Comenzaré con un relato que les resultará reconocible a muchos docentes y familias. Me decía recientemente un amigo que su nieta de siete años le contó con cierta amargura que solo había sacado un 7´5 en el examen de Lengua, porque no supo una de las preguntas y otra no la contestó. El abuelo la tranquilizó diciéndole que la nota no tenía gran importancia que lo importante era todo lo que había contestado bien y sabía.
Lo primero que me sorprendió es que se sigan calificando los exámenes en Primaria con decimales ya que la ley dice que los resultados de las evaluaciones han de expresarse con términos como suficiente al que le corresponde la calificación numérica de 5, pero nunca con decimales. Sin embargo esta práctica sigue siendo muy común. En segundo lugar me volví a hacer la pregunta retórica de otras muchas ocasiones : ¿Cómo se puede conocer el grado de adquisición de un saber, calificándolo con un número? La respuesta es sencilla porque eso es calificar y no evaluar.
Seguramente recordemos también de nuestras etapas de estudiantes, cuando a principio de curso, algún profesor nuevo nos decía : “Tendremos un examen mensual, otro cada trimestre y otro al final de curso. Pero quiero que sepáis que tendré en cuenta otras cosas, como la asistencia, el interés y comportamiento en clase, algunos trabajos voluntarios que podréis hacer,…” ¿En qué quedaba aquella supuesta evaluación con diversos criterios de calificación? En que al final solo contaban los exámenes. Solo aprobabas si aprobabas los exámenes. El resto de criterios se habían esfumado. Como mucho si aprobabas los exámenes te servían para subir nota. De nuevo vemos con este ejemplo lo que es calificar que no evaluar.
Evaluar es mucho más que calificar
No voy a profundizar sobre las diferencias entre evaluar y calificar, ya que la pretensión de este artículo es solo la de mostrar algunos instrumentos de evaluación cualitativa que utilicé en mi práctica docente. Aún así las glosaré brevemente.
La enseñanza que se conoce como tradicional, sustentada fundamentalmente en los libros de texto, utiliza los exámenes como instrumento preferente de evaluación y las notas con un carácter bastante cuantitativo. Por el contrario los paradigmas constructivistas, utilizan instrumentos más variados que no son excluyentes entre si, sino que por el contrario se complementan en una pretensión de conseguir una evaluación más integral y cualitativa.
Calificar es un acto bastante simple. Se trata de asignar una nota, generalmente numérica, a unas determinadas preguntas de exámenes o tareas escolares. Esa nota otorga una posición en una escala establecida y genera una comparación inevitable entre quien la recibe y el resto.
Evaluar es un proceso de diálogo, comprensión y mejora. Al ser un proceso, la acción de evaluar es dinámica, abierta y contextualizada, no solo se ocupa del producto, sino también de su evolución continua. Este proceso de diálogo que es la evaluación, pretende que se produzca una reflexión que oriente los aprendizajes, adquiriendo así una cualidad formativa.
Instrumentos cualitativos de evaluación
Cada paradigma pedagógico desarrolla los procesos de enseñanza con una metodología que es coherente con los instrumentos de evaluación. En este artículo vamos a mostrar de manera breve y sencilla, algunos de los instrumentos de evaluación cualitativos que se utilizan en el modelo educativo constructivista.
El diario que puede ser en papel o digital, es un instrumento muy útil para los docentes ya que permite recoger de manera continuada, información sobre el ambiente del aula, así como observaciones singulares del alumnado. El uso y finalidad es diferente al de los cuadernos donde se anotan los resultados de pruebas, la asistencia del alumnado o alguna actividad. Por propia experiencia puedo decir que esas anotaciones me permitieron reflexiones muy interesantes sobre distintas situaciones en la clase y determinadas actitudes del alumnado que, si no las hubiera escrito, probablemente se me hubieran olvidado.
Para una clase donde el alumnado trabaja de manera autónoma con actividades y ritmos diferentes, los planes o contratos de trabajo son un instrumento esencial de su organización. En los contratos de trabajo cada alumno y alumna se marca al inicio de la semana las tareas y actividades de las distintas materias que se comprometen a realizar. Al término de cada semana todos los contratos se evalúan de manera colectiva en la asamblea de clase. Al principio serán los docentes los que proponen unos trabajos mínimos, pero cuando la práctica y responsabilidad del alumnado se afianzan, la autonomía para planificar sus trabajos se hace plena.
Hemos dicho que al final de cada semana, los contratos de trabajo son valorados de manera colectiva en la asamblea de la clase. Se introduce así un elemento novedoso, en la medida que la evaluación se somete a una deliberación pública. Como el trabajo que se desarrolla en la clase pretende ser cooperativo, es coherente que la evaluación sea colectiva y hulla de la competitividad. No hay notas numéricas, solo mal, regular, bien y muy bien.
Los textos libres son una de las técnicas más interesantes para una clase que trabaja el lenguaje a partir de las vivencias y emociones del alumnado. Cada mañana se leen los textos que se presentan libremente. Tras la lectura son comentados y se elije el que más ha gustado. Con ese texto se trabajan de manera colectiva la sintaxis, la ortografía, el estilo y se imprime, pasando a formar parte del libro de la vida de la clase y del periódico escolar. Como se puede comprobar, con el diálogo que se produce alrededor del texto no hay ninguna calificación, sino una reflexión colectiva para la mejora.
En el desarrollo de los planes de trabajo semanales se realizan diferentes fichas de Lengua y Matemáticas elaboradas por los docentes que son trabajadas por el alumnado y contrastadas con sus correspondientes fichas autocorrectivas. Una vez realizada esta operación, se comentan con el maestro o maestra los errores, se corrigen las cuestiones que sean necesarias y finalmente obtienen el visto bueno para que puedan ser anotadas en el contrato de trabajo.
El propio alumnado también puede elaborar fichas de lengua y matemáticas que una vez revisadas por el docente se incorporan al fondo de materiales como un recurso más para que puedan ser trabajadas por el resto de la clase. A los autores de las fichas se les valora por haberlas hecho y a los que las trabajan por la actividad realizada.
Los diferentes proyectos de investigación que interesen a nuestro alumnado tienen una amplia variedad de instrumentos para ser evaluados. Una vez terminada la investigación se elabora un cuadernillo o librito que se presenta en clase en forma de conferencia. Hay ocasiones en que esa presentación se realiza mediante una representación teatral. En ningún caso se produce una calificación numérica, sino una valoración cualitativa.
Cuando se explican en clase conceptos o técnicas, como la realización de croquis, de planos, representaciones gráficas, medir la altura de un árbol, construir una trampa para observar pequeños animales, etc se evalúa si dichas actividades se saben realizar, mediante la presentación de los cuadernillos, murales, fichas o maquetas de las distintas tareas.
En otras ocasiones algunas actividades tanto dentro como fuera del aula, como pueden ser un taller de dulces, el trabajo en el huerto escolar o la recogida de datos mediante el cuaderno de campo, se realizará su evaluación mediante la observación de los procesos y sus resultados finales. En una clase de este tipo, los talleres cumplen un papel muy importante, no solo por el aprendizaje de destrezas manuales, sino por lo que supone la construcción de útiles para la clase.
Otro instrumento para evaluar diferentes conceptos del conocimiento del medio, son lo que podemos denominar fichas ecológicas o ambientales. Se trata de comprobar qué sedimento de conceptos e ideas básicas van quedando de los diferentes proyectos de investigación que se realizan y se presentan en clase.
He ilustrado el inicio del artículo con la portada de un número de la revista “ Colaboración “ dedicado en su día a los exámenes y las notas para mostrar que desde hace mucho el Movimiento Cooperativo de Escuela Popular, viene cuestionando el modelo de calificaciones utilizado por la enseñanza tradicional y proponiendo instrumentos de evaluación cualitativa en coherencia con la pedagogía que defendemos.
Se acompaña este texto con un breve vídeo que puede complementar lo que se ha expuesto.
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licenciado en Historia, ha sido maestro e Inspector de Educación.
Escribe artículos, realiza vídeos y es autor de libros sobre temas de Educación,
entre los que destacaría “La Investigación del Medio en la Escuela”.