Ese es uno de los 17 experimentos que el departamento de Física y Química del instituto, en colaboración con los alumnos de Métodos de las Ciencias de 2º de ESO B y D, 3º de ESO C, y 1º de Bachillerato, mostró el lunes y el martes pasado en una exposición. ¿El objetivo? «Divulgar la ciencia entre los miembros de la comunidad educativa». ¿En dónde ha residido el éxito? Pues en que los mismos alumnos colaboradores han sido los monitores de los experimentos propuestos y ellos han sido los encargados de explicarlos al resto del centro.
Desde el lunes a primera hora, los recién nombrados monitores de ciencias, recibieron a grupos de 20 alumnos –como mucho– de los distintos niveles del centro. Todos pudieron disfrutar de volcanes en erupción, un líquido que hacía desaparecer el corcho, fuegos iniciados sin cerillas, barcos explosivos, líquidos que cambian de color, huevos que entran por un tubo sin romperse, manos invisibles que sostienen objetos en el aire… Impresionante.
¿Fuego?
Sin duda alguna, los experimentos protagonizados por el fuego serán de los más recordados. Una lección importante fue la que José Manuel Pérez y Noelia Reyes les contaron a sus compañeros: «El agua, a veces, puede ser la que inicia un fuego»… Aunque todos querían probar ‘las burbujas explosivas’. Jorge A. Martos y Adrián Ayuso ya le tienen cogida la medida. «Ahora vais a ver cómo sostengo el fuego en mis propias manos…» El tono vacilante no pasó desprevenido. Pero no era para menos: en un momento, y gracias a unas extrañas burbujas que había puesto en su mano, una enorme llama iluminó toda la sala.
Hai Sadek y Wendy Espinoza presentaron ‘la caja mágica’. Una caja en la que, al meter un papel en el que, al parecer no hay nada escrito, aparece el mensaje. Retan a uno de sus compañeros a que escriba, con una tinta invisible, qué niña de su clase le gusta… Después de las risas reglamentarias, el muchacho escribe unas letras ilegibles. No se ve nada. Un pase por la caja mágica y… Todo se podía leer.
La ciencia es un juego, es magia y, además, es el futuro. En el IES Manuel de Falla, 23 alumnos se han empeñado en que los 400 compañeros que han pasado por la exposición disfruten y aprendan; han hecho lo imposible porque la teoría pase a ser palpable. Y lo han hecho maravillosamente bien. Es de agradecer ver a estudiantes convertidos en profesores, jóvenes que transmiten lo divertido que puede ser aprender. Así que ya saben, profesores del Manuel de Falla, algún sobresaliente se habrán ganado, ¿no? Disfruten de la magia.