Hacia el año 720 antes de Cristo, unos emigrantes procedentes del Peloponeso al sur de Grecia fundaron la ciudad de Sibaris en lo que actualmente es la costa de Calabria. Dedicándose a la agricultura consiguieron un magnífico esplendor. Tenían una especial inclinación al lujo y al confort, hicieron que los artesanos se estableciesen fuera de la ciudad para evitar los ruidos. Dedicaban gran parte del día a banquetear, inventaron el orinal para no perder tiempo yendo al baño. Sibarita ha quedado como definición de persona aficionada al lujo y a los placeres caros.
Disfruta de los placeres presentes de tal manera que no dañe los futuros. Séneca
Estamos ya casi de vacaciones, pronto podremos pausar nuestra frenética rutina diaria: trabajo, niños, casa, gimnasio, clases de inglés, citas con los amigos, … Esta búsqueda incesante y alocada nos genera mucha ansiedad. Durante unas semanas aparcaremos todas esas obligaciones que nos ahogan y por fin podremos dedicarnos a: playa, viajes, visitas exprés a algún pueblo con encanto, probar todos los restaurantes con mejor valoración en Tripadvisor, niños, piscina, terminar la serie de Netflix, excursiones,…En una vorágine incesante de sensaciones. Es posible que en unas semanas tengamos las mismas ganas de volver a nuestra rutina anterior que cuando empezamos.
En el arte barroco se utiliza la expresión “Horror vacui”, que literalmente se traduce como miedo al vacío, para señalar la obsesión que tenían los artistas de la época a no dejar ni un solo trozo de la obra vacío. Realmente se trata de una crítica a esos estilos que se excedían en la ornamentación generando una saturación visual que es agobiante.
Pienso que a veces sufrimos también de un “horror vacui” en nuestras vidas y nos sentimos incapaces de dedicar un solo minuto en la agenda a no hacer nada o simplemente a pensar. Tenemos pavor a enfrentarnos a ese desconocido que somos nosotros mismos, evitamos a toda costa tener un minuto la mente desocupada no vayamos a cuestionarnos cuál es el sentido de nuestras vidas, cuál es nuestro propósito. O, como hacían los sibaritas, dedicarnos a una conversación sosegada con nuestros amigos, sin prisas, simplemente disfrutando el momento.
Aprovechemos esta época para hacernos un poco sibaritas, pensemos en el mayor lujo que podemos tener: dedicar una tarde completa a disfrutar sin prisas de cada instante, solos o en compañía.
El silencio es el único que contesta las preguntas del pensamiento. Ambos son cómplices callados de la palabra
Ver más artículos de
Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso
Correo E:
aceptayrespira@gmail.com