La noticia de la ballena muerta con 40 kilos de plástico en el estómago impulsa un proyecto de concienciación ecológica en el colegio ‘Cristóbal de Arce’ de La Peza
Si en septiembre de 2015, la imagen de Aylan Kurdi, ahogado en una playa de Turquía, removió conciencias de todo el planeta; la de la ballena muerta, hace dos años, en una playa filipina con 40 kilos de plástico en el estómago, tampoco ha dejado indiferente a muchas personas. Incluso, en el colegio público de La Peza, se ha convertido en un proyecto educativo en el que docentes y alumnado trabajaron el pasado curso y pretende que sirva para fomentar valores en otros espacios, aunque la pandemia les ha privado, por el momento, de mostrarlo en el Parque de las Ciencias o en la Semana de la Ciencia de Atarfe. Todo ello ha sido posible, especialmente, gracias a la impulsora del proyecto, Mª Belén García, técnico de integración social del CEIP Cristóbal de Arce, que es como se denomina el colegio; Yolanda Fernández, coordinadora del mismo, además de maestra de educación física y tutora de 5º y 6º que han contado con la colaboración del resto del profesorado que ha implicado a la totalidad de los escolares. Así, por ejemplo, en el concurso que organizaron para reunir los 40 kilogramos de plástico fue el alumnado de Infantil el que más cantidad aportó, siendo los del último ciclo de Primaria lo que más se han implicado en la construcción del cetáceo fabricado con cajas de cartón, y periódicos viejos mediante la técnica del papel maché -trocitos de papel mojado y triturado- que iban pegando sobre la estructura y que una vez seco procedieron a pintar.
«La idea surgió porque soy socia de Greenpeace y defensora de los animales. Me impactó la imagen de la cría de cachalote muerta por la ingesta de plásticos, por lo que pensé que la elaboración de una maqueta de esa cría de cachalote, a tamaño real, con los plásticos en su estómago y alrededor podría hacer crecer más la conciencia ecológica», explica Mª Belén García. Tras explicar el procedimiento seguido para su construcción señala que se pidió a los alumnos que aportaran de casa residuos plásticos «por lo que todo menos la pintura ha sido reciclado. Lo han ido haciendo los niños y niñas durante un periodo largo, desde los pequeños a los mayores, cada uno en la medida de sus posibilidades, y este es el resultado», afirma mientras señala la ballena instalada en el gimnasio del centro. Así mismo, Yolanda Fernández, indica que para llevarlo a cabo han aplicando la metodología del aprendizaje basado en proyectos (ABP). «Los alumnos han estado muy motivados pues a partir de una lluvia de ideas para conocer qué sabían del tema, han investigado los animales que mueren por la ingesta de plástico, el proceso de fabricación de plástico, tomando datos y seleccionado la información, para elaborar una presentación que se mostró a las familias en el mes de noviembre», aclara mientras va señalando en un mural todo este proceso que les ha ayudado a trabajar los valores relacionados con el reciclaje, respeto al medioambiente y para fomentar la conciencia medioambiental, para concluir, «el trabajo ha sido muy enriquecedor para ellos y no lo olvidarán en su vida».
«Hemos aprendido mucho»
Aspectos en los que coincide el secretario del centro, Francisco López, que muestra su satisfacción al hablar del proyecto «La ballena con mucho que decir» ya que, además, ha trascendido los muros del centro pues las familias han recibido una bolsa de tela con el símbolo de la ballena y el lema ‘De las actuaciones de hoy depende la salud del planeta del mañana’, muy útil para la compra diaria del riquísimo pan y tortas que se fabrican en esta localidad. Así mismo, los alumnos han recibido por su colaboración «otra taleguilla» para llevar la merienda al cole. Cristina, Edurne y Juan, alumnos de de 5º, además de explicar cuál ha sido su principal aportación, reconocen lo mucho que han aprendido como, por ejemplo, «que hay mucho plástico en el mar, que no hay que contaminar tanto y reciclar más usando bolsas de tela. Las cucharas y los platos de plástico pueden durar 40 años en desintegrase», indican. También Manuel, de 6º, explica que ha participado dando forma a la ballena, triturando papeles, y aportando plásticos y que le ha servido «para que, a la hora de comprar, pensemos más en reciclar y reutilizar».
Todos se muestran contentos con la decisión de llevarla donde la soliciten y así este original proyecto realizado en un colegio público de un entorno sociocultural deprimido que obliga a muchos de sus habitantes a la emigración temporera -en la actualidad de los 80 alumnos con que cuenta el colegio, una decena está con sus familias en Francia- podrá seguir contribuyendo en la toma de conciencia de un tema tan importancia como es el reciclaje. Centro inmerso en el plan Impulsa 2, que les permitirá desarrollar una serie de talleres: uno relacionado con la robótica, otro con el huerto ecológico, y otro, muy interesante, vinculado con el teatro que les permitirá trabajar la expresión corporal con la obra del alcalde carbonero para que los alumnos representen la obra y puedan participar en su celebración en el mes de agosto, mediante una actuación para todo el pueblo y visitantes.
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