José Luis Entrala nos brinda varios posibles titulares en los primeros minutos de la entrevista. “Este obra es la historia del turismo en Granada”, “El aficionado a las cosas de Granada va a encontrar un verdadero arsenal de historias y noticias curiosas”, “Es fruto de mi irremediable afición por las hemerotecas”,… Al mismo, tiempo nos explica las claves de una publicación de 704 páginas repartidas en diez capítulos, correspondientes cada uno de ellos a una década. “Desde hace bastantes años he ido recopilando noticias de distinto tipo que he ido poniendo en fichas y gracias a ese trabajo este es el tercer libro que publico”, comenta tras lo que aclara los títulos precedentes. Uno, patrocinado por IDEAL, titulado ‘Granada sitiada, (1936-1939) basado en lo que difundido por este diario durante la guerra civil, y el segundo publicado por este periódico, ‘Un siglo del deporte granadino’.
Añade que del tercero “podría decirse que es una historia muy sui géneris del turismo en Granada, basada en hechos, acontecimientos, pequeñas cosas, que han tenido gracia y producido distintas sensaciones”. Para que pueda interesar a un amplio público ha procurado que sea “un libro divertido y ameno, fácil de leer”. Otra de las claves es que en las anécdotas recogidas a lo largo de la centuria no se restringen a la capital sino que también Sierra Nevada y la Costa Tropical, especialmente Almuñécar, tienen un protagonismo muy especial al igual que La Alpujarra, y otras poblaciones granadinas como Alhama que aparece por un anuncio de su balneario que ofrecía como una gran innovación el ofrecer a su clientela el servicio de «telégrafo».
Puestos a buscarles otras cosas buenas a esta voluminosa publicación que sale a la venta por el precio de 25 euros es que “es un libro para leer, guardar y releer. También que se puede empezar por cualquier página y que será actual hoy y dentro de otros cien años, lo que lo convierte en un buen objeto de regalo”. Para añadirle atractivos se ha incluido un cuadernillo central con 21 fotos de Granada que se han repetido en la actualidad con el mismo encuadre para que se pueda apreciar los cambios urbanísticos. “Las antiguas son de García Ayola y las actuales de Racapú, un personaje que no quiere que se sepa su verdadero nombre, se trata de un granadino amante de la fotografía”, aclara el autor quien reconoce “la inmensa suerte” que tuvo durante los cinco años que permaneció en la delegación de Turismo al tener como jefe a Antonio Gallego Morell, pues aprendió “una cantidad inmensa de cosas”. También rememora con cariño su paso por la Corporación de Turismo de Venezuela y por el Patronato Provincial de Turismo.
Y para muestra varios botones Cuando le pedimos que nos cuente alguna de las historias más singulares responde que “cada capítulo cuenta con secciones impregnados de anécdotas. Todo es una pura anécdota. Por ejemplo, la primera, relacionada con la imagen de la portada, se refiere al primer gran grupo de turistas que llegó a Granada. Fue en el año 1895 y venían como 500 norteamericanos que llegaron al puerto de Málaga y desde allí vinieron en tren donde agotaron todos los coches de caballos que había para ir desde la estación hasta la Alhambra. Compraron capas españolas que era lo que más se vendía en aquella época. En medio de esa visita se encontraron con una guardia municipal que en aquella época llevaban una chaqueta con unos botones muy bonitos, brillantes, dorados,… Entonces un grupo de señoras se abalanzaron sobre el guardia y se los quitaron. Él se portó como un caballero y no hizo intención de defenderse. Las señoras una vez que terminaron con todos los botones, se fueron tan contentas y ahí terminó”. Esto demuestra que esto de las visitas relámpago a Granada no es un tema nuevo. De hecho Entrala indica que “se repite a lo largo de los cien años que aborda el libro, pues nadie ha encontrado solución a ese problema”. En cuanto al tiempo invertido para su redacción indica que “es prácticamente imposible saberlo”. Lo que sí sabe es que cada día ha consultado al menos un periódico, tarea a la que ha dedicado una media de 10 minutos, por lo que multiplicado por los cien años consultados supone como mínimo unos 36.500 periódicos. En las primeras décadas el que más ha leído ha sido El Defensor de Granada, no en balde “era el mejor periódico de la época”, a esta cabecera añade el diario La Publicidad, la revista Reflejos,… y desde su fundación en 1932 el periódico IDEAL, con el que ha colaborado durante décadas. Otra de las historias recogidas que le siguen emocionando es la del recibimiento que se le hizo en Granada a Agustín Lara, el mexicano autor de la canción ‘Granada’. “Fue algo que salía del corazón de la gente que le recibió en el Paseo de los Tristes, absolutamente abarrotado, donde estuvo el alcalde y Antonio Gallego Morell , por entonces delegado de Turismo que le dijeron unas palabras muy bonitas. Lara estuvo llorando todo el tiempo. En un momento determinado le dieron la batuta del maestro Faus, director de la Banda Municipal, para que dirigiera la composición pero no pudo. Hubo actuaciones hasta altas horas de la madrugada, incluidos de mariachis que venían con él. Cada vez que lo leo me emociono”. |
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