse a Estados Unidos «por la incertidumbre del trabajo aquí en España», María desempeñó su labor como profesora contratada un curso en el colegio Ave María-Varadero de Motril, otro el Amor de Dios y tres en los Escolapios de Granada. A esa falta de expectativas laborales hay que añadir que a María le encanta viajar y vivir nuevas experiencias. También trabajó en Nepal como maestra voluntaria para una ONG, colaborando en la enseñanza de lenguas extranjeras (inglés y español) a niños de 3 y 12 años, y ha estado involucrada en proyectos de voluntariado colaborativo desde entonces.
Por ello, aprovechó el programa ‘Profesores Visitantes’ de Ministerio de Educación que le ha permitido desarrollar su actividad plenamente satisfactoria en el colegio privado de Denver. Ante la situación que está padeciendo señala que «si hubiese sabido esto no hubiese venido a Granada. Allí no hay sustitutos para los profesores de español. Los colegios y nuestros alumnos nos necesitan», insiste la joven profesora al tiempo que reclama se agilicen estos trámites para poder regresar, que lejos de agilizarse ahora se han complicado con la nevada que la borrasca Filomena ha dejado en Madrid.