El Ayuntamiento de Úbeda y la Escuela Municipal de Teatro de esta localidad han querido celebrar de una manera especial el Día Mundial del Teatro, 2021. Lo ha hecho con dos actos significativos celebrados en la jornada del pasado 27 de marzo. Por la mañana se procedía a la inauguración de la nueva sede de esta biblioteca situada en la calle Artesanía del polígono industrial Los Cerros que desde ahora llevará el nombre del dramaturgo alboloteño, Pepe Moreno Arenas quien dio lectura de unas palabras de agradecimiento que se convirtieron, a petición de las autoridades presentes, en el Manifiesto del Día del Teatro en Úbeda.
Ya por la tarde, antes la representación en el Teatro Ideal Cinema de la representación de la obra ‘El triciclo’ de Fernando Arrabal, adaptada y dirigida por Nati Villar, Pepe Moreno Arenas volvió a leer sus palabras ante los asistentes.
Según informa el periodista Alberto Román en las páginas de IDEAL, a la biblioteca se le ha puesto «el nombre del dramaturgo Pepe Moreno Arenas, persona muy vinculada al teatro social, a quien se ha querido reconocer de esta manera por sus muchas aportaciones a la senda que la escuela ubetense recorre desde su origen. El propio homenajeado estuvo en el acto, acompañado por la directora del centro, Nati Villar, y el concejal de Educación, Pedro Jesús López».
Así mismo, señala que esta biblioteca cuenta con más de 300 ejemplares, en su mayoría donados y otros rescatados. El propio Moreno Arenas ha realizado una donación de una treintena de libros con sus obras o de estudios e investigaciones sobre su teatro. La directora del centro, Nati Villar, señaló que con esta inauguración se cumple un sueño, puesto que por fin se ha habilitado un espacio para la literatura dramática.
Hambre
por
José Moreno Arenas
«Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro».
Así se expresaba Federico García Lorca, en septiembre de 1931, durante el discurso pronunciado con motivo de la inauguración de la biblioteca de Fuente Vaqueros, el pueblo que lo viera nacer. …Y siguió sorprendiendo a los asistentes con estas otras palabras:
«Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. No sólo de pan vive el hombre».
Más que acertadas las palabras del poeta-dramaturgo de la Vega de Granada, en un período de la historia de España en que el hambre físico y el hambre de saber, de cultura, en definitiva, de libertad, corrían parejos. Conceptos que hoy nos gustaría ver desterrados del diccionario de la memoria: el uno porque todo ser humano ha de tener cubiertas sus necesidades básicas; el otro porque, una vez solventadas estas, tiene derecho a crecer y madurar como persona, derecho inalienable, irrenunciable y, de todo punto, exigible a los poderes públicos.
Por desgracia, en este retablo en tiempo presente, las carencias del «medio pan» están a punto de ser nuevamente realidad y las del «libro» hace tiempo que vienen menguando por la complacencia de una sociedad que, de manera inexplicable, ha apostado por un horizonte de progreso basado casi en exclusiva en la materia, en detrimento del desarrollo integral de la persona; o lo que es lo mismo: accionar teclas y botones, en vez de reflexionar; enfundarnos el traje de robot y dejar de ser personas.
Díganme cuál es la puerta de salida, que yo, raudo, buscaré y saldré por la de emergencia; acúcienme con el pensamiento único, que yo devoraré libros y libros; y, desde la atalaya de mi libertad veré cómo el robot se va distanciando por caminos de no retorno, cómo la persona regresa para quedarse.
Quiero dar la enhorabuena al Ayuntamiento de Úbeda por propiciar iniciativas de creación de «panaderías» como esta, cuya levadura nos hace mejores, más sabios y más libres; y mi agradecimiento a la Escuela Municipal de Teatro Ricardo Iniesta por este hermosísimo regalo –dar mi nombre a su biblioteca–, ya que con ello quedo saciado de por vida. Compartir rótulos en este edificio con dramaturgos como Federico García Lorca, Ramón del Valle-Inclán, Fernando Arrabal y Paloma Pedrero, con personajes como El Principito o con gente cabal y sencilla del pueblo como Antonio García Valenzuela, supone un honor que –no lo dudéis– llevaré con orgullo durante el resto de mis días.
Medio pan para el cuerpo; un libro para el espíritu.
Albolote, 27 de marzo de 2021